Experiencias

Proyecto Huerta Urbana-Adulto Mayor. Sistematización de experiencias sobre saberes y prácticas campesinas

Urban Vegetable Garden-Elderly Project. Systematization of Experiences of Knowledge and Peasant Practices

Daniel Andrés Bravo Villanueva
Corporación Universitaria Minuto de Dios (UNIMINUTO), Colombia
Ildefonso Arias Perales
Corporación Universitaria Minuto de Dios (UNIMINUTO), Colombia

Extensión en red

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN: 1852-9569

Periodicidad: Frecuencia continua

núm. 13, e032, 2022

revistaextensionenred@perio.unlp.edu.ar

Recepción: 09 Junio 2022

Aprobación: 20 Octubre 2022

Publicación: 22 Noviembre 2022



DOI: https://doi.org/10.24215/18529569e032

Resumen: En el presente artículo se aborda el proceso de sistematización de experiencias del Proyecto Huerta Urbana-Adulto Mayor en la fundación Revivir Siglo XXI, ubicada en el Municipio de Soacha, Colombia, entre los años 2015 y 2019. La investigación se generó por medio de las historias de vida de los principales actores que participaron de manera activa y voluntaria en la institución. El principal objetivo fue identificar los saberes y las prácticas campesinas que confluyen y se relacionan entre comunidad, personal directivo, estudiantes y docentes universitarios que acompañaron este proceso educativo y práctico. Mediante entrevistas en profundidad y grupos focales, se identificaron distintas formas de cultivar arraigadas a saberes ancestrales y prácticas campesinas reconfiguradas en contextos urbanos.

Palabras clave: saberes ancestrales, contexto urbano, construcción social, diálogo de saberes.

Abstract: This article addresses the process of systematizing experiences of the Huerta Urbana-Adulto Mayor Project in the Revivir Siglo XXI foundation, located in the Municipality of Soacha, Colombia, between 2015 and 2019. The research was generated through the life stories of the main actors who participated actively and voluntarily in the institution. The main objective was to identify the peasant knowledge and practices that come together and relate to the community, management personnel, students and university professors who accompanied this educational and practical process. Through in-depth interviews and focus groups, different ways of cultivating rooted in ancestral knowledge and peasant practices reconfigured in urban contexts were identified.

Keywords: ancestral knowledge, urban context, social construction, dialogue of knowledge.

Comunidades campesinas y territorios urbanos

En Colombia, a mediados del siglo XX, gran parte de la población campesina se vio obligada a desplazarse a los cascos urbanos por diversos motivos: el conflicto armado, mejores condiciones económicas, escasa productividad en las zonas rurales, insuficiente oferta educativa, entre otros. Esto provocó un desproporcionado aumento de la población campesina en los centros urbanos, al tiempo que afectó el modo de vivir de estas comunidades, sus dinámicas laborales, culturales y personales. En este proceso, el impacto más fuerte se produjo en la población de adultos/as mayores que debieron trasladarse desde su lugar de origen hasta lo desconocido, para encontrar espacios que posibiliten el acceso al trabajo, la vivienda digna, pero, sobre todo, donde se les reconocieran sus prácticas y sus saberes campesinos como virtudes que se construyen en la ruralidad y que no debieran excluirse de la vida en contextos citadinos.

Los saberes y las prácticas campesinas, además de ser el pilar fundamental en la presente sistematización de experiencias (Benavides-Hernández & Marín-Burgos, 2019), se presentan como una fuente de conocimientos, de producción y de creación humana que están insertos en la cultura campesina y que abordan todo lo relacionado con el ejercicio de labrar la tierra, con un profundo significado por el territorio, el fortalecimiento de la identidad grupal y el sentido comunitario (Morales-García, 2016). Desde esta perspectiva, se entiende que las comunidades campesinas enfocadas en el/la adulto/a mayor integran saberes que se relacionan con lo adquirido de sus antepasados y que se refuerzan en las nuevas maneras de trabajar la tierra, mediante herramientas generadas en la modernidad, que, a su vez, se conjugan y se adaptan a los tiempos, espacios, ofertas y demandas –entre otros requerimientos– propios de los territorios urbanos.

En este escenario, desde algunas fundaciones se promueven las huertas urbanas como espacios que permiten el desarrollo de unidades productivas y que contribuyen al fortalecimiento de la cohesión social en las comunidades. Ejemplo de lo anterior es la posibilidad que ofrece la Fundación Juvenil Revivir Siglo XXI (https://fundacionjuvenil.wixsite.com/paginaoficial), ubicada en la Comuna 4 de Altos de Cazucá en el Municipio colombiano de Soacha.1 Su modelo de pacificación urbana incluye una línea de trabajo enfocada en el emprendimiento social: la Huerta Urbana-Adulto Mayor, que ofrece una oportunidad para que esta población participe y se apropie de este espacio, mediante un ejercicio que permite conjugar lo rural y lo urbano, el saber y las prácticas, el pasado y el presente, la memoria y los sueños.

