GÉNERO

A Johana la vieron por última vez con vida el 26 de julio de 2017 en la estación de servicio de 1 y 63, la más próxima a nuestra facultad. Desde allí estuvo desaparecida, mientras su familia y amigos iniciaban una larga lucha en su búsqueda, con la certeza de que las pibas no se van, a las pibas se la llevan.

Su madre, Marta, luchó incansablemente porque la justicia haga su trabajo y accione ante la ausencia de su hija. Luchó como lo hicieron y hacen cada una de las mujeres que se paran del lado de los olvidados de nuestra tierra: resistiendo y sin miedo.

El 30 de abril de 2019 se confirmó que los restos de un cuerpo que había sido hallado en Berisso pertenecían a Johana, constatando de esta forma que había sido víctima de una desaparición forzada con posterior feminicidio. Una pérdida que se enmarca en un entramado social que habilita una cadena de violencias ejercida hacia los cuerpos de las mujeres y disidencias que tiene como último golpe la muerte.

La  causa siguió  avanzando lentamente, dando lugar a que se perpetúe la impunidad de quienes le arrebataron la vida a Johana. Sin embargo, en las calles la lucha sigue. En este nuevo 26 que pasa seguimos exigiendo al sistema judicial que esclarezca lo que pasó y busque a los responsables del feminicidio.

Secretaría de Género de esta casa de estudios.

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