Metadatos: su importancia para la Comunicación Social

Indice del tema


Cuando leen máquinas y personas:

El acceso a la información periodística tiene varios niveles de lectura. El lector final lee el texto, pero también construye itinerarios de interés en su mente. En el periódico en papel disponía de los títulos, secciones, copetes. En términos de hoy son las estructuras de metadatos de las secciones de los diarios. Los metadatos son  datos sobre datos, cada vez que ponemos un titular en una noticia por ejemplo, estamos en otro nivel, más allá del la noticia, hablamos sobre qué es esa noticia en el aspecto de la estructura del medio de comunicación y del contenido de la misma de forma más general y en relación con las otras noticias de ese medio.

Todo se realiza por medio de etiquetas que se asignan en el texto y que las máquinas interpretan para poder presentar la información a las personas.

Etiquetar es en esencia es un procedimiento muy simple: adosar físicamente descripciones que dicen qué a hay dentro de un objeto.

Podríamos hacer una larga historia de este proceso, que conlleva una mezcla de producción popular y filosofía nominalista, desde la farmacopea helénica, a las etiquetas de las pócimas en las cocinas de las brujas, pasando por alquimia y las farmacias de los monasterios, hasta las bibliotecas que fueron las primeras en usar este recurso para describir el contenido de un libro en su tapa o en palabras que se transformaron en lo que hoy llamamos título, subtítulos, etc.

El término etiqueta (estiquette) apareció en Francia en el siglo XIV para designar una señal en un camino u otra indicación escrita fijada en una estaca, por eso ser con la palabra española ‘estaca’, del gótico staka (palo), y con stick, inglesa, aunque en esa lengua ahora se prefiere la palabra más simple de tag. Este es el origen popular, pero hay quienes prefieren que tenga un origen culto, y se puede hallar en el rótulo que se ponía en los paquete de causas judiciales, escrito en latín: Est-hic-quaestio («Aquí está la cuestión“se corrompió a est-hi-quaest,>et-hic-quet, y finalmente -> étiquette.

Culto o popular, las etiquetas forman parte de nuestras vidas desde hace mucho tiempo antes que Internet. La semiótica de Pierce (1939-1914) nos dio elementos para comprender la eficacia de estas herramientas simples pero potentes que la humanidad se ha dado para identificar de lo que se habla.

Proponemos un repaso de sus conceptos porque veremos que tienen mucho que ver con el uso de las etiquetas en el mundo digital: Según Peirce, una etiqueta es un índice, un signo determinado por su objeto en virtud de la relación real que mantiene con ese objeto. El uso de índices nos permite señalar y compartir esa señalación, desde el índice de los libros a los menús de un restaurante o los rótulos o etiquetas de los envases en el supermercado y también permiten señalar y también dan la base para comparar y valorar Ej: los índices económicos.

En la semiótica de Pierce también tenemos conceptos que usamos todos los días, es el caso ícono que es un signo determinado por su objeto en virtud la representación de rasgos de su naturaleza interna. Un ícono es una dama o un caballero en la puerta de un baño público, si además el baño es para discapacitados se le agrega el ícono pertinente. La generación de íconos es un trabajo de abstracción intelectual desde la antigüedad y hoy en día está siendo estudiado y utilizado en ámbitos tan disímiles como la arquitectura, la publicidad o la propaganda política. Llegaron con ese nombre a nuestras pantallas de computadora porque Steve Jobs era un estudioso de Pierce.

Finalmente tenemos el símbolo, desde Pierce nos mostró que existe por una convención, costumbre o decisión social, aunque muchos insistan en darle valores especiales. Las banderas de los países son un símbolo, cuyo color puede tener algún sentido atribuido pero que esencialmente no tiene ninguna relación con la nacionalidad de las personas. Los números y palabras son símbolos.

Entonces podemos entender que cuando se pone un simple titular en un periódico estamos haciendo procesos complejos de índices, íconos y símbolos si usamos imágenes por ejemplo.

