DERECHOS HUMANOS

Los debates sobre los derechos de la Madre Tierra cada vez están más saldados, sobre todo en contexto de pandemia, donde la crisis sanitaria nos lleva a replantearnos nuestra relación con nuestro medioambiente. La pandemia ha mostrado lo peor de nosotros/as/es, la desigualdad.

Las Naciones Unidas  (ONU) en el año 2009 declaró el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra, con el objetivo de concientizar sobre las problemáticas que atravesamos, e incorporar en la agenda temas como el “cambio climático y la pérdida de la biodiversidad consecuencia de un estilo de vida no sustentable, entendiendo como esencial entrar en la acción para conseguir la armonía con la naturaleza de forma de alcanzar un balance entre las necesidades económicas, sociales y ambientales”,  este argumento es un buen reflejo de las cosmogonía de los Pueblos Originarios, pensamiento ancestral que fue víctima del genocidio,  exclusión y la colonización de esos sistemas que hoy piden concientización.

El contexto de Covid 19, una pandemia sanitaria mundial da cuenta de la crisis de la relación con nuestro ecosistema.Según la Organización Panamericana de la Salud en la región de las Américas, se notificaron 218.907 casos y 6.262 muertes adicionales en las últimas 24 horas, lo que representa un aumento relativo del 0,36% en los casos y un aumento relativo del 0,43% en las muertes, en comparación con el día anterior. A pesar de que muchos Estados como Argentina, trabajan fuertemente un Plan de vacunación de su población, las cifras muestran la dura realidad del continente.

Retomando la concepción de los derechos vulnerados de nuestra Pachamama, es necesario llevar adelante  políticas de Estado que actúen e intervengan desde esta concepción. El cambio climático, los incendios forestales, las inundaciones nos enfrenta a necesarias soluciones desde el Estado, cambios provocados por el hombre, que atentan a la biodiversidad, como la deforestación, la explotación uso del suelo, perdida de hábitat y la biodiversidad,  la producción agrícola y ganadera intensiva sin conciencia, como el comercio ilegal de la vida silvestre, que aumenta la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medios Ambiente, una enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses y de estas enfermedades, el 75 % proviene de animales.         

Llevamos un segundo año de pandemia y es necesario reflexionar sobre la naturaleza y sus derechos, para que sean incorporados legislativamente y como políticas de acción. El ex Ministro de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni postula ya desde hace bastante la incorporación de la Naturaleza al derecho constitucional en carácter de sujeto de derecho, como lo hacen las constituciones plurinacionales de Ecuador y de Bolivia,  no solo es incorporar el reclamo ecologista sino la mirada anticapitalista: la Pachamama tiene derechos, es un sistema viviente y dinámico, es la cosmogonía del Buen Vivir de los pueblos ancestrales, matriz social, cultural y política que plantea otra mirada respecto de la relación de los seres humanos con el medioambiente: nos exige derechos para vivir en relación de armonía y reciprocidad. Nuestra pacha exige respeto.

Dirección de Pueblos Originarios “Emilia Uscamayta Curi” de esta casa de estudios.

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