Justicia social

GÉNERO

Durante el año 2010 la Asociación Mundial para la Salud Sexual realizó un llamado muy importante para establecer el 4 de septiembre como el Día Mundial de la Salud Sexual, donde más de 45 países fueron partícipes.

La importancia de implementar este día en la agenda sirve como herramienta para sensibilizar y promover la sexualidad como un aspecto esencial de las personas y un elemento de la salud reproductiva. El fin es fomentar un mundo donde no haya discriminación, respetando las diversidades.

Uno de los pilares fundamentales, para tener una buena calidad de vida, es poder saber de nuestros derechos y tener acceso a la información, como también contar con las herramientas necesarias para mantener una «buena» salud en sexualidades durante todas las etapas de nuestras vidas.

En Argentina existe además una Ley, sancionada en el año 2006, que establece que es obligatorio enseñar Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos y en las instituciones estatales o privadas. Esta ley garantiza que todos/as/es tengamos el derecho a saber de nuestra sexualidad y que seamos personas libres de discriminaciones y violencias. Aprender a tener una visión libre y responsable sobre nuestra sexualidad, contando con recursos adaptados a cada edad para protegerse de situaciones de abuso, violencia, discriminación, hostigamiento, etc.

Las consecuencias de su implementación deben ser un Estado que garantice disfrutar una vida sexual saludable y placentera, sin presiones ni violencias, donde cada uno/a/e pueda percibir su identidad de género y su orientación sexual libremente, sin ser juzgado/a/e. Donde se pueda acceder a tratamientos de reproducción médicamente asistida, tener el poder de decisión sobre nuestros cuerpos a tener o no hijos/as/es, con quién, cuántos/as/es y cuándo tenerlos/as/es; a tratamientos para modificación corporal de acuerdo a la Ley de identidad de género. Poder elegir y recibir métodos anticonceptivos de manera gratuita en hospitales, centros de salud, obras sociales y prepagas.

En definitiva, garantizar la salud sexual, también es una cuestión de Justicia Social.

Por Secretaría de Género FPyCS

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