Artículos

Tecnologías y estructura social Condiciones estructurales de inclusión digital en la población infantil de Argentina

Tecnologias e estrutura social Condições estruturais de inclusão digital na população infantil da Argentina

Technology and Social Structure The Structural Conditions of Digital Inclusion in the Children Population of Argentina

Renzo Moyano
Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina

Tecnologías y estructura social Condiciones estructurales de inclusión digital en la población infantil de Argentina

REVCOM. Revista científica de la red de carreras de Comunicación Social, núm. 10, 2020

Universidad Nacional de La Plata

Recepción: 04 Diciembre 2019

Aprobación: 01 Mayo 2020

Resumen: Este artículo explora el vínculo con las tecnologías digitales interactivas en la población urbana argentina de 6 a 8 años y su relación con la dinámica del sistema social. Por un lado, analiza los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares, Módulo Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (INDEC, 2016; 2017; 2018), con la finalidad de caracterizar las dimensiones básicas de la inclusión digital según el sistema estadístico oficial. Por otro lado, describe los hallazgos de la Encuesta Sobre Apropiación de Tecnologías por parte de Niños y Niñas (UMI-UNGS, 2018), profundizando sobre las prácticas de uso de las tecnologías en la población infantil del Gran Buenos Aires y las variables de estructura que operan sobre dichas prácticas.

Palabras clave: tecnologías, clima educativo, pobreza, nivel socioeconómico.

Resumo: Este artigo explora o vínculo com tecnologias digitais interativas na população urbana argentina de 6 a 8 anos e sua relação com a dinâmica do sistema social. Por um lado, analisa os resultados do Inquérito Domiciliar Permanente, Módulo de Acesso e Uso de Tecnologias de Informação e Comunicação (INDEC, 2016; 2017; 2018), com o objetivo de caracterizar as dimensões básicas da inclusão digital de acordo com o sistema estatístico oficial. Por outro lado, descreve as descobertas da Pesquisa sobre apropriação de tecnologias por meninos e meninas (UMI-UNGS, 2018), aprofundando as práticas de uso de tecnologias na população infantil da Gran Buenos Aires e as variáveis estruturais. que operam nas referidas práticas.

Palavras-chave: tecnologías, clima educacional, pobreza nivel socioeconômico.

Abstract: This article explores the link between interactive digital technologies in the argentine urban population aged 6 to 8 years old, and its relation with the social system dynamics. On one hand, it analyses the results of the Permanent Housing Polll Access and Use of Information and Communication Technologies Module (INDEC, 2016; 2017; 2018), in order to define the basic dimensions of digital inclusion according to the official statistics system. On the other hand, it describes the findings of the Poll of Technology Appropriation of Children (UMI-UNGS, 2018), deepening in the subject of technology usage practices in the children population of Gran Buenos Aires, and the structural variables that operate on such practices.

Keywords: technologies, educational ambient, poverty, socioeconomic level.

1. Introducción

Esta investigación se inscribe en el programa Usos de Medios Interactivos (UMI) de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), que en los últimos años ha realizado una serie de estudios de base empírica (Moyano, 2004; Cabello y Moyano, 2005; Moyano, 2006; Moyano, 2011; Cabello y Moyano, 2015), destinados a la producción de conocimiento sobre el vínculo que los sujetos establecen con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y su relación con la dinámica del sistema social.

En este trabajo analizamos los efectos de un conjunto de variables de estructura sobre dos dimensiones de primer nivel de la inclusión digital (Cabello y Moyano, 2015): acceso a las tecnologías y uso de los dispositivos tecnológicos. Utilizamos como insumo los resultados de las mediciones realizadas por el sistema estadístico oficial y la información primaria generada por el programa UMI.

Abordamos la inclusión digital como un fenómeno complejo, cuyo alcance se encuentra delimitado por el entorno del hogar y por las posiciones que los individuos ocupan en el espacio social, económico y educativo; y exploramos las condiciones estructurales de las prácticas que vinculan a las personas con las tecnologías, dentro de la población urbana residente en las diferentes regiones geográficas argentinas y, particularmente, dentro de la población infantil de 6 a 8 años del Gran Buenos Aires.

2. Objetivos, metodología y encuadre epistémico

Abordamos la dinámica de acceso y uso de tecnologías a partir de los informes técnicos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC): ENTIC 2011 y 2015; y EPH-MAUTIC 2016, 2017 y 2018, para la serie histórica sobre la que se dispone de datos oficiales sobre inclusión digital. Y exploramos los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), Módulo Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación, para la medición más reciente de la que se disponen micro datos1.