El proyecto de sistematización de experiencias que se presenta en este trabajo fue realizado en 2021 y se adaptó a los cinco momentos metodológicos propuestos por Oscar Jara (2018). La investigación dio inicio con la participación voluntaria en el proyecto Huerta Urbana-Adulto Mayor en el marco de un convenio entre la Uniminuto (https://uniminuto.edu/) y la Fundación Juvenil Revivir Siglo XXI, y tuvo como objetivo identificar los saberes y las prácticas campesinas que confluyen y se relacionan en estos escenarios.

Abordaje metodológico

Indagar sobre los saberes y las prácticas campesinas generadas en el proyecto Huerta Urbana-Adulto Mayor, en el marco de la sistematización de experiencias, supone «un ejercicio intencionado que busca penetrar en la trama próximo-compleja de la experiencia y recrear sus saberes con un ejercicio interpretativo de teorización y de apropiación consciente de lo vivido» (Jara, 2018, p. 55). De esa manera, además de reconocer las diversas vivencias que relatan los actores principales del proyecto, se hace una transición hacia la objetividad donde la reflexión hará parte de un saber crítico y teórico argumentado bajo la perspectiva de algunos autores/as que han dialogado sobre lo que hay más allá de las experiencias particulares recuperadas en este ejercicio.

Esta investigación es de corte cualitativo ya que enfoca la comprensión de los fenómenos desde la perspectiva de los/as participantes en un ambiente natural y en relación con su contexto (Hernández Sampieri, Fernández Collado & Baptista Lucio, 2014). En otras palabras, la realidad desde el sentir y los pensamientos de los actores principales: la comunidad, los/as estudiantes de las universidades participantes y los directivos de la Fundación Revivir Siglo XXI, que presenciaron los cambios producidos durante el tiempo delimitado para la sistematización de experiencias. Bajo un panorama reflexivo y de análisis, que conjuga el contexto con las dinámicas dadas con quienes contribuyeron en el proyecto, este estudio se adapta al enfoque crítico social, dado que invita al sujeto a este tipo de procesos deliberativos con la posibilidad de cambios por medio de la reflexión que él mismo es capaz de generar (Melero Aguilar, 2012).

Como se indicó, la sistematización de experiencias llevada a cabo se desarrolló en función de los cinco momentos metodológicos propuestos por Jara (2018), a saber: el punto de partida de la experiencia, la formulación del plan de sistematización, la recuperación del proceso vivido, las reflexiones de fondo y los puntos de llegada. Para esto, se implementaron como técnicas de relevamiento de información la entrevista en profundidad, los grupos focales y la construcción colectiva de una línea del tiempo con los principales actores que hicieron parte del proceso.

La técnica de entrevista en profundidad se aplicó sobre una muestra representativa conformada por siete personas: dos integrantes de la comunidad, dos estudiantes (de las universidades Uniclaretiana, https://uniclaretiana.edu.co/, y Uniminuto, https://uniminuto.edu/ respectivamente) dos directivos de la fundación y un docente de la Uniminuto. A través del diálogo, los/as entrevistados/as describieron sus experiencias durante el desarrollo de las fases construidas entre los años 2015 a 2019, tanto las relacionadas con la huerta y con su vida en la ruralidad como con cualquier vínculo que desde lo urbano se entrelazara con las prácticas campesinas.

La técnica de grupo focal, en tanto, se utilizó como instrumento para la elaboración de la reconstrucción histórica. El grupo quedó conformado por ocho personas que participaron del proyecto en colaboración con la comunidad: siete adultos/as mayores y un docente. Cada persona redactó lo que recordaba que había sucedido en el período 2015-2019, no solo quienes estuvieron desde el inicio, sino también quienes se integraron a la fundación y al proyecto en los años más recientes.

En la Tabla 1 se presentan los criterios de selección y de participación de los actores en el ejercicio de investigación. También, algunos aspectos tenidos en cuenta para la definición de las estrategias, de los instrumentos de recolección de la información y de los escenarios en los que se desarrolló el ejercicio investigativo.