Considerando esta complejidad, el mundo digital ha producido una tecnología específicamente dedicada a anotar lo no explícito debido a que las máquinas no pueden comprender lo que no está dicho. Para lograrlo se recurrió a la vieja costumbre de poner etiquetas, que se articulan entre ellas en un lenguaje. Es lo que se llama Lenguaje de Marcado.

Fue desarrollado en 1986 por Goldfarb un informático de IBM que tenía problemas para poder transmitir los textos en forma digital porque aparecía embebido el código de procedimiento junto con el texto, entonces se propuso hacer una etiqueta que informara a la máquina: ojo, aquí no hay código, esto es texto para humanos. Simplemente cuando aparecía un texto indicó <txt> y cuando terminaba </txt>. A esta marca la llamó tag.

Entonces en el mundo digital, los tags o etiquetas son indicaciones para que las máquinas sepan que esa parte es para de las personas que sí podían leer el texto. Este marcado se fue haciendo cada vez más sofisticado hasta poder indicar la tipografía, los títulos y finalmente para hablar de lo que se estaba hablando en forma explícita y hasta implícita en un documento: había nacido el Lenguaje de marcado.

En 1989 cuando Tim Berners Lee desarrolló la web aprovechó el lenguaje de marcado para marcar no solo el texto y sino el hipertexto, y desarrolló el HTML,  la estructura de etiquetas que permiten pasar de una porción texto a otra en otra parte de la web por medio de enlaces.

Y así llegamos a los medio digitales que etiquetan con lenguaje de marcado los niveles de títulos, tipografía y contenido.

En síntesis el lenguaje de marcado explicita internamente en el texto digital todos estos datos sobre los datos, por eso han sido denominados metadatos. Los metadatos a veces son claramente accesibles al lector, cuando decidimos hacerlos evidentes, por ejemplo usando etiquetas descriptivas en un blog o en una foto en una red social.

En este caso, en las redes sociales, las etiquetas se han vuelto evidentes y conscientes y llegaron a los usuarios finales, ya no son una forma de diferenciar aquello que es importante para que lea la máquina de lo que lee una persona.

Es interesante reflexionar como el lenguaje de marcado nació tecnocéntrico, calculado para la necesidad de la máquina que no puede comprender el sentido humano, ahora ha pasado a ser usado por las personas con una estrategia deliberada de transmisión de sentido que domina toda la transmisión de sentidos en la web.

Es omnipresente especialmente en sitios y las redes sociales, donde los usuarios pueden deliberadamente etiquetar personas, lugares, sentimientos, se unen a estos rótulos los íconos de los emoticones, o las imágenes y a los símbolos que son nuestras palabras. El mundo de Pierce en acción.

Es por eso que es muy importante entender el valor de estos metadatos, decimos que una imagen vale más que mil palabras, pero a veces la misma imagen con una etiqueta diferente puede cambiar su sentido. Por ejemplo una foto de dos policías blancos que deteniendo a joven un negro cambia el sentido de la misma foto si la etiqueta dice: Inseguridad o si la etiqueta dice Racismo.

Esto no es nuevo, veamos cómo ha evolucionado en la Comunicación Social en la Web.


La metamorfosis de la comunicación social: del anclaje analógico a la semántica de las etiquetas

Cuando aparecieron los primeros periódicos en la web eran como la metáfora del carro sin caballos cuando se inventó el automóvil. Los periódicos digitales imitaban a los diarios físicos y tenían su sistema de titulados similar.

En términos actuales podemos decir que los esquemas de metadatos de los primeros periódicos digitales estaban anclados en lo analógico. Por ejemplo en 1996, el New York Times tuvo su primera edición digital: CyberTimes. Era una plataforma en la que un texto fijo cambiaba cada varias horas, como las ediciones de los diarios.