Describimos la disponibilidad de computadora, acceso a internet en el hogar y uso de computadora, internet y telefonía celular; e identificamos los factores de estructura (sociodemográficos y socioeconómicos) que operan sobre dichos indicadores y la magnitud de sus efectos.

Finalmente analizamos la disponibilidad en el hogar, los tipos de usos y propósitos y la frecuencia de uso de tecnologías digitales interactivas, por parte de la población de 6 a 8 años residente en hogares urbanos del Gran Buenos Aires, en base a los resultados que arrojó la Encuesta Sobre Apropiación de Tecnologías por parte de Niños y Niñas, conducida por el equipo de investigación del programa de Uso de Medios Informáticos durante 2018 (UMI-UNGS, 2018)2.

Nuestro análisis se centra en las “condiciones de accesibilidad” de la inclusión digital (Agustín Lacruz y Clavero Galofré, 2010) y aborda la dinámica del acceso y uso de las tecnologías en el hogar concebido como “entorno tecno cultural”, es decir, como espacio de desarrollo de prácticas de uso atravesadas por la disponibilidad de los artefactos tecnológicos y por normas, orientaciones y valores relativos a dichas prácticas (Cabello, 2019)3.

El hogar en tanto ámbito de construcción y evolución del vínculo de los sujetos con las tecnologías es un sistema de relaciones estructurado, ya que sobre él intervienen procesos de estructuración. Sus elementos constitutivos son interdefinibles y el análisis de sus transformaciones impone la necesidad de considerar la acción de sus condiciones de contorno o “condiciones en los límites” (García, 2006).

Al plantear el estudio de la relación que los individuos establecen con las tecnologías dentro del grupo familiar, considerado a su vez como parte de una totalidad mayor que denominamos “estructura social”, nos proponemos describir la acción de un conjunto de factores estructurales que derivan de las transformaciones en las condiciones socioculturales y socioeconómicas de la inclusión digital. Para lo cual nuestro trabajo se articula en dos niveles de análisis.

Por un lado, el nivel de análisis centrado en las prácticas de uso de las tecnologías y sus condiciones de producción en el interior del hogar: tamaño del hogar; género y edad de los padres o responsables; “clima educativo” familiar; tipo de gestión de la institución escolar a la que concurren los niños y niñas del hogar; mecanismos de organización del vínculo con las tecnologías (orientaciones, normativas, pautas de regulación); fuentes de aprendizajes; y valoraciones positivas o negativos acerca de internet.

Por otro lado, el nivel de análisis orientado al abordaje de la relación entre las condiciones de acceso y uso de las tecnologías en el interior del sistema familiar y las condiciones estructurales de naturaleza social, económica, laboral y educativa atribuibles a la dinámica del sistema social.

3. Análisis de resultados

3.1. La dinámica del acceso y uso de tecnologías

Para el período histórico reciente sobre el que se dispone de datos oficiales de acceso y uso de las tecnologías, analizamos la evolución de dos indicadores de acceso (% de hogares con Disponibilidad de Computadora y % de hogares con Disponibilidad de Internet) y tres indicadores de uso (% de personas residentes en hogares urbanos que utilizan computadora, internet y telefonía celular). E incorporamos al análisis el indicador de pobreza4.

Gráfico
I
Gráfico I

Vale recordar que, para medir el acceso a las tecnologías, el sistema estadístico argentino considera como unidad de análisis al “hogar”, mientras que la medición de los usos de los dispositivos tecnológicos toma como unidad analítica el objeto “persona” residente del hogar.

Entre 2011 y 2018 la tasa de crecimiento de los hogares urbanos con acceso a internet fue 67%, mientras que el porcentaje de usuarios creció un 33%. El acceso creció a un ritmo dos veces más alto que el uso5. En 2011 disponían de acceso a internet en el hogar 5 de cada 10 grupos familiares (48%), pero utilizaban internet 6 de cada 10 personas (58%). De modo tal que el uso de internet se encontraba 10 puntos porcentuales por encima del acceso en el hogar. La diferencia puede atribuirse al peso que a principios de 2000 todavía tenía la conectividad fuera del hogar, en el trabajo, escuela, universidad, cibercafé, locutorio, etc.; ya que entre 2011 y 2018 el acceso hogareño (80%) y la cantidad de usuarios (78%) de internet prácticamente tuvieron el mismo alcance.