Tabla 1
Criterios de selección y de participación de los actores en el ejercicio de investigación
ASPECTOS Y CRITERIOS METODOLÓGICOS
ACTORES CRITERIOS
Comunidad - Pertenecer al proyecto Huerta Urbana. - Hacer parte de la fundación. - Estar de acuerdo en participar del ejercicio de sistematización.
Estudiantes - Haber acompañado el proyecto Huerta Urbana. - Pertenecer a una de las universidades participantes del proceso. - Estar de acuerdo en participar del ejercicio de sistematización.
Directivos de la Fundación - Haber participado del proyecto de Huerta Urbana. - Pertenecer a la Fundación Juvenil Revivir Siglo XXI. - Estar de acuerdo en participar del ejercicio de sistematización.
INSTRUMENTOS CRITERIOS
Entrevista Las entrevistas individuales permitieron un acercamiento a las narrativas de los actores a través del diálogo directo, situado y con-sentido. Dichas narraciones fueron fuente significativa para la reconstrucción histórica y para la comprensión de la experiencia.
Grupo focal Esta estrategia abrió la posibilidad de confrontar, de complementar y de situar las distintas narrativas sobre la experiencia compartida por los actores, y aportó en la comprensión de la experiencia colectiva alimentada desde la mirada individual de cada actor.
Revisión documental La revisión de piezas comunicativas, de documentos relacionados con la experiencia y de imágenes, apuntó a contextualizar la experiencia atendiendo a una visión panorámica de la misma. Esta revisión fue útil para recrear momentos clave del proceso que fueron compartidos con los actores para avivar el recuerdo.
ESCENARIOS CRITERIOS
Huerta Espacio en el que más a gusto se sienten los/as participantes de la experiencia, donde ponen en juego sus prácticas y sus saberes. En la huerta, quienes dinamizaron el diálogo fueron los/as adultos/as mayores. Allí el equipo de trabajo se ajustó a sus tiempos, lenguaje, ritmos y prácticas.
Fundación Escenario compartido donde confluyen los/as estudiantes de las universidades que participan en los procesos de la fundación, los/as docentes que coordinan el acompañamiento y quienes dirigen la fundación. Los/as adultos/as mayores del proyecto Huerta Urbana son parte activa y significativa de la fundación.
Fuente: elaboración propia

Resultados y discusión

En el marco de la recuperación del proceso vivido y del establecimiento de su respectivo orden y clasificación, tendientes a identificar los saberes y las prácticas campesinas, la información suministrada por los actores principales del proyecto se organizó en función de las actividades generadas desde la planificación de la investigación: revisión documental, entrevistas en profundidad y grupos focales. Para ello, se emplearon tablas de información, evidencias fotográficas y testimonios de quienes relataron su experiencia en el proyecto.

Revisión documental

La fundación cuenta con documentos y con archivos que se encuentran disponibles en el sitio principal y en sus redes sociales. Fruto de la revisión realizada, se logró reconocer el ejercicio «Semillas de cohesión social», el cual fue estructurado mediante las prácticas profesionales de estudiantes de la Uniclaretiana, en 2018. El programa, enfocado en el emprendimiento, abordaba saberes relacionados con el cultivo de hierbas aromáticas, los secretos ancestrales de y los conocimientos sobre medicina natural, protegidos por la comunidad. Del mismo modo, propició un acercamiento entre las diferentes generaciones, en sintonía con el principal objetivo del programa: que las nuevas generaciones reciban el legado ancestral del amor por la tierra, por la noble labor de la agricultura urbana.

Entrevistas en profundidad

A partir de la aplicación de entrevistas en profundidad se obtuvieron narraciones que constituyen material significativo para el ejercicio de análisis y de comprensión de la experiencia vivida. A los fines de este trabajo, se seleccionaron algunos fragmentos que dan cuenta de los saberes y las prácticas campesinas, y de su relevancia.

Los relatos consignados a continuación responden a los siguientes ejes temáticos: relación con la familia, primeros años de infancia, relación con lo rural desde alguna experiencia vivida en este contexto (en caso de haber vivido solo en el contexto urbano) y experiencia dentro del espacio de la huerta urbana.

En la Tabla 2 se presentan los descriptores que enuncian un saber o una práctica en relación con el propósito de esta sistematización junto con la respectiva interpretación en diálogo con diferentes autores/as.

Tabla 2
Descriptores sobre saberes o prácticas e interpretaciones en diálogo con diferentes autores/as
ENTREVISTA 1 FUNDADORA
Saberes La mayoría de las personas de aquí de la comunidad son campesinos que vienen de otras regiones (…), donde han tenido sus terrenos, sus tierras, que les han sido arrebatados por diferentes problemáticas del país, como el desplazamiento, los grupos armados o, simplemente, por la necesidad de buscar nuevas alternativas de vida. De acuerdo con ello es que se han dado tantas transformaciones, una lectura de la huerta permitió la cohesión social a través de programas como Sazón,2 donde se aprendió de los alimentos, a cocinarlos. Hay otro que se tiene en este momento que es el del Fruver.3
Prácticas
Interpretación Para la fundadora, los actores del proyecto fueron víctimas del conflicto armado, que los obligó a desplazarse a diferentes zonas urbanas. En ese marco, encontraron en el proyecto Huerta Urbana un espacio de construcción social que les permite proteger su identidad campesina, compartir sus saberes con personas que no son de origen rural y adoptar un sentido de apropiación al producir alimentos de manera sostenible y sustentable (Vergara-Buitrago, 2018).