En siglo XXI tenemos los contenidos dinámicos, con gráficas multimediales y transmediales, al respecto hacemos notar algo que nos dice Arias Robles, (2013):

“No obstante, ante la crisis coyuntural y estructural que atraviesan las entidades periodísticas, parece evidente que la supervivencia requiere investigar, entender, explorar y aprovechar los nuevos paradigmas de la comunicación digital. Si es cierto que la información se ha convertido en un producto estandarizado y corriente, en commodity, el periodismo sólo puede sustentarse a través de la mediación profesional entre ese flujo continuo de datos inconexos y la sociedad. Y, para lograrlo, una gran alternativa es aprovechar y explotar las nuevas potencialidades que los metadatos ofrecen en el acceso a la información”

El paso de la escasez a la abundancia, de la información como commodity, es decir como producto consumible, han modificado los hábitos cognitivos, educativos (Piscitelli, 2008,   y también los comunicativos y profesionales en los periódicos ahora digitales.

Nuestro trabajo como comunidadores sociales es darle un valor agregado para que nuestra información no sea un commodity, ese valor agregado pueden ser las etiquetas que complejizan y enriquecen el texto más allá del contenido obvio y explícito.


¿Cómo saber si una etiqueta es verdaderamente útil y apropiada?

Para hacer un trabajo conciente y creativo en el etiquetamiento de nuestra producción proponemos analizar el uso funcional y los procesos cognitivos que involucra el uso de metadatos y de su expresión física, las etiquetas:

Recordemos entonces una etiqueta es siempre metainformación, información de información. La metainformación puede tener diferentes funciones:

  1. Contextualizar una información
  2. Localizar y/o aglutinar información con características similares
  3. Comentar, anotar, opinar sobre una información

Cada uno de estos objetivos en el etiquetamiento requiere diferentes procesos cognitivos y por supuesto diferentes objetivos u intencionalidades.

Vamos a ver ahora como usamos las etiquetas para contextualizar una información: Cuando etiquetamos para contextualizar identificamos aspectos formales: formatos, tipos: imágenes, textos, tipos de letras, acentos, idioma, etc.

Fue el primer uso de las etiquetas en informática,  los tags (etiquetas) eran a las órdenes o comandos de tipo descriptivo escritas entre corchetes angulares que se agregaban en los programas, y luego con este procedimiento se desarrolló el marcado de los documentos en SGML, HTML y a hora XML. Hoy este tipo de funcionalidad de marcado de texto permite indicar todos los aspectos gráficos, tipografía, tamaño, etc.

Cuando usamos etiquetas para contextualizar una información, es decir para dar información sobre su contexto, su aspecto, etc. cognitivamente realizamos un proceso analítico.

Casi inmediatamente con el uso de etiquetas para contextualizar se inició a darles uso para facilitar la organización y la búsqueda de la información. Este es el segundo uso de las etiquetas: Encontrar o aglutinar información con características similares.

 El procedimiento se basa en un parecido fenomenológico u objetivo entre aspectos o propiedades de la información. Por ejemplo se reúnen palabras iguales en cuanto a su aspecto o sentido, en este último caso se requiere un mayor trabajo humano.

Cognitivamente se realiza una abstracción. La organización típica es en forma deductiva, se va del todo a la parte, está forma de ordenación está dentro de la tradición de taxonomía y organización del conocimiento en la tradición científica positivista. Se trata de una orientación heurística, es decir que estamos buscando algo.

En estos casos nuestra etiquetas deberan ayudar en la búsqueda a los motores, por ejemplo al poner La Plata solamente  puede generar confusiones con la palabra Plata en otros contextos recuperables por eso utilizar La Planta, Argentina resulta más explicativo.

Es importante no olvidar que los motores de búsqueda se valen de las palabras que aparecen en el texto, se extraen en forma automática de los títulos o subtítulos o de partes del texto que son identificados por etiquetas. En estos casos se localiza la información de manera literal y la calidad es muy baja.