En este contexto, de fuerte crecimiento de la población internauta, el teléfono celular se afirmó como el dispositivo más utilizado (84%); mientras que el porcentaje de usuarios de computadora registró un decrecimiento histórico del 31%.

3.2. Hogares con computadora y hogares con acceso a internet

El 63% de los hogares urbanos argentinos dispone de al menos una computadora y un 80% tiene conexión a internet6. Ambos indicadores presentan un alto grado de heterogeneidad, interregional e intrarregional. La región patagónica (71.1%), Cuyo (64.6%) y el Área Metropolitana de Buenos Aires o AMBA (64.1%), registran las mayores tasas de penetración de computadora; mientras que el noreste o NEA (87.9%) y el noroeste o NOA (58.5%), se ubican por debajo de la media nacional.

Dentro de cada región las diferencias se profundizan. En la Patagonia, 7 de cada 10 hogares tienen computadora, pero la situación del aglomerado fueguino (Ushuaia y Río Grande), donde los hogares con computadora representan el 84.5%, es muy diferente de la que se observa en Viedma-Carmen de Patagones, donde sólo un 63.3% de los hogares tiene computadora.

Otro ejemplo de heterogeneidad intrarregional se visualiza en AMBA. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), 8 de cada 10 hogares tienen computadora (81.4%); mientras que en los 24 partidos del “Gran Buenos Aires” (GBA) los hogares con computadora son sólo 6 de cada 10 (58.4%)7.

En cuanto al acceso a internet, el NOA (86.5%) y la Patagonia (84.9%), alcanzan las mayores tasas de penetración en hogares. En el NOA, que incluye algunos de los distritos con mayor pobreza de Argentina, la penetración de internet se asocia a la conectividad por telefonía móvil. En la región patagónica, donde el ingreso medio por habitante es uno de los más altos, el acceso a internet se asocia también a la posesión de una computadora.

Otra región con alta penetración de internet es AMBA (80.1%), donde CABA registra un 87.6% de conectividad y GBA un 77.6%.

Las diferencias por ciudad y aglomerado son el común denominador, prácticamente en todas las regiones y se encuentra estrechamente ligadas a las condiciones socioeconómicas de los territorios.

Tener ambas tecnologías en el hogar, computadora e internet, indica un grado relativamente elevado de inclusión digital considerada desde la óptica del acceso a los bienes y servicios tecnológicos. Pero es un fenómeno que presenta una gran dispersión geográfica, atribuible al efecto de la estructura social sobre las regiones, provincias y ciudades.

El 60.8% de los hogares urbanos dispone de ambos dispositivos (computadora y acceso a internet); sólo el 2.2% tiene computadora pero no tiene acceso a internet; 19.5% no tiene computadora pero sí dispone de acceso a internet en el hogar; y un 17.4% no posee ni computadora ni acceso a internet8.

En la Patagonia, donde la población bajo línea de pobreza registra uno de los índices más bajos, la disponibilidad simultánea de computadora e internet alcanza la proporción más alta del país (69.2%); en el NOA, donde se registran índices de pobreza elevados, la penetración conjunta de computadora e internet es la más baja de Argentina (57.5%).

La heterogeneidad territorial, asociada a la heterogeneidad estructural de las regiones, se puede visualizar también en AMBA, donde la penetración conjunta de computadora e internet llega al 61.8% en toda la región; pero en CABA (el aglomerado con el porcentaje de pobreza más bajo de Argentina) registra 79.5% y en GBA (que posee el índice de pobreza más alto dentro de la región) la penetración de ambas tecnologías llega sólo a un 55.8%.

3.3. Población usuaria de computadora, internet y telefonía móvil

Cuando se observa el universo de personas residentes en los hogares también se identifican diferencias interterritoriales. El 77.7% de la población urbana de 4 años de edad o más utilizó internet “en los últimos meses”; el 42.6% utilizó computadora (“excluyendo el uso de internet”) y un 83.5% utilizó telefonía celular9. El uso de la telefonía móvil registra una elevada uniformidad inter e intrarregional. No así el uso de internet, que alcanza una magnitud elevada especialmente en los aglomerados del sur patagónico, NEA (Gran Resistencia); región pampeana (Gran Paraná) y en CABA.

