INVESTIGACIÓN

Por Bianca Racioppe*

Sentarme a escribir para conmemorar el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia me llevó automáticamente a pensar en una serie de noticias que circularon por los medios de comunicación hace poco tiempo.

Lo primero que recordé fue ese titular de Clarín de mediados de 2021 que señalaba: “Apareció un donante y sólo estaban ellas para operar: hicieron historia en Argentina” Y, si bien en el cuerpo de la nota hay un intento por señalar la discriminación que sufren las mujeres cirujanas en pos de los privilegios que se le otorgan a sus colegas varones, ese adverbio colocado como al pasar demuestra el peso de siglos de patriarcado. Nos cuesta sacudirnos nuestros prejuicios. Y en esto, como comunicadores/as, tenemos una gran responsabilidad.

Otra noticia de este estilo -y que generó polémica en las redes sociales digitales- es la que publicó el diario Perfil en mayo de 2020. En la bajada de la nota se lee: “Científicos argentinos dan los primeros pasos en el desarrollo de una formulación oral para prevenir la infección por SARS-CoV-2. Será la primera iniciativa de América latina.” Luego, la foto muestra un equipo conformado casi íntegramente por mujeres y el epígrafe indica que es la doctora Juliana Cassataro, una mujer, quien dirige al grupo. Sin embargo, pese a esta arrolladora presencia de mujeres, cada vez que en la nota se hace referencia al grupo de trabajo se usan términos en masculino: “científicos”, “expertos”. Estamos ahí, pero no nos quieren ver. La historia de la ciencia sigue siendo relatada en masculino y esto no es menor.

Si hiciéramos un juego de preguntas y respuestas, de esos en los que hay que contestar rápido para ganar la mayor cantidad de puntos (esos que se asientan en la idea del conocimiento como acumulación de datos. Una discusión para otro artículo) y pidiéramos (nos pidiéramos) nombrar mujeres científicas, seguramente sólo nos acordaríamos de Marie Curie, una investigadora brillante, sin duda, pero que nombrada en soledad hace palpable la ausencia de las otras. Otras que no son nombradas y que, sin embargo, fueron fundamentales para el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

Hagamos otro juego, uno más acorde a los challenges de redes sociales digitales: ¿A qué edad te enteraste que…? Y completemos con nombres de mujeres como Hedy Lamarr, cuyas investigaciones permitieron descubrir el WiFi que es tan central en nuestra vida actual; Stephanie Kwolek, quien trabajó con fibras de alta resistencia que dieron origen al chaleco antibalas; Mária Telkes una científica que desarrolló el primer sistema de calefacción solar; Katherine Johnson, científica de la NASA que con sus cálculos posibilitó los viajes tripulados al espacio; Mary Anderson que fue la primera persona en patentar un dispositivo para limpiar los parabrisas de los autos; Alice Guy, pionera en el cine de ficción y los efectos especiales; Eugenia Sacerdote, una médica ítalo-argentina que investigó la enfermedad del Alzheimer… y tantas otras mujeres de las que recién ahora nos estamos enterando, y tantas otras que aún desconocemos y que tenemos la tarea de sacar de las sombras.

En esta búsqueda de las otras historias, les recomiendo visitar -y también contribuir a engrosar- el capítulo de Wikipedia de mujeres en la ciencia. Con este proyecto la enciclopedia abierta se propone sumar contenidos que visibilicen el papel de las mujeres científicas. Por su parte, Wikimedia Argentina y la Red Argentina de Género y Ciencia (RAGCYT) desarrollan la iniciativa “Científicas Argentinas en WIKIPEDIA”. También pueden seguir perfiles en Instagram como @mujeres_enlaciencia@mujeresquenofuerontapa@soldespeinada que evidencian las desigualdades de acceso, permanencia y reconocimiento que sufren las mujeres en distintos campos del saber.

Me gustaría cerrar con un fragmento de un capítulo de Los Simpsons -que inspiró el título de esta nota- en el que, de manera paródica, se plantea el tema de las mujeres científicas: para tranquilizar a Lisa, quien cree que está genéticamente condenada a perder su inteligencia, Homero invita a los hombres Simpson para demostrar que son exitosos. Resulta que no indagó muy bien y todos los Simpson que convoca han fracasado en sus profesiones. Pero se olvida de las mujeres. Resulta que las mujeres Simpson se han convertido en prestigiosas científicas. Homero no las tuvo en cuenta. Link al fragmento del episodio

*Profesora de esta casa de estudios.

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