Teórico nº 7 – La evolución del boxeo
Esta semana vamos a introducirnos en algunas particularidades del mundo del boxeo, con el texto de Loïc Wacquant com punto de partida.
En la clase pasada entramos al capítulo del boxeo a partir de vamos a dar comienzo al trabajo con el primero de los deportes con los que vamos a trabajar en la materia, que es el boxeo. En este caso vamos a trabajar con los orígenes populares del boxeo, tema en el que nos introduce el texto de Loïc Wacquant (que se puede leer en ESTE LINK). Y vamos a iniciar la clase a partir de ver el siguiente video:
El texto de Wacquant nace de una etnografía en un gimnasio de boxeo en Chicago. El autor trabajó allí durante más de tres años, para poder estudiar lo que definió como una “fábrica de boxeadores”. En aquel espacio no había todavía mujeres (como sí es común encontrarlas hoy en muchos gimnasios) y tampoco había otros blancos. Era un espacio exclusivo de varones y casi exclusivo de afroamericanos.
Las imágenes del video que aparecen aquí arriba son parte de la película Million Dollar Baby, una de las tantas que el cine le ha dedicado a este deporte. Como en la mayoría de ellas, el foco de la historia es el de una protagonista que encuentra en este deporte un medio para salir de la pobreza, tal como lo proponía Archetti en el texto sobre el que trabajamos la semana pasada.
Es difícil precisar el origen del boxeo, aunque la teoría más extendida da cuenta de que viene de la antigua Grecia. Incluso fue incluido en la primera versión de los Juegos Olímpicos a partir de la 23ra edición, en el año 668 antes de Cristo. Se trató de una actividad popular en aquellos tiempos, aunque era cruel en extremo. Quienes lo practicaban envolvían sus manos en tiras de cuero a las que luego se adhirieron trozos de plomo o de cobre. La idea no era amortiguar la fuerza de los golpes, sino aumentarla. Los boxeadores solían salir desfigurados de la arena de combate y muchos terminaban muertos, por lo que la actividad desapareció con el tiempo.
El boxeo tal como lo conocemos hoy resurge en Inglaterra en el Siglo XVIII. Por eso sus unidades de medida son británicas y por eso su nombre (“box”, en inglés, hace referencia al cuadrilátero). Sus primeras características, sin embargo, fueron muy diferentes a las actuales. Los combates no tenían límites ni descanso y no se usaban guantes, sino que se peleaba a puño limpio y no había una duración de asaltos predeterminados. Ganaba el que dejaba fuera de combate al otro, se permitían usar las piernas para pegar (a la francesa) y también tomas típicas del catch. La transición entre este tipo de boxeo y el que conocemos hoy se puede ver en el siguiente video.
John L. Sullivan se llamaba John Lawrence Sullivan y está considerado como el primer héroe nacional deportivo de los EEUU. Y todos lo consideraban como “campeón mundial”, pese a que no existía un organismo a nivel mundial que extendiera los títulos. Fue el campeón de la transición, el último de boxeo a puño limpio.
La fecha del inicio del boxeo moderno está considerada la de 1892, cuando se lleva a cabo la primera pelea con guantes. Allí comenzaron a aplicarse las reglas de Queensberry, que aparecen nombradas en el video y que fueron elaboradas bastantes años antes, en 1867. Las redactó John Sholto Douglas (octavo marqués de Queensberry) y establecían sintéticamente lo siguiente:
1.- El ring debería medir siete metros cuadrados como máximo y estaría rodeado de cuerdas.
2.- No estará permitido agarrarse del rival. Quien se agarré no estará habilitado reglamentariamente para pegar.
3.- Cada round tendrá una duración de tres minutos, con un minuto de descanso entre un asalto y el siguiente.
4.- Si uno de los boxeadores cayese, deberá levantarse por sí mismo antes de los diez segundos, lapso durante el cual el adversario deberá mantener a distancia del caído, normalmente en un rincón neutral. En caso de que el caído no se levantara antes de los diez segundos el árbitro declarará vencedor al otro por fuera de combate.