En el nivel de análisis de análisis por total región, el uso de computadora (“en los últimos 3 meses” y “excluyendo el uso de internet”) en general no supera el 43%. La Patagonia es la única región en la que llega a un 50.3%. No obstante, el uso de computadora se eleva en algunos aglomerados dentro de las regiones (Ushuaia-Río Grande, en la Patagonia; San Luis-El Chorrillo, en Cuyo; Gran Río Cuarto, en región Pampeana; y Ciudad Autónoma de Buenos Aires)10.

El uso combinado de computadora e internet hace visibles las desigualdades geográficas, en un contexto en el que la utilización de la computadora se encuentra estrechamente vinculada con el uso de la web11.

El 41.5% de la población urbana argentina utiliza computadora e internet y sólo 1.1% utiliza computadora sin utilizar internet. La tasa de usuarios de ambos dispositivos se eleva significativamente en Ushuaia-Río Grande, San Luis-El Chorrillo, Gran Río Cuarto y CABA.

Por otra parte, el uso combinado de teléfono celular e internet llega al 72.2%. Un 11.2% de la población utiliza la telefonía celular para la comunicación sin internet y sólo el 5.4% usa internet a través de otros medios. Esto permite visualizar un patrón de conectividad a internet que induce los hábitos de uso de ambos dispositivos: computadora y teléfono celular.

3.4. Segmentación por niveles de acceso y uso de las tecnologías

A partir de los micro datos de INDEC elaboramos una tipología del vínculo con las tecnologías, tomando como base los indicadores de acceso y uso de bienes y servicios tecnológicos que el sistema estadístico argentino produce a través del módulo MAUTIC de la EPH (INDEC, 2018).

La tipología comprende cinco grupos que surgen de la clasificación de la población urbana a partir del siguiente fundamentum divisionis (Marradi, 2007): a) Disponibilidad o No Disponibilidad de Computadora en el Hogar; b) Disponibilidad o No Disponibilidad de Internet en el Hogar; c) Uso o No Uso de Computadora; d) Uso o No Uso de Internet; y e) Uso o No Uso de Telefonía Móvil.

El Gráfico II describe el peso poblacional de los segmentos que integran la tipología. El primero de ellos se denominó “Acceso y Uso Pleno” y representa al 35% de la población urbana. Incluye a todos los individuos que disponen de computadora e internet en el hogar y que además utilizan computadora, internet y telefonía celular: la población que alcanza un vínculo máximo con las tecnologías relevadas por el sistema estadístico oficial.

Su importancia varía por región y ciudad y, en algunas las áreas caracterizadas por el elevado ingreso per cápita de Argentina, como Ushuaia-Río Grande, Gran Río Cuarto o CABA, se ubica muy por encima de la media poblacional12.

Gráfico
II
Gráfico II

El segmento “Acceso Pleno y Uso Restringido” incluye a los individuos que tienen computadora e internet en el hogar, pero no utilizan todos los dispositivos sino sólo algunos de ellos. Representa un 28% de la población urbana y tiene fuerte presencia en la región pampeana.

“Acceso Restringido y Uso Pleno” incluye a quienes no disponen ni de computadora y ni de conexión a internet, pero utilizan computadora, internet y telefonía celular. Representa al 4% de la población urbana argentina y su baja magnitud deja en evidencia el modo como la disponibilidad de bienes y servicios tecnológicos (tener computadora con acceso a internet en hogar) condiciona las prácticas de uso de computadora, internet y telefonía móvil.

“Acceso y Uso Restringidos” representa un 29% de la población. Comprende a quienes no disponen en su hogar de ambos bienes y servicios (computadora e internet); o disponen sólo de uno de ellos y, por otra parte, no utilizan la totalidad de los dispositivos relevados (computadora, internet y telefonía móvil) sino sólo alguno de ellos. Hablar de acceso y uso “restringidos” supone ubicarse en un nivel bajo de la escala vincular; una situación que se profundiza en algunas áreas como el Gran San Juan (Cuyo), Santiago del Estero-La Banda (NOA) y Gran Resistencia (NEA).

Finalmente, el quinto grupo poblacional llamado “No Accede y No Usa” representa un 5% e incluye a quienes no tienen ni utilizan ninguno de los bienes y servicios tecnológicos relevados por EPH-MAUTIC. La importancia cuantitativa de este segmento, que concentra a la población cuyo vínculo con las TIC es el más bajo de todos, se profundiza en dos aglomerados de alta concentración urbana: Gran Rosario y Gran La Plata.

