DERECHOS HUMANOS

Por la Secretaría de Derechos Humanos FPyCS

Murió en la impunidad a los 96 años el empresario Carlos Blaquier, dueño del Ingenio Ledesma, quien fue procesado en el 2012 por privación ilegal de la libertad y por los secuestros de trabajadores y referentes sociales ocurridos entre marzo y julio de 1976, en la denominada “Noche del Apagón”. Durante los secuestros, la empresa proporcionó los autos para llevar adelante el operativo, además de cortar el suministro eléctrico para lograr el anonimato de los grupos de tarea en su accionar. Fueron raptadas decenas de personas, y llevadas a la hostería de Guerrero, que funcionaba como centro de torturas. A pesar de ser responsable de los delitos de lesa humanidad cometidos en las localidades de Libertador Gral. San Martín y Calilegua, en Jujuy, Blaquier murió en libertad, gracias al amparo del poder judicial que siempre lo protegió. En contraposición, Milagro Sala, quien encabezó todas las movilizaciones populares en contra de Blaquier, continúa presa política desde hace más de siete años.

El dueño de una de las empresas agroindustriales más importantes de la región contó con la inestimable ayuda de los más altos tribunales del país: la Cámara Federal de Casación Penal y la Corte Suprema, que demoraron el proceso durante casi ocho años. El Tribunal Oral Federal de Jujuy había dejado a Blaquier fuera del juicio oral a raíz de una supuesta «incapacidad mental sobreviniente». Sin embargo, en julio de 2022 la Cámara Federal de Casación Penal anuló la resolución y ordenó que se realizara un nuevo informe médico para determinar si efectivamente podía ser juzgado.

Lamentamos profundamente esta nueva ausencia de justicia y también repudiamos que el ex presidente Mauricio Macri, miembro fundador del PRO y uno de los líderes de Cambiemos haya pronunciado “Condolencias y cariño a la familia Blaquier por la muerte de Don Carlos Pedro” quien “presidió por más de 43 años el primer ingenio azucarero de la Argentina y fue uno de los referentes de la agroindustria”. Es lamentable que un ex jefe de Estado en democracia se refiera de esta forma a un genocida. Sin embargo, no nos sorprende: sabemos qué intereses representan, quiénes son sus amigos y cuál es su proyecto político.

Hoy como siempre y en el año que se cumplen 40 años de vida democrática ininterrumpida decimos basta de complicidad judicial, juicio, castigo y cárcel común a todos los genocidas.

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