5.- Cuando uno de los contendientes se agarrarse de las sogas, aunque permanezca de pie se lo considerará caído y le serán contados todos los segundos que fuesen necesarios.
6.- Durante el round y mientras los púgiles estén combatiendo, no se permitirá la entrada el ring de persona alguna, ni siquiera a los cuidadores.
7.- Si el combate tuviese que suspenderse por cualquier causa, el árbitro fijará fecha y lugar para su terminación.
8.- Los guantes a emplearse deberán ser nuevos y de buena calidad. Si un guante se rompiese o fuese defectuoso, el árbitro deberá exigir su cambio.
9.- El boxeador que apoye su rodilla en la lona será considerado como caído y si recibiese algún golpe en esta posición, será declarado ganador por descalificación de su rival.
10.- Se prohiben los zapatos o botas en punta o con clavos.
Estas diez reglas se mantienen en esencia hasta el día de hoy, y contribuyeron a hacer del boxeo una actividad menos cruenta. De esta forma, creció su popularidad y entró al siglo XX como uno de los deportes más importantes del mundo. Para ese entonces, hacía mucho que había llegado a América.
Fueron los marinos ingleses los que introdujeron el boxeo en el nuevo continente. Sus conocimientos y fortaleza le permitían vencer fácilmente a los americanos, aunque sufrían por los conflictos ocasionados por las apuestas. En 1833, el campeón inglés James Burke le dio una paliza al estadounidense Sammy O’Rourke, aunque debió huir en medio de la pelea amenazado de muerte por un grupo de apostadores que habían jugado su dinero a favor de O’Rourke. Como se ve, los problemas con los apostadores no son sólo de ahora.
Lo cierto es que el boxeo ya despertaba pasiones en EEUU desde esa época y fue allí donde tuvo su desarrollo más veloz e importante. Es que en el siglo XIX y a principios del siglo XX, en Gran Bretaña se trataba de una actividad noble y aristocrática. En EEUU, mientras tanto, se estaba dando un giro hacia una actividad popular con la aparición de la raza negra, llamada a dominar el mundo del boxeo por un buen tiempo.
A principios del siglo XX, Jack Johnson estaba entre los mejores boxeadores del mundo, pero nunca un boxeador negro había disputado la corona mundial de los pesos pesados. Hacía bastantes años que John L. Sullivan (último campeón de la época “antigua”, en la que se aun peleaba con los puños desnudos) se había negado a darle la oportunidad a Peter Jackson, alegando que “nunca lucharé con un negro, nunca lo he hecho y nunca lo haré”. Los campeones que siguieron a Sullivan en el trono de los pesos pesados: Jim Corbett, Bob Fitzsimmons y Jim Jeffries también se negaron a defender su título contra boxeadores negros.
El combate por el título mundial tuvo lugar el 26 de diciembre de 1908 en Sydney (Australia), donde Jack Johnson se enfrentó al vigente campeón Tommy Burns, de Canadá. El combate lo ganó Jack Johnson con una gran claridad. Jack golpeaba mientras decía “Vamos Tommy ¿es que no sabes golpear más fuerte?”, anticipándose al estilo de un Muhammad Alí en los años 60 y 70, mientras el rostro del canadiense era una máscara de sangre, cayendo en el 14º asalto de un potente cruzado de derecha. Jack Johnson se convirtió de esta forma en el primer negro que se consagró campeón mundial de los pesos pesados. Simbólicamente, era el hombre más fuerte del mundo.
A su regreso a Estados Unidos, el nuevo campeón hacía cosas que enfurecían a la América blanca: de sus cuatro matrimonios las tres últimas fueron con mujeres blancas. Pronto empezaron a buscar “La Gran Esperanza Blanca”, que no era otra cosa que un blanco que le arrebatara el título. Sin embargo, reinó hasta 1915, está considerado uno de los 10 mejores pesos pesados de la historia y en un documental sobre su vida, Ken Burns dijo: “Durante más de trece años, Jack Johnson fue el afroamericano más famoso y notorio de la Tierra”.