3.5. Vínculo con las tecnologías y estructura social

La condición de género no es un factor demográfico relevante que actúe sobre la dinámica del acceso y uso de TIC. Sí lo es la edad de las personas: al ascender la edad se elevan las probabilidades de acceso y uso pleno de los bienes y servicios tecnológicos; el punto de inflexión se produce entre los 18 y los 24 años, cuando el vínculo empieza a registrar una tendencia levemente decreciente hasta los 60 años o más, donde el declive se torna significativo13.

Uno de los factores clave para comprender las condiciones de acceso y uso de las tecnologías es el clima educativo del hogar. El nivel educativo alcanzado por las personas adultas del grupo familiar opera estructuralmente sobre la dinámica del vínculo con los bienes y servicios tecnológicos. Y, en la medida que la escolaridad media dentro de la familia tiende a declinar, el crecimiento de las distancias sociales en términos de acceso y uso pleno de TIC es prácticamente geométrico.

La probabilidad de acceso y uso pleno de TIC para quien pertenece a un hogar cuyo capital educativo se ubica en la categoría “superior” o “universitario completo”, es 3 veces mayor que la probabilidad de alguien que pertenece a una familia de perfil educativo “medio” o “Secundario Completo”; 6 veces superior que la de una persona de un hogar con capital educativo “medio bajo” o con preponderancia de personas adultas que no terminaron el colegio secundario; y 8 veces superior a quienes residen en hogares entre cuyos integrantes adultos predomina el nivel educativo “primario”.

Sin embargo, en estrecha relación con la dimensión educativa se halla la dinámica de la pobreza y el estatus socioeconómico de los hogares. En Argentina la pobreza se mide oficialmente a través del método “indirecto” o “enfoque del ingreso” (INDEC, 2017), comparando la canasta básica total de los hogares con sus ingresos totales. El ingreso per cápita familiar (IPCF), que cuantifica la relación entre el ingreso total del hogar y la cantidad de integrantes, permite inferir la capacidad de gasto de los grupos familiares y tiene una correlación directa con el acceso y uso plenos de los dispositivos tecnológicos.

Dentro de la población integrada por el 10% de los grupos familiares con ingresos más elevados, predomina el tipo de vínculo que definimos como “Acceso y Uso pleno” (66.4%) y, en la medida que la brecha entre hogares de mayores y menores ingresos se incrementa, la distancia tecnológica tiende a elevarse, a punto tal que el 42.8% de las personas no pobres o que se encuentran por encima de la “línea de pobreza” tienen “Acceso y Uso pleno”, mientras que sólo el 29.1% de las personas pobres poseen un fuerte vínculo con los dispositivos tecnológicos.

A diferencia de la pobreza que mide el INDEC, el nivel socioeconómico es un indicador multidimensional. Incorpora información relativa a la posición que el principal aportante del hogar ocupa en el mercado laboral y su perfil educativo, entre otras características (SAIMO, 2015). Si bien pobreza y nivel socioeconómico influyen sobre la capacidad de una persona para disponer, acceder y utilizar las tecnologías, y son variables que se correlacionan estadísticamente entre sí, su impacto sobre el vínculo con las tecnologías no asume la misma fuerza.

Una persona perteneciente a un hogar pobre de la Argentina tiene una probabilidad del 39% (0.39) de tener un vínculo restringido o no acceder ni tampoco utilizar computadora, internet y telefonía celular. En los hogares no pobres esa probabilidad desciende a 26.8% (0.268). El nivel socioeconómico produce cambios de mayor intensidad, que profundizan el deterioro del vínculo con las tecnologías en la medida que la posición socioeconómica desciende.

En los hogares de nivel socioeconómico “alto” o “ABC1” (grupos familiares cuyo principal aportante tiene un perfil educativo universitario o “superior” y una elevada jerarquía ocupacional) la probabilidad de Acceso y Uso Restringido o No Acceso Ni Uso equivale a un 3.5% (0.035); pero llega a 9.9% (0.099) en el estrato de nivel socioeconómico “C2” o “clase media típica”, se eleva al 22.5% (0.225) dentro del segmento “C3” o “clase media baja”, asciende al 45% (0.45) en el nivel “bajo (“D”) y escala al 56% (0.56) en el segmento “D2E” o “bajo inferior”. La probabilidad de ser “excluida digitalmente” que tiene una persona perteneciente al estrato socioeconómico más bajo es 16 veces mayor a la del estrato socioeconómico más alto.

