La historia argentina en tiempo real

Categoría: Destacadas

El juego de 70 octubres ya está online

¿Te gustaría entrar en la piel de un descamisado y reunir a los trabajadores para que marchen a la Plaza de Mayo? ¿Te animás a poner las patas en la fuente y acercarle al Coronel Perón el micrófono para que dé su discurso desde el balcón de Casa Rosada?

El juego de 70 octubres

Te invitamos a recrear esta experiencia y ser el trabajador con más puntos del 17 de octubre. Entrá en http://perio.unlp.edu.ar/70octubres/juego/ y rompé tu propio récord ayudando a más compañeros y compañeras a llegar hasta la plaza.

El impacto de la marcha por la Constitución y la Libertad

Sectores opositores al gobierno convocaron a una movilización por la tarde del 19 de septiembre de 1945 en el Congreso para exigir el fin del gobierno de la Revolución del ’43. Participaron distintos partidos políticos entre los que se contaron el Partido Socialista, la UCR, el Partido Demócrata Conservador, entre otros, bajo la consigna de exigir la normalización del Estado Democrático y el pedido de que la Corte Suprema gobierne el país.

Foto: La Prensa 20/9/1945

Foto: La Prensa 20/9/1945

La Marcha por la Constitución y la Libertad fue el primer acto opositor masivo, que congregó a más de 200 mil personas. Los ciudadanos entonaron el Himno Nacional argentino en Plaza del Congreso con carteles, banderas y panfletos en mano; y luego marcharon hasta la Recoleta al grito de «pueblo libre, prensa libre» y «el nazi de ayer no puede ser el demócrata de hoy». El evento fue ampliamente difundido por los medios de comunicación de la época y generó un fuerte impacto en la gobernabilidad de la dupla Farrell-Perón.

Foto: La Prensa 20/9/1945

Foto: La Prensa 20/9/1945

La iniciativa fue fuertemente repudiada por el gobierno, a la vez que fue apoyada por la embajada de Estados Unidos. El Vicepresidente Juan Domingo Perón advirtió: “Compañeros, recuerden la consigna: de la casa al trabajo, y del trabajo a la casa. Hoy es un día para estar tranquilos”. A pesar del fuerte repudio del oficialismo, la masividad de la marcha se instaló como un hito en la historia del antiperonismo.

Foto: La Prensa 20/9/1945

Foto: La Prensa 20/9/1945

Diecisiete

Por C.D.

-¡Tenemos que cortar el puente Roma y parar a los tranvías que vienen  desde La Plata!-propuso Fermín-. Podemos usarlos como barricada…

El grupo que lo rodeaba aplaudió la idea a rabiar y se desbandó para cumplir las directivas.

-También hay que parar los botes así no llegan los maestros y suspenden las clases – agregó ya de camino al puente- ¡La huelga tiene que ser total!

A las ocho de la mañana del 17 de octubre Berisso estaba aislada y Fermín,al igual que todos los  trabajadores nucleados en el Sindicato Autónomo de la Industria de la Carne,  listo para protagonizar la larga jornada que cambiaría el curso de la historia.

 

***

FABRICA

El origen de la ciudad coincidió con las epidemias de cólera y fiebre amarilla que azotaron Buenos Aires y el traslado de los saladeros ubicados en las cercanías del Riachuelo. Por ese entonces Juan Bautista Berisso, un inmigrante genovés,  decidió mudar el suyo a la Ensenada de Barragán, en el suroeste de la provincia. El emplazamiento e inicio de actividades del saladero San Juan dio empleo a casi 300 personas y contribuyó a la radicación de las primeras viviendas. Años más tarde, y producto del crecimiento de la actividad,  Luis Berisso, hermano de Juan, fundaría el saladero San Luis y contribuiría aún más al crecimiento de la comunidad.

El ocaso de la industria de los saladeros inició en 1900 con la instalación de una fábrica congeladora de carnes y conservas y con la radicación de la empresa frigorífica  La Plata Cold Storage  que en 1917 se transformaría en Compañía Swift de La Plata Sociedad Anónima Frigorífica. Este proceso coincidió también con la construcción del puerto en la Ensenada de Barragán con el propósito de combatir el desempleo originado por la decadencia de la industria de los saladeros.

En 1915 se produjo la instalación de otro frigorífico de capitales norteamericanos, el Armour, que junto con el Swift  se convertirán en testigos de la movilización obrera más importante del siglo XX.

***

OBREROS_SINDICATO

Pasado el mediodía, Fermín  y los demás marcharon a pie hasta La Plata. La mayoría de los que formaban la columna vestía, como ellos, el uniforme del frigorífico: pantalón, camisa, gorro blanco y el delantal encerado.

En el camino, vieron cómo se les sumaba un grupo de trabajadores de Villa San Carlos y notaron que otro los esperaba cuando llegaron al Paseo del Bosque. Desde allí, fueron hacia la Plaza San Martín no sin antes atacar las oficinas del diario El Día, cantar el Himno Nacional y tirar algunas piedras e insultos al edificio de la Universidad.

Llegados  a la casa de Gobierno bonaerense la multitud pidió a los gritos la libertad del coronel  Perón mientras que una delegación era recibida por el interventor federal general Francisco Sáenz.