Hasta ahí, sin embargo, no había un ente que reconociera a los campeones del mundo del boxeo. El primer cuerpo sancionador del boxeo profesional tuvo lugar en 1921, con la llamada National Boxing Asociation (Asociación Nacional de Boxeo). ¿Era una organización nacional que organiza títulos del mundo? Sí, tal como lo hacía la NBA del básquet (que tiene la misma sigla). Hasta hace unos pocos años, cuando terminaba la final de la NBA, el tablero electrónico decía “San Antonio Spurs world championship”. Para los estadounidenses, el campeón de su liga, de la NBA, es el campeón del mundo. Y eso mismo era lo que ocurría con la NBA del boxeo.
La NBA fue formada en 1921 por representantes de trece estados de Estados Unidos y el primer combate que reconoció fue Jack Dempsey vs Georges Carpentier por el campeonato de los pesados en Nueva Jersey. El organismo tardó más de cuatro décadas en cambiar su nombre por el de Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Fue en 1962, con el crecimiento de la popularidad del boxeo en todo el mundo y coincidentemente mudaron la sede de la Asociación a Panamá.
En 1974, dos figuras del boxeo panameño, Rodrigo Sánchez y Elías Córdova, modificaron las reglas de la Asociación para dar mayoría de votos a las naciones latinoamericanas. El venezolano Gilberto Mendoza ha sido el presidente de la Asociación desde 1982 (lleva más de 30 años) y en los años 90 trasladaron las oficinas centrales de Panamá a Caracas (Venezuela). En enero de 2007 volvieron a trasladar las oficinas a Panamá City. Mendoza explicó que la estabilidad política, la seguridad jurídico y el servir de punto estratégico para todo tipo de operaciones son algunas de las razones por las cuales se tomó la decisión de volver a Panamá. Si alguien piensa que es para lavar dinero, allá él.
En 1963 se creó el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), cuando los latinos se sintieron relegados por las políticas de la AMB. El organismo fue inicialmente creado por 11 países: EEUU, Argentina, Inglaterra, Francia, México, Filipinas, Panamá, Chile, Perú, Venezuela y Brasil. Puerto Rico se unió en la Ciudad de México el 14 de febrero de 1963, invitado por el entonces presidente (el mexicano Adolfo López Mateos). La idea fue crear una organización que lograra unificar todas las comisiones del mundo para controlar la expansión del boxeo.
Los grupos que históricamente eran reconocidos por la mayoría de los boxeadores en su momento eran la New York State Athletic Commission, la National Boxing Asociation, la Unión Europea de Boxeo y la British Boxing Board of Control. Pero estos grupos, al contrario de lo que se creía, no podían abarcar todo el territorio internacional.
La AMB y el CMB son las dos entidades más prestigiosas del mundo del boxeo, no sólo las más antiguas. Son las únicas dos que existieron hasta entrados los años 80, cuando ser campeón del mundo era un privilegio reservado para muy pocos, y muchos de los que ostentaban tal condición eran figuras de renombre mundial.
El mayor ejemplo de esto fue Muhammad Alí, tres veces campeón del mundo de los pesados y antes campeón olímpico en Roma 1960. Bautizado como Cassius Clay, se cambió el nombre al convertirse al Islam y está considerado como el mayor ícono del deporte del siglo XX. Para muchos fue el mejor boxeador de todos los tiempos, pero además fue un militante furioso por los derechos de los afroamericanos y un ídolo en el mundo entero, fundamentalmente en el tercer mundo y en el Africa negra.
En 1963 se quedó con las coronas de la AMB y el CMB de los pesados al derrotar a Sonny Liston, cuando todavía se llamaba Cassius Clay. Previo al evento, Clay recurrió a la provocación afuera del cuadrilátero, lo que después sería un clásico en su carrera. Llamó al campeón mundial «oso horrible», y hasta mostró una trampa para osos en la puerta de su casa. El día del pesaje oficial le gritó que era un “vago” y que se lo “comería vivo”, entre otras ofensas. Por eso lo multaron por “conducta inapropiada”, pero consiguió llamar la atención del mundo entero. Antes de la pelea, además, pronosticó que iba a noquear a Liston en el octavo asalto y cumplió: ganó por KO en el octavo.
