Clase 02

La práctica, profesionalización e investigación deportiva en una forma u otra se imbrican en la trama sociocultural desde diversidad de lugares, en este sentido, proponemos abordar la relación del deporte con una de sus expresiones más significativas, a saber, las culturas populares. 

Se considera de suma importancia tal relación ya que el deporte, entendido como práctica cultural, cobra multiplicidad de sentidos según sean sus apropiaciones socioculturales, esto es, según el espacio social que ocupemos y los impulsos de nuestras propias motivaciones. Así se puede abordar su análisis intentando comprender cómo determinados deportes ingresan en las construcciones hegemónicas de sentidos socioculturales transformándose en símbolos, por ejemplo, nacionalistas; como así también, se puede reflexionar sobre fenómenos inversos: ¿por qué algunos deportes quedan arraigados como manifestaciones sectoriales sin poder trascender las barreras que los relacionan con un grupo étnico, región o sector sociocultural? Entre estos dos extremos se establecen infinidad de situaciones que muestran la complejidad a la que se enfrenta, ya sea un investigador como un periodista deportivo, a la hora de difundir y comprender al deporte.

Ahora bien, para interpretar las problemáticas antes esbozadas, es necesario indagar sobre una definición de “lo popular” y, en consecuencia, qué se entiende por “culturas populares”. Como una aproximación podemos asumir que los deportes populares serían aquellos que, ya sea que se piensen en una dimensión nacional como regional, integran en sus prácticas a la mayor parte de la población (inclúyase en su papel de jugador, espectador, hincha, etc.); deportes en proceso de popularización comprendería los que históricamente fueron practicados sólo por un sector de la sociedad y que en la actualidad están cobrando un auge que los conduce a integrar sectores sociales que antes excluía; y los deportes que no son populares estarían formados por aquellos considerados como “elitista”, es decir, que sólo los practica un sector de la sociedad excluyendo la participación de las mayorías. 

Con lo expuesto, nos acercamos a una definición de “lo popular” comprendido como aquellas prácticas, en este caso deportivas, donde se incluyan todos los sectores que componen la sociedad de referencia, diferenciándose de las que las elites dominantes o restringidos sectores socioculturales adscriben como propias. Por lo expresado, el término “popular” implica pluralidad e inclusión social mientras que su par opositor, llámese elite, sector, grupo suponen diferencia, exclusión sociocultural. Al situar el fenómeno descrito en términos de integración/exclusión entre grupos sociales y teniendo en cuenta que la sociedad es un sistema estratificado, se asume que cuando se analizan procesos de popularización o directamente se conceptualiza una práctica sociocultural como “popular”, se configura una problemática cuya interpretación conduce a pensarla como fenómeno atravesado por relaciones de poder.   

Cómo podrán observar, tal concepción está en íntimo intercambio con la perspectiva procesualista de cultura. Como veremos a lo largo del curso, para poder dimensionar la cultura popular hay que pensarla en relación a los centros de poder, una relación que es negociada y, por tanto, está signada por expropiaciones y reapropiaciones mutuas. Para poder analizar una práctica deportiva desde esa perspectiva, es necesario distinguir dos niveles de construcción sociocultural, por un lado, la dimensión estructural de la cultura compuesta por los órdenes dominantes y en tanto tales, hegemónicos; por el otro, la dimensión subjetiva, es decir, las prácticas que como constructores/reproductores de ese sistema hegemónico realizamos motivados/as por nuestros intereses sectoriales. Ese segundo aspecto de un mismo proceso, es el que abre a la posibilidad del cambio cultural y le otorga dinamismo al sistema. Pensemos por ejemplo en el fenómeno del rugby, en Argentina emerge y se conforma como una práctica elitista, pero dados los logros internacionales que obtuvo la selección nacional, podemos asumir que atraviesa por un proceso de popularización donde sectores sociales que tenían vedado ese espacio deportivo, hoy comienzan a acceder mediante la participación y fundación de clubes periféricos que adquieren su práctica. Tal fenómeno se puede producir por diversidad de motivaciones, desde económicas hasta deportivas, pero sean cuales fuesen, se ven obligados a romper con nichos elitistas para integrar una diversidad que en un principio no estaban dispuestos a aceptar. Es más, ese proceso de popularización tiene múltiples dimensiones porque también está emergiendo el rugby femenino, proceso de apropiación cultural fuertemente resistido por la hegemonía masculina.

Para seguir desenredando la madeja del análisis de las culturas populares en entramados sociales estratificados, donde las negociaciones de sentidos se producen y reproducen movilizados por relaciones de poder, es necesario sumar otro concepto clave para nuestra materia, a saber, la/las identidad/es como veremos en el próximo teórico. 

Lecturas obligatorias:

VELASCO, H. M. (1992). “Los significados de Cultura y los significados de Pueblo. Una historia inacabada” en Revista REIS Nº 60 Octubre-Noviembre.

Rosboch, M. E.; Ferrante, N. (2014). “¡Llenemos el Estadio! La cultura popular”. En: Rosboch M. E. (Compiladora) Culturas populares y deporte. La Plata: EPC.

Material complementario:

Material de acceso rápido a contenidos de clase 2