ENTREVISTA 2 ADMINISTRADOR
Saberes De una u otra forma, buscan fortalecer sus habilidades y sus conocimientos campesinos. Y me parece que eso es muy importante, porque en las ciudades no tenemos ese hábito de tener nuestras propias huertas o nuestras propias semillas. Creo que es un proceso bonito, en el que también se puede unificar con los estudiantes que van, bien sea en la práctica profesional o en la práctica social. Y pues allí aprender, aprender, porque nosotros en la ciudad tenemos ciertas comodidades que tal vez en el campo no se tienen, y mucho menos los conocimientos. Yo me considero una persona más hacia la tecnología, hacia lo actual, y esos conocimientos también son importantes.
Prácticas
Interpretación La reflexión del administrador se dirige a los conocimientos que surgen de las personas que participan en el proyecto, pues no solo se teje una relación entre ellas, sino con los/as estudiantes y los/as docentes que acompañan la experiencia. Esto genera un diálogo de saberes que resulta relevante ya que trasmite la posibilidad de construir con las personas teniendo en cuenta sus diferencias y sus particularidades (Ocampo-Bedoya, 2016), al tiempo que genera nuevas prácticas que cuestionan el estilo de vida, nuevas maneras de producir, de consumir. En el caso de la huerta, ese pensamiento se vincula con los actores que participan y que tienen posturas diferentes sobre la siembra, la apropiación y el uso de la tierra.

ENTREVISTA 3 INTEGRANTE DE LA COMUNIDAD
Saberes Yo vengo desde aquello. Soy, como dice el dicho, hijo de agricultores y campesinos netos, de lo cual, entonces, las enseñanzas de ellos con las que me crié dentro de un andar se quedaron en mi mente para siempre. Es lo que siempre he llevado conmigo donde quiera que he estado y he tenido la oportunidad de vivir familiarizado con la tierra; entonces, para mi es grato tener siembras donde quiera que voy. Pero, realmente hay tiempo en que tiene mucho que ver el sistema de lo que son las fases lunares, que también tienen mucha importancia, debido a que cuando se siembra en tiempo de luna creciente, los árboles crecen demasiado, pero puedo decir que eso frutos no son tan abundantes, y cuando se siembra en tiempo de luna menguante la siembra no crece tanto pero el rendimiento de los frutos es mucho.
Prácticas Sencillamente, mis raíces son de campesino y eso fue para mí una oportunidad para aquello que dice el dicho: «Vienen tiempos de remembranza» y aquí tuve esa oportunidad (…). Pero entonces, lo que pasaba era que a mí me gustaba conocer, digamos la opulencia, y que aquello de la fertilidad de las tierras me brindase como unas confianzas, para yo poder decir: «Tales frutos se dan mejor en tierra caliente o en clima frío», ¿sí? Y eso lo pude conocer a través de largo tiempo, largo tiempo hasta hacerlo realmente como parte de una experiencia, de una costumbre o manejo orgánico. Dentro de la mente ya uno sabe qué tiene que hacer en un terreno para producir comunidad.
Interpretación Para el entrevistado, los saberes campesinos están vinculados con un proceso que se inicia en sus orígenes, con una cultura tradicional y protectora que se fundamenta en el respeto y en el cuidado por los beneficios que produce la tierra. En esa misma línea, es abundante en conocimientos no heredados de la teoría científica sino de las mismas prácticas heredadas por sus ancestros. Como plantea Jesús Núñez (2004), estas prácticas se estructuraron y se fortalecieron de generación en generación por medio de la experiencia de picar con azadón y de cortar con hacha que se daba en las zonas rurales,4 siendo las fases lunares una razón específica en el crecimiento y en el cuidado de las cosechas. Cabe destacar la similitud en los relatos entre los saberes y las prácticas, y cómo el conocimiento es producto de las interacciones sociales que promovieron las enseñanzas de la familia del entrevistado y de su entorno social, determinando las capacidades de percibir las bondades del territorio y la fertilidad para sembrar, dependiendo del clima, la temperatura del ambiente, el buen manejo y el cuidado que se le dé a la tierra, etcétera.

ENTREVISTA 4 INTEGRANTE DE LA COMUNIDAD
Saberes
Prácticas Yo no he ido al campo, pero si he trabajado, como se dice, a pica, pala y azadón. He trabajado, en la juventud, ayudando a mi papá a hacer el trabajo material en obras, y así hemos también sembrado matas. Teníamos el lotecito solo, lo sembramos y pues ahí cosechamos papa, arveja, remolacha, maíz y teníamos ayuda para la comida también.
Interpretación Según Núñez (2008), las prácticas campesinas «están avaladas por un proceso de transición gradual de lo individual a lo colectivo, puesto que se reproducen socialmente y están presentes en la memoria» (p. 57), de ahí que varios actores principales del proyecto de la huerta, si bien no desarrollaron sus habilidades y sus capacidades de forma empírica en las zonas rurales, o a través de los conocimientos ancestrales recibidos por sus antecesores, sí mantuvieron contacto con estas actividades en otros contextos. Esto fue lo que les permitió aprender los quehaceres campesinos relacionados con la siembra de papa, arveja, remolacha y maíz.