Al año siguiente le dio la revancha a Liston, cuando ya era Muhammad Alí. Pero la AMB le había quitado la corona; según la versión oficial por haber pactado la pelea con Liston en contra de las reglas de la entidad (si bien existe la versión que la AMB no deseaba estar ligado con él por sus lazos con la Nación del Islam, aparte que ya se encontraba relacionado con las protestas populares de la década). Volvió a ganarle y mantuvo la corona del CMB hasta 1967, cuando unificó el título contra Ernie Terrel, el campeón de la AMB.
Sin embargo, debido a su negativa para incorporarse en las Fuerzas Armadas de su país en la guerra de Vietnam, sus licencias para boxear fueron canceladas y fue despojado de sus títulos. No volvería a pelear en tres años y medio; hasta ese momento tenía un récord de 29 victorias sin derrotas, 22 de ellas por nocaut.
“¿Por qué tengo que ir a matar vietnamitas si ellos no me hicieron nada? Ellos no me molestan diciéndome ‘negro sucio’ ni discriminándome como si lo hacen los norteamericanos”, dijo Alí cuando quisieron mandarlo a la guerra de Vietnam. Así, perdió la corona pero se trasformó en un ícono para los afroamericanos y también para los países del tercer mundo.
Eso quedó claro cuando volvió a boxear, en 1970, aunque le costó recuperar el título del mundo. Recién lo pudo conseguir en 1974, cuando enfrentó a George Foreman, un campeón que parecía invencible. Fue en Zaire, en una batalla épica que mereció crónicas de todo tipo, cuentos (uno histórico de Osvaldo Soriano) y hasta una película, Cuando éramos reyes, de la que se tomaron las imágenes que se van a ver a continuación.
La película “Cuando éramos reyes” (que se puede ver completa en ESTE LINK) cuenta la historia del combate entre Muhammad Alí y George Foreman, que Alí ganó por nocaut en el octavo asalto y que significó un quiebre en la historia, ya que inició la era del gran negocio del boxeo.
Don King se ofreció para la promoción del esperado evento, pero ambos contendientes querían 5 millones de dólares, una locura para la época. El promotor los consiguió, tras convencer al dictador de Zaire (Mobutu Sese Seko) para patrocinar la pelea y de paso promocionar al país en el extranjero. Fue clave la figura de Alí, un ídolo para los africanos.
La pelea se programó para el 30 octubre, con 60.000 espectadores y comenzó a las 3 de la madrugada, para coincidir con la televisión estadounidense. Para ese tiempo, los expertos consideraban que nadie podía soportar el brutal ataque de Foreman, cuyas ocho peleas anteriores no habían durado más allá del segundo asalto. Alí tenía la crítica en contra, puesto que su agilidad había mermado considerablemente. Lo que no había olvidado era el show previo. Y llegó a decir que Foreman era “un traidor a la raza negra”, lo cual le valió que todos los africanos estuvieran con él: durante su estadía en Zaire, el público le pedía “¡Ali bumaye!” (Alí mátalo).
Ya en la pelea, Alí intentó sorprender atacando con el directo sin abrir antes con el jab. Y lo hizo, pero no consiguió noquear a Foreman. Ante eso, en el segundo asalto se fue contra las cuerdas y se dedicó a soportar los fuertes golpes de Foreman, una estrategia que realizó a lo largo del combate y que sería conocida de ahí en adelante como “rope–a–dope”, la cual tenía como finalidad cansar al adversario, pero que también requería una gran capacidad de resistencia.
El ataque sobre el cuerpo de Alí era brutal, pero en ocasiones el retador agarraba a Foreman de la nuca y le susurraba que no sufría ningún daño entre otras afrentas, y en ocasiones demandaba al público su apoyo, que claramente estaba a su favor. Finalmente, en el octavo asalto Alí atacó con la definitiva combinación de golpes que noqueó a Foreman y le despojó de los cetros y el invicto.