El nivel socioeconómico es una propiedad del hogar extensible a cada uno de sus integrantes; una variable compleja, que surge de la combinación entre la “relación de aportantes” del hogar (cociente entre la cantidad de personas que poseen ingresos y la cantidad total de miembros); el nivel educativo alcanzado por el “principal aportante del hogar” (definido operacionalmente como quién posee el ingreso más alto); su posición laboral en el mercado de trabajo (condición de ocupación, relación laboral, tipo de ocupación y jerarquía laboral); y el tipo de cobertura médica que posee.

El fenómeno según el cual incremento de la probabilidad de exclusión digital se correlaciona estadísticamente con el descenso en las posiciones socioeconómicas, revela el efecto que sobre la inclusión digital tiene la dimensión educativa del nivel socioeconómico del hogar por encima del efecto ejercido por la dimensión del ingreso14.

3.6. La población de 6 a 8 años del Gran Buenos Aires

Antes señalamos que el vínculo restringido con las tecnologías (no acceder o no utilizar tecnologías) se acentúa si el perfil educacional de los adultos decrece. Pero esta condición se agrava en hogares con niñas y niños de 6 a 8 años, especialmente dentro del Gran Buenos Aires, donde las dificultades para acceder y usar estas tecnologías se profundizan, incluso si el clima educativo del hogar tiende a acrecentarse o tornarse menos desfavorable15.

En el primer semestre de 2019, el período inmediatamente posterior a la encuesta sobre acceso y uso de tecnologías, el INDEC reportó un 35.4% de personas pobres. Pero en la población menor de 15 años los pobres llegaron al 52.6% (INDEC, 2019). En los hogares pobres hay una mayor presencia de personas en la etapa de niñez que en los hogares no pobres, situación que repercute de manera directa sobre el tipo de vínculo con las tecnologías.

4 de cada 10 personas bajo la línea de pobreza en Argentina, o tiene un vínculo restringido o directamente no acceden ni utilizan computadora, internet y telefonía celular. Pero esa cifra asciende a 5 de cada 10 personas dentro de la población infantil de 6 a 8 años del conurbano bonaerense, es decir, en las localidades del Gran Buenos Aires: el aglomerado de concentración poblacional urbana más grande de Argentina.

La Encuesta Sobre Apropiación de Tecnologías por parte de Niños y Niñas (UMI-UNGS, 2018) permite profundizar el análisis sobre la disponibilidad en el hogar y los usos habituales de los dispositivos16. A partir de un listado compuesto por 22 tecnologías, los artefactos que tienen mayor presencia dentro de los hogares encuestados son telefonía celular (100%), internet (91%), televisión por cable o satelital (85%) y televisor plasma, led o smart (74%)17.

La cantidad promedio de dispositivos dentro del hogar es 8.3, pero aumenta al crecer la edad de los integrantes adultos del grupo familiar y su nivel educativo; y tiene una correlación directa con las prácticas de uso. La cantidad y variedad de dispositivos disponibles suele incrementarse en la medida que se incrementa el tiempo que se dedica al uso de las tecnologías y en la medida que se elevan los diversos usos habituales de internet por parte de los niños y niñas del hogar.

La gran mayoría de los niños y niñas de 6 a 8 años del Gran Buenos Aires utiliza habitualmente internet (88%) y teléfono celular (82%); un 67% utiliza tableta, 64% televisor y 62% televisión por cable o satelital. Computadoras de escritorio (40%), notebooks (26%) y consolas de video juego (32%) son bastante menos utilizados. De modo tal que, en promedio, la población de 6 a 8 años de edad utiliza usualmente 5.4 dispositivos tecnológicos. Esa cantidad no registra diferencias relevantes según el género, pero se eleva a 6 dispositivos dentro del grupo de niños y niñas de 8 años, es decir, los de mayor edad dentro de la muestra. Por otra parte, la cantidad de dispositivos utilizados es mayor entre quienes concurren a escuelas privadas y pertenecen a grupos familiares de nivel socioeconómico “alto”18.

