PRENSA

Cecilia era una persona maravillosa, una mujer fuerte de esas que se ponen la vida a sus espaldas. Tenía un compromiso con el otre, era sorora, amiguera, muy amiguera pero por sobre todo tenía un profundo amor por sus hijes, Delfi y Joaco, lo más importante de su vida.  Sus ideas las llevaba a todas partes y sus convicciones siempre las ponía por delante. En una asamblea, en la mesa de un bar o en una reunión social, ella discutía y nunca dejaba de decir lo que pensaba. Su humor era único, especial. Era dueña de una ironía fina y, a veces, de un humor negro del que, a esta altura de nuestras vidas y de nuestra relación, yo gozaba y disfrutaba.

La conocí  en los primeros años de los oscuros 90. Al principio nos unió la militancia en la histórica y amada agrupación Rodolfo Walsh de Perio. Al poco tiempo nos hicimos grandes amigues, de esos que pasan a ser familia, de los que si se eligen. Compartimos, viajes, militancia, marchas, tristezas personales y muchísimas alegrías. Frecuentamos bares, amigues, familia y siempre una mirada sobre el mundo y nuestra Patria Grande que  fortalecía nuestro vínculo. Militar las elecciones era algo que nos gustaba mucho. Recorriendo los pasillos de la facu o las escuelas de Gonnet, siempre defendiendo los votos del pueblo. Lo que más amábamos era ser parte de este proyecto transformador que es nuestra Facultad de Periodismo. Amaba dar clases…

Los últimos años fueron difíciles con su enfermedad pero nunca perdió sus ganas de vivir y dar pelea ¡Y cómo dio pelea! Hasta donde pudo y las fuerzas se lo permitieron. Fueron años de mucho amor, de cuidado, de proyectos. Junto a su familia hermosa, sus hijes, su hermano Juan y su papá, el queridísimo Pocho. Hoy me encuentro escribiendo estas líneas, en una fría mañana de Tandil, ciudad en la que la acompañamos en sus últimos días. Hoy junto a Paula y Juan, estamos convencides de que Ceci Rovarino fue siempre una generosa mano tendida y llevaremos en nuestros oídos la más maravillosa música: su risa

… nada nos deja más en soledad que la alegría si se va… De Fito para Ceci

Leonardo González (Profesor de esta casa de estudios).

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