El combate marcó dos hitos: Alí se consagró como el segundo boxeador de la historia en recuperar el título de campeón mundial del peso pesado (Floyd Patterson lo había realizado en 1960) y también se considera que el evento fue uno de los precursores de la globalización de las telecomunicaciones en materia del deporte. El negocio creció y así fue que en la década siguiente aparecieron nuevos organismos que otorgan títulos del mundo.
En 1983 nació la Federación Internacional de Boxeo (FIB). Fue luego de la convención anual de la AMB en Puerto Rico, cuando Bob Lee (presidente de la USBA, una Asociación del Boxeo de EEUU), perdió ante Gilberto Mendoza la carrera por el presidente de la AMB. Al no poder vencerlo, decidió crear una nueva organización a nivel mundial (la FIB), que tuvo su sede en New Jersey. Tuvo mucho que ver en esto el gran negocio de la TV y la tarea de promotores como Don King y Bob Arum. En esos años nació el pay per view (pagar para ver) y se multiplicó el negocio.
El primer campeón mundial de la FIB fue Marvin Camel, un antiguo campeón del mundo del CMB, que ganó el título en la misma división, la Crucero. Durante su primer año el organismo tuvo problemas, pero ya en 1984 nombraron campeones como Larry Holmes, Aaron Pryor, Marvin Hagler y Donald Curry, que también eran campeones en otras divisiones. En el caso de Holmes, llegó a renunciar al título de los pesados del CMB para aceptar el de la FIB.
Desde entonces, la FIB ha tenido a varios de los mejores campeones del mundo, como Félix Trinidad (campeón del peso Welter desde 1993 a 2000) o Wladimir Klitschko (campeón mundial de los pesados). Sin embargo, la reputación de la organización se vio seriamente dañada en 1999, después de problemas en las clasificaciones mundiales. Hiawatha Knight llegó a ser la primera mujer presidente de una organización mundial de boxeo y la sucedió en 2001 Marian Muhammad. Hoy, el presidente de la FIB es Daryl Peoples, un estadounidense, como casi todos los que toman las decisiones en el organismo.
En los años 80 apareció el último de los pesos pesados en reinar en las tres categorías existentes por entonces, que fue Mike Tyson. En 1986 se consagró como fue el campeón más joven en la historia del Consejo al ganar el título a los 20 años y luego unificó la corona al derrotar a los campeones de la Asociación (James Smith) y la Federación (Tony Tucker). Como Sullivan, fue un peleador brutal. Aprendió a pelear en prisión y se transformó en un fenómeno global. Con la televisión ya instalada y en crecimiento, sus puños fueron famosos en todo el planeta.
En 1990 perdió el título por nocaut ante James Douglas en una de las mayores sorpresas de la historia (las apuestas estaban 42 a 1 en su favor) y ya no volvió a ser el que había sido. Recuperó brevemente la corona en 1996, pero la perdió ante Evander Holyfield. Y al intentar recuperarla, fue famosa la escena en la que mordió la oreja del campeón, siendo descalificado. Para entonces, se había sumado un nuevo ente rector del boxeo.
En 1988 nació la Organización Mundial de Boxeo (OMB), luego de que un grupo de puertorriqueños y dominicanos se separaran de la AMB. Fue tras una convención en la Isla Margarita, en Venezuela, disgustados por las cuestionables reglas de la Asociación y por los sistemas de clasificación que se utilizaban.
La OMB es la más reciente y la menos prestigiosa de las cuatro entidades que otorgan títulos del mundo. Su sede está en San Juan de Puerto Rico.
Claro que ser campeón del mundo ya no es algo reservado a un exclusivo círculo, como ocurría décadas atrás. Hoy, con la AMB, el CMB, la FIB y la OMB suman cuatro organismos y cada uno de ellos reconoce al menos a 17 campeones del mundo. En total son 68 solamente en el boxeo masculino, una suma imposible de recordar para cualquiera, incluidos los periodistas. Pero eso va a ser tema del próximo teórico, en el que también pondremos el foco en el boxeo de las mujeres.
LECTURA PARA LA PRÓXIMA CLASE:
“Género, nacionalismo y boxeo”, de Hortensia Moreno. LEER EN ESTE LINK