Por ello hace tiempo que se recomienda que en los sitios web se le asignen campos de metadata, que son etiquetas asignadas por personas para mejorar la calidad descriptiva de los contenidos. En todos los Sistemas Manejadores de Contenidos CMS, como los que usan los medios digitales tienen un espacio dedicado a que los comunicadores incluyan sus etiquetas.

Esta tarea es importante porque los motores de búsqueda que se fueron desarrollando en los últimos 20 años combinan búsquedas exactas con diccionarios que permiten desambiguar y localizar conceptos dentro de lo que se llama semántica latente.

También no nos olvidemos que  es que pueden sesgar la información porque trabajan de manera fuertemente estadística, al punto que en nuestras búsquedas solemos tener la impresión de que a poco de realizar las nos encontramos con que aparece “más de lo mismo”.

Además, la información con valor de tipo metafórico, como por ejemplo un artículo titulado: Tarzán sin lianas para aludir a la deforestación de las selvas tropicales no será recuperado dentro de una búsqueda con esa temática a menos que se le incluyan las etiquetas que así lo indiquen y desambiguen dando mayor valor semántico

Los Blogs primero y los diarios digitales después han empezado a trabajar con mucha atención en las etiquetas para proporcionar contenidos semánticos que den cuenta de la diversidad y la multiculturalidad que son aspectos que quedan sumergidos en los algoritmos de los buscadores.

Esto nos lleva a la tercera función de las etiquetas: Comentar, anotar, opinar sobre una información cuando usamos las etiquetas con este fin los conceptos que se relacionan se basan en aspectos valorativos y el proceso cognitivo está orientado la interpretación, se trata de una orientación hermenéutica se usa para recomendaciones y reputaciones en las redes sociales, por ejemplo.

Como vemos el mundo de las etiquetas va más allá de lo aparente así que ahora analizaremos que ocurre el aspecto funcional de las etiquetas.


Las etiquetas como instrumentos: cómo funcionan

Veamos que procesos involucra el etiquetado:

  1. Idear la etiqueta, analizando si es útil y apropiada: proceso conceptual
  1. Insertar o asociar la etiqueta en la pieza de información que se desea: proceso físico

 1. Proceso de idear una etiqueta: Idear, o pensar la etiqueta, es la invención de una palabra o conjunto de palabras que mejor definan el contenido de lo que estamos publicando. Idear etiquetas es una tarea delicada que exige analizar bien lo que se quiere transmitir. Para saber si una etiqueta ya existe debemos simplemente ponerla en los buscadores y ver qué resultados obtenemos.

¿Cómo idear o asignar una etiqueta? Usar etiquetas requiere pensar en pasar de la búsqueda de información a la búsqueda de como se nombra una información. Para determinar cuál es la mejor etiqueta es necesario lograr conectarse con los usos de términos sobre el tema que nos interesa en el mundo, entonces es importante investigar en el tema y enunciar claramente el eje de la propuesta.

¿Cómo uso las etiquetas? El primer paso es la explicitación formal, que es cuando hacemos claro y explícito nuestro interés
En este caso las etiquetas deben estar relacionadas con el contenido de la página.

Podemos utilizar varios métodos, uno es el criterio didáctico: para evitar muchas etiquetas preferimos que el título explícito de la publicación contenga palabras relevantes respecto al contenido de la página.

También se recomienda que usar palabras clave que queremos posicionar en los títulos, pero éstas deben estar contenidas también en los textos de tu página. No olvidemos que cuando alguien realiza una búsqueda en un motor de la web, este será el título que aparezca en los resultados. Si sobrepasamos los caracteres permitidos, el propio buscador lo cortará y el título aparecerá truncado por lo que el orden de los términos en este caso sí tiene importancia.

Si alguien realiza la búsqueda de una palabra que tenemos en nuestra etiqueta title y nuestra página aparece en los resultados, el title aparecerá como título en el resultado y la palabra clave en negrita, de ahí que sea muy importante incluir nuestras palabras clave en la etiqueta title, ya que aparecerá destacada.

