Por Karina Vitaller*
Hoy, 25 de Noviembre se Conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres en memoria de “Las Mariposas Mirabal”. Tres hermanas que fueron acosadas, perseguidas, detenidas y amenazadas por su lucha contra el régimen de Trujillo. Fueron asesinadas brutalmente por la policía dominicana bajo las órdenes del dictador Rafael L. Trujillo, quien gobernó la República Dominicana desde 1930 hasta su asesinato, en 1961. Un 25 de noviembre sus cuerpos fueron hallados destrozados al noreste de este país.
En Argentina, la lucha contra las distintas expresiones de violencia ha sido dada a paso firme, a través de la conquista de derechos sociales, laborales, educativos, que si bien resignificaron aspectos desiguales entre géneros no alcanzaron para desentramar las lógicas violentas que subyacen a la cultura cisheteropatriarcal en la que nos encontramos insertes. La fórmula parecería funcionar de esta manera, a mayores conquistas feministas, mayores violencias machistas como prácticas sancionadoras y disciplinadoras de nuestros cuerpos y conductas.
Tras un largo proceso de organización feminista, hace cinco años, tuvo lugar la primera marcha del movimiento “Ni una menos”, realizada un 3 de junio del 2015 tras el femicidio de Chiara Paez en Santa Fe. Esta marcha fue pionera y dio lugar a replicas en toda Latinoamérica. Al año siguiente, el 8 de Marzo, se sumó a la lucha el Paro Internacional de Mujeres, no solo visibilizando la violencia derivada en feminicidio, sino todas aquellas violencias que subalternizan la existencia de las mujeres, disidencias y niñeces.
Es importante destacar que, durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, fue realizado un intenso trabajo que permitió visibilizar y reconocer las desigualdades entre los géneros, como así también las violencias devenidas de esas desigualdades. Fue, a través del diseño de políticas públicas, generado un proyecto superador, a fin de transformar y garantizar derechos, atendiendo el tema como cuestión de Estado. Sin embargo, los años siguientes, marcados por una economía liberal y un escenario conservador, produjeron un retroceso atroz.
Nos encontramos hoy ante una gestión Estatal que vislumbra un escenario de restitución de derechos vulnerados por la gestión macrista. Una gestión que, aun sin poder ejercer con características “normales” debido al Aislamiento Social preventivo y Obligatorio dispuesto desde marzo, pudo dar cuenta a través de la consolidación de un Ministerio de Mujeres y Diversidad su intencionalidad de atender esta otra pandemia, que es la violencia de género.
Nuestra Facultad, no ha sido ajena a este escenario. Desde hace años se encuentra a la vanguardia de las discusiones, estudio y abordaje de las violencias por razones de género y desde hace 4 años cuenta con un espacio con carácter de Secretaría que atiende desde su Espacio de Intervención en Violencias casos donde personas integrantes de la casa de estudios vivencien situaciones de cualquier expresión de violencia. Aún en situación de pandémica, hemos estado acompañando estudiantes, docentes y no docentes, por situaciones de violencia en el entorno virtual y hemos efectivizado la presentación de un protocolo.
Sabemos que es poco, no desconocemos el silenciamiento impuesto a través del miedo, la amenaza, el acoso, pero también sabemos que la lucha contra las violencias cishetropatriarcales no la estamos dando solas y soles, somos una gran marea que ya se despertó, este año empezamos con la aplicación de la ley Micaela en nuestra casa de estudios y seguiremos el año entrante compartiendo ese y otros espacios de formación y de visibilización de violencias.
Hoy, a 60 años de aquellos feminicidios, la lucha contra la violencia no se detiene, porque tampoco se detienen los femicidios practicados sobre cuerpos de mujeres, niñeces e identidades feminizadas y disidentes.
Porque vivas, vives y libres nos queremos.
*Periodista, docente, investigadora, profesora y licenciada en Comunicación Social de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNLP. Directora del Espacio de Intervención en Violencia de Género (Secretaria de Género).