En cuanto a la frecuencia de uso, el 75% de la población de 6 a 8 años usa internet todos los días. La frecuencia de uso es inversa al nivel socioeconómico del grupo familiar. Y, cuando éste sube, la frecuencia de uso diario tiende a declinar. En la medida que el nivel socioeconómico del hogar aumenta, la proporción de usuarios habituales de internet dentro de la población infantil se incrementa, pero no se acrecienta el tiempo de conectividad. Esta situación se correlaciona con la presencia de regulaciones sobre el uso de internet dentro de la familia, ya que 9 de cada 10 adultos encuestados (91%) declara que en el hogar se establecen normas y controles sobre el uso de internet.

Por lo general, la población infantil se conecta a internet a través de un teléfono móvil (81%), mediante una Tablet (59%), por un televisor (43%), por una computadora de escritorio (34%), a través de notebook o netbook (24%) o mediante una consola de video juegos (17%). No obstante, la modalidad de conexión a internet mediante medios alternativos a la telefonía móvil se estructura a partir de la edad y se estructura a partir de las condiciones socioeconómicas del grupo familiar. En consecuencia, cuando la edad crece y crece el nivel socioeconómico también se eleva la cantidad y variedad de dispositivos a través de los cuáles la población infantil se conecta a internet.

3.7. Tipos de usos habituales de internet

Ver plataformas de video en línea (99%); jugar juegos en línea, video juegos o juegos en red (70%); escuchar música (62%); ver películas (47%); y navegar por sitios web (41%), constituyen los usos más habituales de internet dentro de la población infantil de 6 a 8 años del Gran Buenos Aires. Otros usos, como lectura de tutoriales, mensajería instantánea, descarga de contenidos, publicaciones y redes sociales, están por debajo del 35%19.

Pero estos comportamientos no alcanzan uniformemente a todos los segmentos en los que se divide la población infantil. El nivel socioeconómico del hogar, y otras variables correlacionadas, como el nivel educativo alcanzado por los integrantes adultos del grupo familiar y el tipo de gestión, pública o privada, del establecimiento escolar al que concurren los niños y niñas que integran el hogar, influyen sobre el tipo de medio y sobre el tipo de contenido al que se accede a través de internet. Ambos factores impactan sobre la cantidad de formas habituales de uso.

Así, por ejemplo, el consumo de series o películas a través de internet es bastante más habitual entre los niños y niñas pertenecientes a hogares de clases “medias” y “medias altas”. También lo es la lectura de tutoriales con una finalidad de aprendizaje. En cambio, escuchar música por internet o publicar videos o fotos, es mucho más habitual dentro de las capas socioeconómicas “bajas”.

Según las declaraciones de los adultos entrevistados, 8 de cada 10 niñas o niños de entre 6 y 8 años aprenden a usar internet a través de “familiares” y un 53% aprenden “solos” o “solas”, utilizando recursos propios de internet, como tutoriales e información recabada de páginas web, o bien recursos “fuera de internet”.

Un 24% aprendió a usar internet por medio de “amigos o conocidos”; 22% “se capacitó en la escuela”; y sólo 3% en “institutos privados” dedicados a la capacitación específica. Sin embargo, las fuentes de aprendizaje normalmente utilizadas por las personas de esta edad tampoco son refractarias a la posición socioeconómica del grupo familiar al que pertenecen.

En los hogares con un mayor bienestar económico la incidencia del sistema escolar en el aprendizaje de internet se acentúa. Especialmente en el caso de los niños y niñas que concurren a establecimientos escolares privados; mientras que, como contrapartida, entre quienes poseen nivel socioeconómico “medio” o “bajo”, sobre todo si concurren a escuelas públicas, el hábito de aprender a utilizar internet en soledad se eleva significativamente.

4. Conclusiones

Durante 2011-2018 se produjo un fuerte crecimiento del acceso y uso a los bienes y servicios tecnológicos, en especial internet. Este crecimiento estuvo impulsado por las posibilidades de conectividad alternativas a la computadora, sobre todo la telefonía móvil por medio de dispositivos inteligentes. En este contexto, tener acceso a una diversidad de bienes y servicios tecnológicos y hacer un uso habitual de los mismos constituye uno de los indicadores del nivel de inclusión digital alcanzado por la población y se presenta como un fenómeno que alcanza magnitudes desiguales desde el punto de vista geográfico; magnitudes atribuibles al efecto de la estructura social dentro de cada región.

La distinción más profunda entre hogares con mayor o menor acceso y uso de tecnologías se hace plenamente visible al comparar la situación de los diferentes aglomerados y el análisis de los segmentos poblacionales caracterizados por su vínculo con las tecnologías revela el efecto de las dimensiones social, económica y educativa.

