PRENSA

Por Vilma Sanz*

Es asombroso que un 14 de febrero, día en que nacía en Corrientes este profundo porteño, nos permita reencontrarnos con el pensamiento de Raúl Scalabrini Ortiz. Así, con esta fecha como excusa, sin cifras redondas ni jubileos, nos encuentran en la misma esquina, que este agrimensor y periodista describió con lucidez y precisión tantas veces en sus escritos, después de alertar cómo las fuerzas tradicionales entregaban y destruían las fuerzas productivas del país dejando de lado los intereses de la soberanía y el pueblo argentino y como reconstruir la nación.

Y Raúl Scalabrini Ortiz no lo hizo sólo una vez: lo relató después de septiembre de 1930, enfrentando calumnias y vilipendios cuando desentrañó la total entrega que conllevaba el Tratado Roca Runciman y volvió a hacerlo, después de otro septiembre, en 1955, donde “se menta a la libertad para desencadenar a los monstruos de voracidad insaciable”.

En cada caso, don Raúl supo ubicar esas fuerzas de dominación invisible porque actúan a través de personeros lugareños “Sueñan con liberar la economía argentina de la impertinente intromisión de los argentinos, de tal manera que quede a la libre disposición de los extranjeros, que la riqueza argentina sea la base ineludible de la salud, la fortaleza, la decencia y la dignidad del pueblo argentino es una interpretación demagógica y “barata””. Podríamos agregar los tiempos que dejamos el pasado diciembre a la acertada descripción de don Raúl.

Releer su descripción de los políticos conservadores, que “Cuando tienen la venia popular adulan a la multitud, creyendo así asegurar sus canonjías. Cuando caen víctima de su codicia no hallan expediente mejor que vituperar a los mismos que adularon” o de la prensa “que en un país sojuzgado está al servicio del dominador”, y no creer que son descripciones recientes, es porque alguno de los términos usados nos retrotrae a 1931.

En cada caso, don Raúl, alma sensible, no descuidó aquellas cuestiones que era básico decir, completamente convencido de la existencia del espíritu de la tierra: “Unir sobre lo fundamental es tarea americana y de legítima reivindicación, así como desunir por doctrinas ajenas a la conveniencia americana es tarea del interés del europeo y de sus cómplices…”“Esta tierra es nuestra en toda su integridad y en todas sus consecuencias y la vamos a defender. Es inútil que los representantes de los intereses extranjeros quieran aprovechar las circunstancias para obtener concesiones o lograr pactos. Todo lo que no tenga la total y absoluta anuencia del pueblo será declarado nulo y sin ningún valor. Es bueno que lo vayan sabiendo los especuladores de la desgracia ajena”.

Feliz 122 cumpleaños don Raúl, por aquí seguimos leyendo sus textos, compartiendo con usted un mismo sueño parejo y, convencidos que nada puede el esfuerzo aislado, volveremos a reunir las creencias del “espíritu de la tierra” para conjugar la gran Nación que habita en cada uno de nosotros.

*Docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP

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