ENTREVISTA 5 ESTUDIANTE (CLARETIANA)
Saberes Ese diálogo de saberes lo plasmamos en una cartelera, lo enfocamos hacia lo que queríamos realizar para la huerta comunitaria. Fueron oportunidades maravillosas para poder recoger esa información, para aprender de uno y de otro y consolidar de pronto conocimientos. En la región, como ha sido población que ha migrado por causa del conflicto armado, cada uno tiene un conocimiento diferente. De pronto, en la región del cauca revisan de una manera la siembra o llaman de una forma al arado. En la región de los santanderes llaman de otra forma a la semilla. Es interesante conocer por parte de los integrantes del grupo. Entonces fue recoger la información, escoger lo que queríamos hacer y llevarlo a la realidad en los diálogos de los saberes.
Prácticas Mi papá, pues, cuando yo tenía 11 años hizo un proyecto de cultivos hidropónicos. Era por medio de camas, ellos le llamaban camas. Tenían como tierra y cultivaron ahí lechuga. Mi contacto con el área del campo ha sido con mis tíos que viven en el llano en Granada, Meta. Entonces, he visto el cultivo de ellos, pero realizar una actividad de arar la tierra, de sembrar fruto, no, solamente en la fundación.
Interpretación El diálogo de saberes con las personas que tienen un origen en la ruralidad y que participan de la huerta enriquece a los demás actores que tienen una mirada más alejada de la vida en el campo. De acuerdo con Núñez (2004), «los conocimientos acumulados y recreados en el seno de las sociedades rurales constituyen un rico y complejo entramado de procesos, interacciones y estructuras» (p. 20). Del mismo modo, en el contexto de la huerta urbana, las formas de ser y de hacer propias entran en diálogo con modos de apropiación distintos, arraigados a los lugares de procedencia. Esto afirma los sentidos compartidos que se reconfiguran en este nuevo contexto de lo urbano y que empiezan a fraguar identidades distintas fundadas en la mixtura de las narrativas que allí convergen.

ENTREVISTA 6 ESTUDIANTE (CLARETIANA)
Saberes Creo que se le da mucho valor a eso, a los procesos. Saber en qué momento se debe sembrar, en qué momento se debe recoger, cuánto tiempo se debe descansar la tierra, porque también entendía que eso tiene un proceso. Si tenemos maticas5 en la casa se debe tener un control adecuado de plagas. No es, simplemente, plantarlas y regarlas, o abonarlas y ya.
Prácticas Es muy limitado lo que sé. Mi familia sí es cundiboyacense,6 pero creo que mi interés cuando era pequeña y visitaba el campo no era el proceso de siembra sino los animales (risas). Era como ver una vaquita, el ordeñe, los caballos, los conejitos, pero lo de la huerta… Mi abuela paterna tenía una huerta pequeña con feijoa, pera, manzana. Mi abuelito paterno también cultivaba y él si era como algo un poco más grande: maíz, papa, frijoles, porque era también para comercializar, pero nunca me interesó eso, nunca me llamó la atención para nada.
Eso me dejó la huerta para transformar mi vida. Entender que uno puede hacer sus propias cosas si tiene un espacio de campo en su casa.
Interpretación En la actualidad, los/as jóvenes no muestran afinidad por los saberes ancestrales campesinos, entre otras cosas, debido al auge de la globalización neoliberal que ha homogeneizado la cultura moderna y ha llevado hacia el olvido las tradiciones y las dinámicas del hombre del campo (Londoño Escobar, Lozano Hurtado & Hincapié, 2018). En este sentido, los/as estudiantes universitarios que iniciaban su proceso académico en la huerta iban con el pensamiento de no darle importancia a las prácticas campesinas que se generaban en ese espacio. Sin embargo, el trabajo de agricultura y el intercambio de conocimientos con los actores permitieron estrechar sus relaciones con la comunidad y promovieron nuevas prácticas en su vida diaria, como crear y mantener sus propias huertas caseras.

