Dinero social

Dinero complementario expresado en pesos diseñado sobre la tecnología semejante al BitCoin

  1. ¿Qué es MonedaPAR?

MonedaPAR  (MPAR) es un sistema de intercambios o compraventa de bienes y servicios mediante la creación de una unidad de cuenta digital que puede ser usada dentro de un grupo o submercado donde todos podemos intercambiar nuestros bienes y servicios sin necesidad de moneda de curso legal. MPAR nació de la necesidad de un grupo de PyMEs y empresas recuperadas de crear un mercado donde colocar sus productos en épocas de recesión.

  1. ¿Cómo funciona?

MPAR funciona como un sistema digital de compensación de cuentas. Para ser miembro de MPAR se debe inscribirse como miembro –cuando funcione- en www.monedapar.org.ar.  Cada miembro debe necesariamente ofrecer determinados bienes o servicios para su intercambio en el grupo. Cada miembro tiene una cuenta, que es pública, donde figura su saldo (acreedor o deudor) en MPAR. El sistema está siempre equilibrado, porque solo se crean MonedaPAR contra bienes nuevos ofrecidos. Es transparente porque se conoce en todo momento las tenencias de todos los participantes del sistema. La billetera para el uso de la MPAR se descarga al teléfono celular y funciona como un banco en el bolsillo. (Descarga de billetera: www.diventi.com.ar/par).

Si un miembro compra antes de haber vendido, lo que hace es endeudarse. Esto es, emitir MonedaPAR, de modo que queda con un saldo deudor en su cuenta. Más adelante, cuando ese miembro compensa con bienes (o sea vende) ese saldo destruye ese medio de pago creado previamente, pues su deuda quedó cancelada. Cada miembro tiene un margen de emisión (como el crédito en descubierto de los bancos) que podrá ser incrementado en función del desempeño y comportamiento al interior de la red.

La transferencia de MPAR puede ser realizada como pago total, o bien como parte de una compra parcialmente hecha en pesos moneda nacional.

MPAR funciona sin reserva, de modo que no existe una tasa de conversión entre el peso de curso legal y el MPAR, aunque el cambio -en uno y otro sentido- no está prohibido.

  1. Pero, ¿no es lo mismo que el dinero?

No. Si bien es un medio de cambio, carece de generalidad, es decir, vale solo en el marco de la red creada. Funciona complementando al dinero, en particular cuando la escasez de este impide a muchas empresas, comercios y personas intercambiar sus capacidades.

En nuestro sistema financiero, el dinero es emitido principalmente por los bancos mediante el otorgamiento de créditos. Para eso exigen, o bien ciertas garantías, o bien determinada tasa de interés o retorno monetario. Aquellos que tienen capacidades pero carecen de las garantías, o bien no pueden demostrar un retorno monetario mínimo (fijado por las tasas de interés del mercado), no pueden acceder al medio de pago.

  1. ¿Qué es el dinero?

Sabemos para que se usa el dinero, pero casi nada de cómo se crea dinero y a quienes favorece este sistema monetario. El dinero es definido en los manuales como el medio general de cambio. Se le reconocen tres funciones: unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor.

Para decirlo en términos coloquiales, el dinero es el “aceite” que lubrica el mecanismo de intercambios. A diferencia del trueque, no requiere que haya simultaneidad entre quien entrega una cosa y quien da la otra a cambio, sino que permite partir la operación: una compra (dinero por bien) y una venta (bien por dinero). Con ello, permite además el fraccionamiento del valor, lo que facilita la realización de operaciones que de otro modo se verían imposibilitadas, como que un fabricante de barcos compre bananas.

Sin embargo, además de la función de medio de cambio, la costumbre le ha atribuido al dinero la de reserva de valor. Ahora bien, como se puede deducir, si el dinero se mantiene como reserva (se acumula) no se usa. Si no se usa, no cumple su función de medio de pago, porque no da lugar a nuevas transacciones. Esto lleva a pensar que quizá lo que parece obvio desde el punto de vista individual (la conservación del valor) puede no serlo desde el punto de vista colectivo. El empresario belga-argentino Silvio Gesell (1862-1930) fue el primero en señalar con claridad esta contradicción, expresando la necesidad de crear un medio de pago puro, que no fuera acumulable dando lugar a “embalses” (hoy podríamos decir “piquetes”) financieros. Para ello diseñó un dinero que sólo tenía valor si cada semana se le pegaba una estampilla al dorso que costaba un 1/52 de su valor. De esta manera pretendía equilibrar el poder entre consumidores y productores, forzando la circulación.

  1. ¿Implica un cambio de sistema económico?

MPAR no es una moneda alternativa, sino complementario al dinero de curso legal y al dinero bancario (préstamos bancarios). El dinero no es neutral sino una decisión política. Como tal, sirve a los intereses de quienes lo crean más que a los intereses de todos. El dinero creado por el sistema bancario, al exigir el pago de un interés, obliga necesariamente a aumentar la productividad y/o a compartir –de una manera u otra- con el banco las ganancias del emprendimiento.

