Clase 05

Seguramente que, a lo largo de sus estudios, habrán escuchado que la característica que atraviesa nuestro actual mundo de significación es que la posmodernidad o segunda modernidad como prefieren llamarla algunos autores implicó el colapso del espacio frente a la velocidad del tiempo. Para comprender lo expuesto piensen que, gracias a las nuevas tecnologías, podemos comunicarnos en la inmediatez con amigos que se encuentran del otro lado del globo.

Cuando hablamos de espacio y tiempo, estamos haciendo referencia a categorías culturales que cobran distintos significados según sea el sector sociocultural al que refieren, por ejemplo, en tiempos premodernos los pueblos se regían por los ciclos de las cosechas, mientras que en la actualidad, guiados por la modernidad, tenemos una concepción lineal, regida por las agujas del reloj. Es más, aún en nuestros días conviven lecturas del tiempo diversas ya que, por ejemplo, los embarazos se calculan por los ciclos lunares.

Con la noción de espacio sucede los mismo, al ser una categoría cultural, su concepción cambia según la conciban diferentes culturas. La sofisticación tecnológica en los medios de trasporte tornó al mundo mucho más pequeño, sentimos que todo está alcance de nuestras manos. Esa percepción cambia drásticamente lo que concebimos como cercano o lejano.

En consecuencia, el colapso del espacio por la velocidad del tiempo trae aparejada una sensación de inmediatez e incertidumbre. Los cambios son tan abruptos y rápidos, así como las posibilidades de movilidad, que nuestros horizontes de posibilidades se amplían de forma tal que nos imposibilita pensarnos en el largo tiempo. Hace unas generaciones atrás, una persona buscaba un empleo donde permanecer toda la vida, así, por ejemplo, se fueron construyendo las identidades obreras que hoy entran en una situación de fragilidad porque los jóvenes no se piensan estáticos sino por el contrario, rehúyen tal situación, para nadar en la ilusorias o no multiplicidad de oportunidades.

Tales procesos producen profundas transformaciones en las construcciones identitarias. Por un lado, los procesos globales de producción de sentidos producen que las adscripciones identitarias relacionadas a los sistemas nacionales se debiliten; y por el otro, al rasgarse el manto de homogeneidad nacionalista, reverberan las fracciones sociales sectoriales recrudeciéndose luchas religiosas, étnicas, raciales y de género, por citar las más significativas. El deporte no escapa a tales problemáticas, por el contrario, es una arena donde emergen, muchas veces en su cara más brutal, tales problemáticas. 

Lectura obligatoria:

GARCÍA CANCLINI, N. (1995). Cap.5 “Las identidades como espectáculos multimedia”. En Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales de la Globalización. Grijalbo, México: 107/116.

Prudkin, Gonzalo (2010) “Blogs futbolísticos en el Brasil y en la Argentina: la blogósfera como extensión del periodismo”. En revista Logos 33 Comunicação e Esporte. Vol. 17 N.º 2

Material complementario:

Material de acceso rápido a los contenidos de la clase