ENTREVISTA 7 DOCENTE (UNIMINUTO)
Saberes En una huerta urbana se tiende a conocer a personas que lo animan a uno a no perder esas raíces, a conectarse nuevamente con estos procesos sociocomunitarios y, sobre todo, con el de la huerta. Creo que, básicamente, eso significa la huerta: la posibilidad de tejer más allá de lo que se cultiva, que obviamente es importante, y el acercamiento con esas raíces que de una u otra manera todos tenemos, en un país que en algún momento en su mayoría fue agrícola. Creo que conectar con esas raíces es muy importante para nosotros los integrantes del semillero Kay Pacha.
Prácticas Mi abuela proviene de la Mesa de los Santos, que es Santander y Zapatoca, y sí, dedicaban un tiempo a las labores del campo. Por el lado de mi papá, provenimos del departamento de Bolívar, Mompós y San Fernando Bolívar, algo que se denomina la depresión momposina, y también se dedicaban a las labores del campo. Por ejemplo, ayudaban a la familia en la ganadería, no extensiva sino más bien pequeña, de pocas reses y también en temas de agricultura.
Interpretación Las personas que viven y trabajan en el campo tienen un conocimiento muy completo de los recursos naturales, los ecosistemas y las relaciones entre el ambiente y su cultura (Stevenson, recuperado por Camejo-Ruiz, 2018, p. 3). Así, pues, al compartir y relacionarse con esta población se adquieren vínculos basados en el respeto, la apropiación y el aprendizaje de la cultura campesina, sus costumbres y tradiciones que en el contexto académico se han logrado aprovechar con fines comunitarios, a partir de reconocer la importancia de las enseñanzas y los aprendizajes que exponen los/as campesinos/as.
Fuente: elaboración propia

Grupo focal

La técnica de grupo focal se implementó con el fin de reconstruir en una línea del tiempo los sucesos y los aprendizajes más importantes ocurridos en la huerta urbana. A pesar de algunos inconvenientes de orden logístico, se identificaron tres fases del proceso: Fase 1, caracterizada por el compartir de sus experiencias de preparación de la tierra, siembra y recogida, y por la invasión del espacio de la huerta; Fase 2, definida por el conjunto de acciones emprendidas para defender el territorio invadido y luego recuperado; Fase 3, marcada por la llegada de nuevos/as participantes y por el relacionamiento con otras huertas a través del compartir de plántulas y semillas.

Debido a que algunos/as de los/as adultos/as mayores no saben leer ni escribir, se los/as acompañó en la redacción de sus vivencias. La técnica, además de identificar las prácticas y los saberes campesinos, se encaminó a reconocer lo que el proyecto Huerta Urbana suscita en los/as participantes: experiencias en torno a la protección y la defensa del territorio; trabajos conjuntos con la Uniminuto, por medio del espacio Prácticas de Responsabilidad Social (PRS);7 y el acompañamiento del semillero de investigación social Kay Pacha.8

Cabe destacar que lo co-construido en el grupo focal se unifica con algunos relatos de la misma comunidad, con evidencias fotográficas reproducidas desde la página web de la institución y con fragmentos citados desde proyectos realizados por el semillero de investigación, que aportan a la reconstrucción de la historia.

Fase 1 | 2015-2016

En este primer período, los grupos focales permitieron recuperar varios aprendizajes manifestados por los actores del proyecto: «Mi experiencia del proceso de la huerta: primero abono, segundo cultivo, tercero siembra y cuarto hierbas / Mi experiencia en los cultivos empezó en la casa desde los tiempos anteriores guiado por mi señora, pues los cultivos en casa han ido en avance en terrazas y jardines, para el sustento sin químicos». En la retroalimentación de la actividad [Imagen 1], cada una de las respuestas simbolizó lo que para los/as participantes se recoge de la huerta y que han rememorado de sus saberes ancestrales para transmitir en otros escenarios como el hogar.

En estos espacios también se expuso un hecho negativo relacionado en el manejo y la protección de la huerta. Las personas recordaron un retroceso que sufrió el proyecto a causa de la irrupción ilegal de varios individuos que tomaron el sitio como vivienda. «El año 2016 fue cuando invadieron. El encargado era don A. M. Después se presentó don B. D. Él fue el promotor de la huerta, él fue quien la comandó». Finalmente, y luego de un proceso judicial llevado a cabo por la institución, se logró recuperar el lote para la comunidad.


Imagen 1

Ejercicio de retroalimentación realizado por los/as participantes del grupo focal.

Fuente: fotografía tomada por Ildefonso Arias (31/08/2021)

Fase 2 | Período 2017-2018

Las personas del grupo focal asimilaron este segundo período como postinvasión, es decir, como el inicio de una reestructuración de la huerta donde se dieron cambios positivos producto del acompañamiento recibido por la Fundación Universitaria Claretiana (https://uniclaretiana.edu.co/), cuyos practicantes profesionales llevaron a cabo el proyecto «Semillas de cohesión social», una propuesta de emprendimiento que ancló la inclusión social en las personas mayores y en el crecimiento por parte de los niños/as y adolescentes en relación con la herencia ancestral del campesino.