En cambio, un sistema en el que el medio de pago se distribuye más democráticamente sesga el poder hacia el trabajo, antes que al capital. En otras palabras, el modo como se organiza la emisión monetaria no fomenta el aumento de productividad, sino que busca garantizar la participación y el acceso al ingreso de todos los miembros.

Seguramente, una economía que se basara en este criterio solamente mostraría mucho menos crecimiento económico (menos inversión), pero más equidad. Pero un complemento en este sentido puede ser una interesantísima herramienta para propender a un mayor equilibrio.

  1. ¿No fracasó ya este sistema?

En absoluto. En los últimos años decenas de sistemas de moneda complementaria local han sido abiertos en el mundo, fundamentalmente a raíz de la crisis económica. El más antiguo es el WIR, de Suiza, transformado en los años ’50 en un banco que con su propia moneda.

Ciertamente, en la Argentina se asocian los sistemas de este tipo con el Club del Trueque o con las cuasi monedas emitidas por las provincias hacia el final del período de Convertibilidad del peso. Respecto del primer caso hay que señalar que el sistema colapsó porque la demanda fue mucho más grande que la capacidad de procesamiento de un sistema que tenía bastante de artesanal. Además, al funcionar con billetes papel, hubo muchísima falsificación, con lo que se terminó generando hiperinflación en créditos. En un sistema digital y descentralizado como es MPAR, el control y administración es mucho más sencillo. Ahora la tecnología en la Web permite crear una moneda segura e inviolable: las criptomonedas. El sistema MPAR es una criptomoneda, desarrollada por técnicos argentinos, basada en la tecnología BLOCKCHAIN que por ser de código abierto y descentralizada es imposible de hackear. (no se puede hachear simultáneamente todas las computadoras de la red, requeriría una inaccesible capacidad de cálculo)

En cuanto a las cuasimonedas, los gobiernos provinciales las emitieron para cubrir su déficit, pues no podían pagar los salarios de sus empleados ni a sus proveedores. Al crear un medio de pago flexible, se pudieron movilizar recursos, aunque ello implicó una pérdida de valor (por el descuento asociado) si se lo medía en moneda extranjera (dólares). En este sentido, las cuasimonedas anticiparon la devaluación del peso que fue decretada poco tiempo después. La diferencia fundamental es que PesoSocial no surge para cubrir un déficit fiscal, sino una necesidad de movilizar bienes, recursos y capacidades ya existentes.

La Argentina viene sufriendo crisis recurrentes de todo tipo: bancaria, financiera, cambiaria, fiscales, etc. que han generado enormes costos en la vida de las personas y un aumento de la pobreza estructural.  La exclusión monetaria y crediticia de millones de argentinos es una de las consecuencias de estos desbarajustes o fallas sistémicas. Las políticas de ajuste en el plano monetario agravan esta inequidad. Los sistemas de moneda complementarias y de intercambio local pueden ser una herramienta sumamente útil para morigerar estos efectos negativos y para con resiliencia recuperar la capacidad de reacción y organización solidaria.

  1. ¿Qué podemos esperar de MPAR?

Las monedas complementarias suelen funcionar de modo contracíclico. Como su espectro de uso es más limitado que el dinero de curso legal, cuando la economía pasa por una fase expansiva, con elevado crecimiento, los agentes económicos prefieren cobrar sus operaciones en dinero. En cambio, en la fase recesiva cuando la demanda agregada cae, hacen uso más frecuente de la moneda complementaria.

  1. ¿Por qué las monedas complementarias son ecológicas?

La carrera desenfrenada por el crecimiento está llevando al planeta al límite ecológico. Esa ideología del crecimiento (growthism) surge de la utopía moderna del progreso infinito. Pero para que haya crecimiento infinito hace falta energía infinita. Pero las fuentes de energía en la tierra son finitas; por lo tanto, continuar alimentando la bomba del crecimiento sobre la base de un sistema monetario que fuerza el cambio tecnológico por sí mismo contribuye al caos ambiental. Por el contrario, una distribución más equitativa del medio de pago será por ende más favorable a la ecología y la economía circular, limitando el cambio tecnológico a las reales necesidades, no por estímulo externo monetario.

  1. ¿Por qué las monedas complementarias son solidarias?

Como la emisión del medio de pago no tiene en cuenta la rentabilidad sobre el capital, se trata de un sistema que balancea el poder hacia el trabajo. Se trata de una emisión democrática, no plutocrática (orientada al aumento de la productividad y la riqueza).

  1. ¿Cómo se pueden beneficiar las PyMEs con MPAR?

Con MPAR, las empresas pueden ampliar su demanda, particularmente en períodos de recesión, porque amplían la base de clientes con capacidad de pago. Además, el sistema puede ser utilizado para monetizar el crédito de proveedores, volviéndolo transferible. También puede ser utilizado como herramienta de comercialización, ofreciendo pago parcial de determinados productos en MPAR, operando como una suerte de descuento del precio en pesos.