Otras  prácticas ponen en juego criterios que pueden análisis de precisión semántica,  es decir las etiquetas tratan de expresar el concepto de manera no polisémica, tratando de asociar las etiquetas al contenido de tal forma que se acerque lo más posible a las palabras que los usuarios potenciales usarían si hubieran encontrado tu contenido y se les pidiera que ellos lo etiquetaran.


¿Cómo saber si una etiqueta es verdaderamente útil y apropiada?

Considerando lo anterior, damos algunas pautas y sugerencias:

Una pauta es preguntarse como principales buscadores de sitios o de etiquetas utilizará para su búsqueda de contenidos la etiqueta que estamos considerando, y preguntarse si le resultará útil el contenido que asociado a dicha etiqueta. Ejemplo: la etiqueta «países emergentes», cuando alguien utilice estas palabras para la búsqueda y encontrará un contenido ¿este contenido será relevante? Cuanto más afirmativa sea la respuesta a esta pregunta, más probable será que la etiqueta seleccionada resulte adecuada.

Otra pauta es considerar que cuanto más genérica sea la etiqueta y menor el número de etiquetas asociadas a un determinado contenido, más difícil será definir exhaustivamente sus rasgos y características. Es por ello que la mayoría de los editores en línea suelen asignar tres, cuatro o más etiquetas a cualquier pieza de contenido que publican.

Finalmente se debe recordar que las etiquetas deben expresan no solo las líneas conceptuales sino también aspectos relativos al lugar geográfico cuando es relevante. En muchos medios ya es posible insertar etiquetas de geolocalización.


 La inteligencia colectiva que surge de las etiquetas: sesgos en la información

No olvidemos que aunque cada etiqueta es asignada por una persona, en realidad producen efectos masivos. La Web 2.0 abrió una interacción diferente entre personas a través de la web pero también una nueva forma de recolectar información sobre los individuos.

Cada cosa que hacemos deja su huella para ser vista y usada, agentes de software dan uso a millones de interacciones individuales que la misma Web 2.0 promueve. El resultado es una especie de inteligencia colectiva que cumple el postulado de que numerosos juicios sencillos producen un conjunto más complejo y preciso que el que daría un solo experto.

Los programas no sólo analizan el hecho de que una persona con ciertas características e intereses realiza una búsqueda en Google, consulta o escribe una entrada en Wikipedia, hace transacciones en eBay, crea su blog, arma su red Facebook, sino que además computan la relación de cada interacción individual con la totalidad de interacciones de otra gran masa de personas, y de esa correlación surgen parámetros que se usan para filtrar y procesar la nueva información así como la existente. Un proceso circular que genera sesgos en la información que a su vez afectan nuestras interacciones individuales.

Este es el condicionamiento que subyace en esta tecnología que amplió extraordinariamente la circulación de conocimientos dando a las personas una nueva libertad para producir, tener acceso y difundir los contenidos que se deseen. Junto a la libertad de expresión, paradójicamente tenemos una red de mediaciones con una enorme dosis de arbitrariedad y de manipulación: los sistemas de la Web 2.0 funcionan filtrando y confrontando las elecciones individuales con las preferencias colectivas que a su vez también han sido filtradas.

El verdadero problema es que Internet es un gigante ciego cuyas formas de orientación se basan en reglas de comparación, deducción y jerarquización que pueden ser muy complejas, pero continúan siendo ciegas.

Lo básico al elaborar una propuesta o una respuesta para un usuario web es la coincidencia mecánica que genera un listado con un orden de jerarquía. Las técnicas de esta dinámica simple no son visibles y los individuos quedan en una posición vulnerable: sólo recientemente se obligó a diferenciar en los listados de respuestas de un motor de búsqueda las publicidades de los enlaces automáticos.

