Teórico nº 9 – Automovilismo en Argentina
En la clase de hoy vamos a empezar a hablar del automovilismo y de su historia en nuestro país a partir del texto de Eduardo Archetti.
Dentro de la gran cantidad de disciplinas deportivas que existen en el mundo, el automovilismo es muy diferente al resto debido a una gran cantidad de características y factores. Lo primero que sale a la luz es la imperiosa necesidad de un elemento mecánico para practicarlo, es su gran distintivo. Ese elemento, no se acciona, ni se mueve solo, ni a control remoto, es manejado por un deportista desplegando una gran lista de cualidades y capacidades físicas y mentales. En ESTE LINK está el texto correspondiente a la clase.
Desde sus comienzos, los hombres imponían su integridad física ante el riesgo de la práctica de este deporte. Como en toda actividad, con el correr de los años y las décadas, la tecnología fue avanzando, y esto se reflejó en unidades mecánicas con mayor potencia y velocidad. Estas características de los autos, recién en los últimos años del siglo pasado, fueron contenidas por los escenarios y lugares en cuanto al riesgo.
En sus primeros pasos, sin la existencia de autódromos, los trazados eran confeccionados a través de caminos y carreteras públicas, sin ningún tipo de dispositivo de seguridad, ante la posibilidad de un despiste. Tampoco los autos, contenían elementos de protección internos, ni nada por el estilo. Estas cuestiones hizo que históricamente el automovilismo sea un deporte de altísimo riesgo para la vida del piloto.
El piloto, siempre estuvo expuesto a situaciones y maniobras que provocaran vuelcos y fuertes golpes. La lista de accidentes y muertes en este deporte es muy grande en los primeros años de existencia. Una prueba de ello la podemos ver en el siguiente video:
Siempre que hablamos de Automovilismo, nos estamos refiriendo a un deporte bajo fiscalización y reglas. Organizados y agrupados en “categorías” que ordenan su actividad con un estatuto, un reglamento deportivo, y un reglamento técnico, que encierra la preparación de la unidad mecánica.
En la competencia, se aplican estrategias de carreras, tácticas, y mucha técnica por parte de los pilotos a la hora de manejar. La figura del piloto de automovilismo, como deportista, pone mucho de su físico en su práctica. Cualidades físicas y mentales son aplicadas en forma permanente a la hora de conducir un auto a altas velocidades. Poniendo en juego su integridad, debe aplicar valentía, concentración, memoria y coordinación para afrontar la alternancia entre velocidad y momentos de frenaje en la continuidad de curvas.
Resistencia corporal, y estado físico para aguantar las temperaturas de los habitáculos, que con el calor del motor y el buzo anti flama, muchas veces pasa los 70 grados. Agilidad y coordinación en las extremidades para los movimientos exige el manejo. Con el correr del tiempo, la profesionalización de la actividad y la conciencia de los deportistas, todas estas capacidades se logran por medio de un entrenamiento. Rutinas de gimnasios, ejercicios especiales para la resistencia corporal y horas de simuladores son la receta para llegar a un alto rendimiento, tanto en lo físico, como en lo neuronal.
La práctica de deporte con autos en la Argentina, remonta sus inicios a principio del siglo pasado, cuando en la primera década del 1900, aparecieron los primeros rodados en el país. Los mismos eran utilizados por algunos señores de clase alta porteña, para correr carreras y mostrar sus máquinas y sus destrezas en competencias y exhibiciones. Con el paso del tiempo, esta práctica se iba tornando más habitual y menos elitistas.
Entradas las décadas y con la gran importación primero y las primeras fábricas motrices después, sectores de la clase media comenzaron a tener la posibilidad de tener su propio auto. La actividad fue creciendo, la popularidad y el federalismo, se hicieron presentes. La explosión fue en menos de tres décadas, cuando ya los mecánicos de las zonas urbanas preparaban sus coches y desafiaban al peligro manejando a altas velocidades en pruebas organizadas por los caminos que unían pueblos, ciudades y hasta provincias. De esa manera, en 1937, nace el Campeonato Argentino de Velocidad, organizado por el Automóvil Club Argentino (ACA), que iba a ser la antesala, de lo que pocos años más tarde sería el Turismo de Carretera.
El video que acabamos de ver nos muestra la carrera de TC que en 1938 vio triunfador a Ricardo Rissatti y que emitió el programa Campeones. Eran tiempos en los que los Grandes Premios se disputaban por etapas, en los que se corrían en rutas y no en autódromos, y en los que el automovilismo ayudaba a abrir caminos, a unir ciudades, a tender puentes entre los diferentes sitios de la geografía nacional.
Nacía así el folcklore que cruzaba alambrados y posicionaba a los miles de seguidores que se amontonaban en los caminos para ver pasar a sus ídolos. Los Gálvez, los Emiliozzi, Juan Manuel Fangio y muchos más, que competían jugándose la vida a grandes velocidades. Con el desarrollo, y viendo que el tema seguridad se ponía muy complicado, comenzó a practicarse en pistas especiales preparadas dentro de autódromos, que en pleno auge de la actividad comenzaron a surgir en todas las ciudades del país, año tras año.
De esa manera, también se derrama a la actividad zonal, más allá del gran Turismo Carretera que corría por distintas partes del país. la organización del ACA creando la CDA (Comisión Deportiva Automovilística) pudo organizar por medio de federaciones regionales la existencia de cientos de categorías, que recibidas en los autódromos de las diferentes ciudades llevaban adelante la actividad amateur organizada.
A finales de la década del 60 se crea la ACTC, que comenzó solo siendo un órgano representante y defensor de los derechos de los pilotos que competían en el TC, como Asociación Corredores Turismo Carretera. Con su crecimiento y representatividad, lograron revelarse para transformarse a comienzos de la década del 70 en un ente autofiscalizador de sus propias competencias, independizándose así del Automóvil Club Argentino.
La federalización de la actividad por medio del TC y el crecimiento de la actividad, todos los fines de semana, en gran parte de las provincias argentinas, fueron acentuando el crecimiento del deporte motor. Esta masificación de la actividad, impulsada por la pasión y la tradición, pudo lograr un lugar en el podio, de los tres deportes más populares del país.
De eso nos habla Eduardo Archetti en su texto y con la lectura del mismo vamos a seguir trabajando la clase que viene.