-Lo trasladaron…

-Llevaron a Perón a Hospital Militar- escucharon-. Dicen que tiene algo en los pulmones.

Para esa hora, Fermín estaba decidido a desconcentrarse y marchar hacia la Plaza de Mayo. Avanzó con los demás por calle 7 y antes de subirse a los camiones que lo llevarían a Buenos Aires le tiró unos cascotazos  al Banco Central y al Jockey Club.

 

***

OBRERAS SWIFT

Las condiciones de trabajo en los frigoríficos Swift y Armour eran humillantes. A los bajos sueldos, las jornadas extenuantes, la falta de higiene e indumentaria adecuada se sumaban el maltrato y la persecución de los patrones ante el menor indicio de organización sindical.

La asunción del coronel Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión significó un cambio y una esperanza. El aumento de los salarios, la firma de convenios colectivos de trabajo, el aguinaldo, el congelamiento de los precios de arrendamientos y alquileres y la sanción del Estatuto del Peón le valieron el reconocimiento de los trabajadores que no solamente verían respondidas sus demandas de años sino que, además, se incorporarían definitivamente a la vida política del país.

Por estos cambios y aquella esperanza, los trabajadores de los frigoríficos de Berisso  temieron al escuchar sobre la renuncia de Perón el 9 de octubre; se inquietaron aún más por su traslado a la Isla Martín García y decidieron marchar para pedir por su liberación a la Plaza de Mayo.

***

manifestantes

Cuando llegaron al Riachuelo, encontraron los puentes levantados.  Mientras que algunos siguieron caminando hasta encontrar algún cruce y otros se tiraron al agua dispuestos a pasar nadando, Fermín caminó por la orilla hasta que encontró unos botes en desuso.

-¡Vengan, che!- le gritó a sus compañeros- ¡Encontré algo con qué pasar!

En el centro de Avellaneda se reencontraron con sus compañeros y los ayudaron a cortar la calle atravesando unos rieles de vereda a vereda. Después, siguieron por Barracas hasta llegar a la Plaza de Mayo.

Sucios, cansados, acalorados y pegajosos como estaban, la fuente del centro de la Plaza les pareció un oasis.  Hacia allí fueron Fermín y los demás, con los zapatos en la mano y los pantalones arremangados.

Y ahí se quedaron: viendo llegar a la Plaza las mareas de obreros, con los brazos en alto y los puños apretados clamando por Perón, esperando con la paciencia ganada a fuerza de siglos de silencio.

Y al fin, cerca de la medianoche, escucharon a la voz tan querida y anhelada decir “Trabajadores…

17 de octubre

El debate sobre el futuro de la bomba atómica en 1945

«Desde su pavorosa aparición en Hiroshima, el 6 de agosto último, se discute el destino de la bomba atómica y, tratándose de tan formidable explosivo, se explica que el debate sea ardiente», publicó La Nación hace 70 años. En un artículo sobre las preocupaciones globales de uno de los explosivos más peligrosos de la historia, el diario da cuenta de la preocupación de sectores religiosos, profesionales e intelectuales. Es importante destacar que en 1945 la sociedad civil aún desconocía las tecnologías aplicadas y sólo se evaluaba el destructivo impacto de la bomba nuclear.

Bomba atómica

Ante la polémica internacional, Winston Churchill propuso a la Cámara de los Comunes que «el secreto de la última palabra en el arte prodigioso de matar» fuera guardado por los Estados Unidos y Gran Bretaña, a fin de garantizar la seguridad del mundo. La tensión con la Unión Soviética, preocupada por quedarse afuera de dicho acuerdo, comenzó a crecer. La URSS sostenía que la bomba atómica no debía ser monopolizada poruna potencia o grupo familiar de potencias, que de ese modo hubieran conseguido el dominio mundial.

En declaraciones públicas, Edward Stettinius, jefe de la delegación norteamericana ante Naciones Unidas, admitía que el destino de la bomba era incierto. Mientras tanto, en el mundo existían posturas a favor de un dominio internacional; otros hablaban de un resguardo entre los Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. La Nación analizaba: «la idea no es mala, pues la bomba atómica, bien administrada por un organismo internacional acreditado -mientras el secreto queda en la conciencia de las naciones decentes- puede ser una contribución a la paz más seria».

Hiroshima

La propuesta resulta coherente para La Nación, que publicó: «Indudablemente, conviene utilizar la amenaza de la bomba atómica para tener a raya al fascismo, que, como la serpiente después de cortada la cabeza, aún se remueve en pedazos en tres o cuatro rincones de la tierra. La solución ideal sería concertar un convenio internacional eliminando el uso de la bomba atómica en las futuras guerras, pero volvemos a lo antiguo: ¿quién se fía de las potencias agresoras? Si esta vez Alemania no empleó los gases venenosos, como antes, no fue por humanitarismo, sino porque Hitler sabía que el enemigo estaba mejor equipado para fabricarlos en gran escala. Bueno es que sepan en Berlín y en Tokio que el secreto de la nueva fuerza explosiva capaz de todo es propiedad de los Estados Unidos y de Gran Bretaña. Así los inventores de la bomba atómica, sin volver a emplearla, podrían asegurar la paz del mundo».

Funciona con WordPress & Tema de Anders Norén