Esta inteligencia anónima utiliza varios procedimientos que resumiremos:

  • Los rangos:

El primero y principal es el de los buscadores, el principal es PageRank que tiene la característica de poner en primer lugar a los enlaces que han sido citados por otros, pero que además formen parte de los mismos sistemas de rangos generados por Google en base a sus clientes que compiten para aparecer en la web pagando mucho por ello.

El módulo PageRank de Google fue considerado por Daniel Brandt como antidemocrático por los sesgos a favor de los grandes sitios de internet y porque los criterios para definir la importancia de una página no son arbitrados por ninguna autoridad externa a la empresa. Como contrapartida a su arbitrariedad los ciberactivistas han intervenido manipulando el sistema es manipulable a través de el uso de dummy sites o metodologías bombardeo Google o spamdexing(referenciación abusiva) También ha sido acusado por algunos gobiernos de evasión fiscal y de violación de derecho de autoría, por lo que muchos países llevan juicios contra la empresa.

  • Las recomendaciones

Justamente porque las empresas en la web están en competencia permanente por ganar la atención y porque la verificación directa de la enorme masa de información no es posible a las personas individuales, el recurso de la coincidencia mecánica, aun separando los enlaces pagados de los que no lo son, no es suficiente, surgen otras formas de jerarquizar la información. Entre ellas, las recomendaciones: utilizan las elecciones realizadas por otros individuos que han hecho una propuesta o buscado una respuesta similar y se aprovechan las etiquetas (tags) que las personas asignan. Todo es analizado por filtros automáticos que se aplican sobre todas nuestras acciones. Debido a que el modo de actuar de los programas influye sobre las interacciones individuales con cálculos que generalizan las interacciones de multitudes de personas, se comprende que es un tema no sólo tecnológico sino que concierne a prácticas sociales vinculadas a la construcción del conocimiento.

Se comparó el impacto histórico de Internet con el de la escritura y la imprenta para la distribución del conocimiento, pero hay un aspecto en el que la web realiza una masificación –entre los privilegiados que disfrutamos de la conectividad– y es la posibilidad de gestionar en gran escala el metaconocimiento, es decir, los índices, etiquetas, símbolos, que identifican lo conocido. Es un conjunto de representaciones que en Internet toman una nueva forma gracias a los algoritmos de comparación y análisis que se aplican a esas etiquetas y que permiten nombrar y describir nuestras imágenes, textos, canciones. Estas denominaciones son a veces espontáneas (folksonomías), en otras muy elaboradas como ontologías, clasificaciones y tesauros, que individualizan y luego filtran los conocimientos, pero junto a su capacidad organizativa, resumen millones de actividades humanas registradas y analizadas por medios artificiales introduciendo condicionamientos en los juicios personales.

El filtrado de las previsiones sobre las preferencias individuales, basado en el comportamiento de muchos otros, se ha extendido desde la compra de libros a la elección de vacaciones y hasta parejas. Las recomendaciones se basan en usos puntuales que se suman acumulando las acciones. Este procedimiento nos orienta pues nos sugiere qué han hecho otros, pero también deja poco espacio a lo original y lo nuevo queda autísticamente aislado.

  • Las recomendaciones

Aparte de los rangos y recomendaciones tenemos en la web los sistemas que se apoyan y aprovechas el comportamiento de las personas que interactuan en la web. El de mayor éxito es eBay, donde luego de cada transacción tanto el vendedor como el comprador hacen una evaluación que es resumida y los usuarios se basan en ella para futuras compras o ventas. Es útil en un ambiente donde se compran cosas reales a personas o empresas que jamás se verán. Pero aparecen distorsiones: muchos vendedores venden muy barato productos gancho para ganar reputación. Entonces no son siempre lo que aparentan y aunque eBay sigue siendo el mayor y más próspero mercado electrónico, en muchos ámbitos se detecta desconfianza.