Asimismo, en este período se involucró a la comunidad, lo que incrementó el número de participantes de siembra y cosecha, tal como lo afirmaron en sus fichas bibliográficas varios de los actores que participaron en este momento de avance del proyecto: «Luchando por la huerta… / Trataron de tumbar la huerta… sembraron frijol / Del 2017 al 2021, hierbabuena y guatila / Sembramos con la comunidad».

Frente a los nuevos intentos de acabar con el lugar, hubo una apropiación de la huerta urbana por parte de las personas que se negaron a perder el espacio que les permitía reencontrarse con sus raíces, al coger una pica o un azadón y trabajar como lo hacían en sus territorios. En ese marco, fortalecieron el proceso y empezaron a cultivar y a tener un buen manejo de las semillas que empezaban a germinar.

Entre 2017 y 2018 también se produjo la alianza entre la fundación y la Uniminuto, que enriqueció el proyecto de huerta mediante la integración de los/as estudiantes de Práctica en Responsabilidad Social (PRS). En ese marco, se tejió una relación que iba más allá de lo profesional debido a la empatía que existía en el escenario de la huerta, donde los/as estudiantes desarrollaron actividades de carácter voluntario, como jornadas de limpieza, de fumigación y de siembra [Imagen 2].


Imagen 2

Ejercicio de retroalimentación realizado por los/as participantes del grupo focal.

Fuente: fotografía tomada por Ildefonso Arias (31/08/2021)

Adicionalmente, se vinculó el semillero Kay Pacha, por la relación directa que existía entre la fundación y el docente que a su vez era el líder del semillero. En ese orden de ideas, se forjó un proceso de trabajo práctico en la huerta junto con la investigación social.

Fase 3 | Periodo 2019-2020

A pesar del rango de tiempo establecido inicialmente para la sistematización de experiencias (2015-2019), en el grupo focal participaron personas que no estuvieron en las primeras fases del proceso sino que se incorporaron luego. En 2019, se incentivó la siembra de hierbas aromáticas: plántulas aromáticas, hierbabuena, romero, manzanilla, toronjil, caléndula, entre otros. Estas plántulas y esquejes provenían, primeramente, de la huerta universitaria de Uniminuto-Soacha. Este ejercicio se distribuyó en varias sesiones en las que participaron la comunidad, los/as estudiantes de PRS y el semillero Kay Pacha.

En el segundo semestre de 2019, por gestión voluntaria de estudiantes de PRS, se estableció una alianza con la Fundación PAVCO (https://pavcowavin.com.co/fundacion-pavco),9 que patrocinó en la huerta urbana la implementación del sistema de riego. Igualmente, se generaron varias transformaciones en el suelo a fin de estructurar los canales para el transporte libre del agua y el aumento de las plantaciones medicinales.

Este rango de tiempo culmina con el relato de un actor del proyecto que llegó a la huerta en 2020 y con un comentario que sintetiza varias de las razones de por qué se gestó esta investigación y el propósito de entrelazarla con los saberes y las prácticas campesinas de la comunidad que atiende la Fundación Juvenil Revivir Siglo XXI.

(…) con don B. D. aprendí a sembrar, aprendí cómo se hacen las acelgas, aprendí a sembrar maíz, frijol y arvejas… Con los abuelos a recoger experiencias, porque ellos nos dan ejemplo. A mí me gusta celebrar en la huerta, colaborar en la huerta con las personas de la tercera edad. Porque sé que todos ellos de niños fueron campesinos y que estar en la huerta los ayuda a recordar. Yo aprendo de ellos y ellos aprenden de mí.

Conclusiones

El proceso generado para la sistematización de experiencias del proyecto Huerta Urbana-Adulto Mayor da cuenta de que la siembra, el cultivo y el mantenimiento de la huerta son realizados por sus participantes a partir de la adopción de saberes y de prácticas propias de la vida en el campo. Dichos conocimientos no están ligados al saber académico y científico, sino que obedecen a producciones arraigadas en el intercambio cotidiano, a la observancia de los procesos físico-naturales y a la conservación de rituales.

En este sentido, encontramos la implementación de las fases lunares en el momento de la siembra, el uso de esencias y de vinagres naturales para evitar las plagas, y la elaboración de compost a partir del tratamiento de residuos de frutas y vegetales (material orgánico) para abonar la tierra. También la vigilancia del clima, para descifrar los ciclos de lluvia y de sequía que permiten determinar el mejor tiempo para la cosecha.

Los relatos analizados, tomados de las entrevistas y los grupos focales, demuestran que existe una relación entre las prácticas y los saberes de la huerta urbana con el quehacer campesino. En algunos casos, esto se manifiesta a través del aprendizaje cotidiano (en la convivencia familiar); en otros, se trata de aprendizajes heredados de sus abuelos y abuelas y trasmitido a través de la tradición oral.