Todo se complica además con situaciones mixtas: se unen el listado de rangos, con recomendaciones que se transmiten de usuario a usuario, con las reputaciones que se reciben a través de puntajes de calidad, como en YouTube. Hay incluso factores éticos, pues en este manejo ciego suelen contar con peso contenidos racistas, sexistas o violentos, o subrepticias publicidades de empresas y sectores políticos. Se impone pues una gran cautela a la hora de aceptar recomendaciones y considerar reputaciones en las movedizas arenas de la web.

  • La cooperación y la confianza

Como contrapeso tenemos la más increíble oportunidad de cooperación en la construcción y acceso al conocimiento. Es el caso de los proyectos de contenido abierto colaborativo como Wikipedia. El filtrado aquí está en manos de personas. Cualquiera puede editar en Wikipedia y es su mayor fuerza a la vez que debilidad, aunque hasta ahora la inteligencia cooperativa está dando sus frutos. El único inconveniente es que hay demasiadas traducciones de artículos del inglés, aunque el castellano crece y es muy traducido. Pero no hay formas de estimular las lenguas locales o minoritarias pues lo que producen no es pasado al inglés o español.

También se piensa introducir aquí reputaciones y recomendaciones automáticas, que se espera que  no se transformen en una réplica de los sistemas no cooperativos. Una idea es la de la Universidad de Santa Clara en California, se llama Wikitrust. En Wikipedia cuando un artículo no es leído, o es criticado, va cayendo en desuso y se borra. Este sistema de confianza hace que cuando un autor realiza una contribución y se mantiene en sucesivas ediciones, ese autor gana reputación, pero cuando su contribución es reeditada y corregida pierde reputación. Pero muchas veces cuando algo se edita y corrige en forma cooperativa es justamente porque es bueno y polémico, así se castigarían los artículos motivadores. Para evitarlo se asignan valores de confianza no sólo al artículo, sino a las palabras que permanecen después de las reediciones. La confianza en una palabra es proporcional a la reputación del autor, cuando diferentes autores hacen modificaciones, las palabras no modificadas ganan confianza, ya que se considera que quienes colaboran cuando no corrigen una palabra es porque están de acuerdo con ella. Esto es discutible, pues al modificar hay aspectos de estilo que afectan el análisis automático. Wikipedia es una de las más ricas experiencias de la web, que los autores sean casi anónimos es una de sus fortalezas, esperemos que las mediciones no alteren esto dando lugar a competencias individualistas.

Otro exitoso espacio de colaboración se basa en la revisión de las comunidades de programas Open Source. Aquí el control es manual, el código se puede corregir o borrar según criterios personales o compartidos. Es un conocimiento colectivo que se apoya en esfuerzos individuales en una tarea común con normas de cooperación explícitas que marcó un punto de no retorno en la producción de software en el mundo.

En síntesis, la circulación de conocimiento en la web tiene diferentes vías que direccionan, filtran y limitan los flujos: los rangos, las recomendaciones, las reputaciones, la cooperación, las revisiones, cada una de ellas tiene sus propias señales de tráfico que es útil tener presente pues orientan, pero también condicionan nuestra interacción ciberespacial creando impredecibles sesgos en las información.

La otra enorme fuente de aprovechamiento de la cooperación es el movimiento de acceso abierto que en inglés, Open access (OA)) es el acceso inmediato, sin requerimientos de registro, suscripción o pago -es decir sin restricciones- a material digital educativo, académico, científico o de cualquier otro tipo, principalmente artículos de investigación científica de revistas especializadas y arbitradas mediante el sistema de revisión por pares o peer review.

Argentina es un país pionero ya que disponemos de la ley nacional de repositorios digitales que obliga que toda investigación científica pagada con fondos del estado nacional disponga sus datos en forma abierta, donde esta información está etiquetada y descripta semánticamente, invitamos a ver http://repositorios.mincyt.gob.ar/recursos.php

De manera que tenemos mucho para ganar usando etiquetas en forma inteligente y responsable.

Bibliografía

 

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