Las relaciones sociales entre los actores principales que se dan en la huerta urbana promueven la construcción de tejido social que entrelaza las habilidades y los conocimientos de las personas que como comunidad enriquecen la experiencia del trabajo campesino con la capacidad teórica que provee la universidad a estudiantes y docentes.

La apropiación del territorio, producto de la implementación de la huerta en el contexto urbano, disminuyó las posibilidades de daño o de invasión ilegal del espacio destinado para el proyecto, lo que evidencia que en este escenario no solo se cumplen las funciones comunes de cultivo y siembra sino que entre los/as participantes se tejen vínculos por medio del diálogo de saberes.

La sistematización permitió volver sobre la experiencia de la huerta de manera participativa. Pues, cada uno de los momentos metodológicos vividos suscitó el encuentro, la discusión abierta y la confrontación de miradas respecto del proceso. Esto condujo a reconocer en los otros y en sus posturas una posibilidad de comprensión más amplia sobre los saberes y las prácticas campesinas en el contexto de la Huerta Urbana-Adulto Mayor.

Finalmente, es de destacar las posibilidades de transformación social que se pueden dar en los proyectos de huertas que implementan fundaciones y otras instituciones de carácter social, pues el reconocimiento de los cambios positivos que tuvo cada persona que participó en la sistematización de experiencias dejó aprendizajes significativos que permiten ver la vida con una perspectiva diferente, valorar la siembra, defender el territorio, rescatar sus saberes y prácticas e integrarlas a la vida en contextos urbanos. Muchas de estas raíces campesinas y ancestrales aún se encuentran en riesgo de desaparecer a causa del desplazamiento; sin embargo, este tipo de proyectos permite resignificar la diversidad de conocimientos y resaltar su importancia para la construcción de ciudades más amables y humanas.

Agradecimientos

Agradecemos a la Fundación Juvenil Revivir Siglo XXI, por abrir sus puertas para realizar este ejercicio académico y permitir un mejor acercamiento con la comunidad que con el tiempo fue ganando mayor protagonismo en el proceso de sistematización. Resaltamos el apoyo de Patricia Pabón, Alberto Mestizo, Kevin Ocaita, Bernardo Díaz, Linalba Abril, Ely Gómez, Luz de Mestizo, Gilberto Díaz y Elsa Rodríguez, en esta aventura investigativa. De la misma forma, al semillero de investigación social Kay Pacha de Uniminuto-Soacha, pues el trabajo en equipo entre los/as estudiantes Jeykon Durán, Tania Mora, Katherine Forero, Ximena Prieto y Ana Herrera produjo un adecuado planteamiento del proyecto, la identificación de herramientas sólidas para el levantamiento de la información en campo y una discusión constante sobre el devenir investigativo. Finalmente, agradecemos a Ildefonso Arias, líder del semillero Kay Pacha, por el acompañamiento teórico y en el campo para fortalecer la investigación.

Referencias

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Notas

1 Departamento de Cundinamarca, Colombia.
2 El programa Sazón fue un curso básico de gastronomía dictado por la fundación Revivir Siglo XXI para las madres cabezas de hogar que se articulaba con la producción de alimentos propuesta por el proyecto de la Huerta Urbana-Adulto Mayor.
3 El programa del Fruver fue una alianza entre la fundación Revivir Siglo XXI y el Banco de Alimentos de Bogotá (https://www.bancodealimentos.org.co/) para la distribución de mercados solidarios a las personas que participan en la institución.
4 Según la Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) de Bogotá, las zonas rurales son «terrenos no aptos para el uso urbano por razones de oportunidad o por su destinación a usos agrícolas, ganaderos, forestales, de explotación de recursos naturales y actividades análogas».
5 En el argot popular soachuno la palabra «maticas» es sinónimo de ‘planta’ o ‘arbusto pequeño’.
6 El altiplano cundiboyacense es una zona de tierras altas y planas ubicado en la cordillera oriental de los Andes, entre los departamentos colombianos de Cundinamarca y Boyacá.
7 Práctica de Responsabilidad Social (PRS) es una asignatura transversal, cursada por los/as estudiantes de los programas profesionales y tecnológicos de la Uniminuto. Hace parte del Centro de Educación para el Desarrollo (CED), una unidad transversal de la universidad que se dedica a establecer lazos de cooperación entre las comunidades y la academia.
8 El semillero de investigación social Kay Pacha está vinculado al CED de la universidad y es un proyecto destinado a fortalecer la cultura investigativa de los/as estudiantes de la Uniminuto, quienes participan en este espacio voluntariamente y, en algunos casos, a través de su opción de grado.
9 La Fundación PAVCO es una entidad sin fines de lucro, creada en 1989, que participa «de procesos que aportan al bienestar de las comunidades mediante soluciones en agua, saneamiento, higiene, agroecología y fortalecimiento del proyecto de vida de los jóvenes» (sitio oficial, 2022).
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