La edad de las personas es un factor demográfico que impacta sobre la dinámica del acceso y uso de TIC; tal como se observa de manera particular en la población más joven (menor a 18 años), donde en la medida que asciende la cantidad de años cumplidos se eleva la probabilidad de acceso y uso pleno de TIC. Pero resulta esencial atender al factor educativo.

El acceso y uso pleno de TIC está condicionado por la posición que el grupo familiar ocupa en la estructura social y de ingresos, y por el tamaño del hogar y la capacidad de gasto de los grupos familiares. Sin embargo, el clima educacional que predomina dentro de la unidad doméstica inmediata a la persona tiene una correlación directa con las probabilidades de establecer un vínculo pleno con las tecnologías. La pobreza medida por ingresos, en tanto factor unidimensional, susceptible a los cambios macroeconómicos de coyuntura, como el tipo de cambio y el sistema de precios relativos de la economía, condiciona el vínculo restringido con las tecnologías; pero el nivel socioeconómico, en tanto factor multidimensional, produce cambios de mayor intensidad.

La alta correlación entre la probabilidad de exclusión digital y el deterioro de las posiciones socioeconómicas, pone de manifiesto el impacto que la dimensión educativa ejerce sobre la inclusión digital, aún por encima del efecto ejercido por la dimensión del ingreso.

También es esencial considerar que estas condiciones estructurales se agravan dentro de los hogares urbanos donde hay niñas y niños de 6 a 8 años, donde la mayor probabilidad de estar en situación de pobreza reduce la probabilidad de inclusión digital, tanto en términos de acceso como de cantidad y variedad de dispositivos usados.

La cantidad de bienes y servicios tecnológicos disponibles dentro del grupo familiar, asociada a las modalidades prácticas de uso y al tiempo de uso, tiende a incrementarse si el perfil educativo del hogar es elevado. En este contexto, internet aparece como el dispositivo de mayor penetración debido a las posibilidades que brinda el acceso a la telefonía móvil.

En los hogares de mayor nivel socioeconómico la penetración de internet se asocia también a las posibilidades que brindan otros dispositivos, además del teléfono celular. El número de dispositivos diferentes usados por los niños y niñas de 6 a 8 años del Gran Buenos Aires para conectarse a internet, tiene a ser más elevado cuanto mayor es la posición en la estructura socioeconómica y cuanto mayor es el clima educativo familiar. Sin embargo, a mayor clima educativo dentro del hogar, el tiempo de conectividad se reduce, debido a las regulaciones y controles que los padres dicen aplicar en relación con uso de internet dentro de la familia.

La estructura del hogar impacta sobre el tipo de contenido. El consumo variado de contenidos, incluso relacionados con las actividades de aprendizaje escolar a través de internet, suele ser más habitual entre los niños y niñas en la medida que asciende la posición económica y educativa de los padres. En los hogares que poseen un menor bienestar socioeconómico, la variedad y complejidad de usos se ve reducida a una cantidad acotada de usos básicos, especialmente YouTube.

Finalmente, el aprendizaje relativo al uso de internet por parte de la población infantil se canaliza generalmente a través del entorno familiar o social, del “auto aprendizaje” y, en menor grado, a través de la institución escolar; donde aumentan las opciones para un abordaje sistemático de internet. Pero las fuentes de aprendizaje se vinculan con las condiciones estructurales a las que los niños y las niñas (y sus grupos familiares y sociales de pertenencia) se enfrentan. El sistema escolar argentino constituye una alternativa limitada para quienes concurren a escuelas públicas y para un segmento social mayoritario en relación con el cual aprender a utilizar internet de manera autónoma al sistema escolar se impone como opción excluyente.

Referencias

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ANEXO TABLAS


Tabla I


Tabla II


Tabla III


Tabla IV


Tabla V


Tabla VI


Tabla VII


Tabla VIII


Tabla IX


Tabla X

Notas

1 Analizamos los resultados de la cuarta onda de la EPH (cuarto trimestre de 2018). Exploramos las relaciones entre los indicadores tecnológicos y las variables demográficas, socioeconómicas, educativas y ocupacionales, relevadas por la encuesta del INDEC. El trabajo se focaliza en la población urbana argentina y los diferentes segmentos que la integran, y aborda dichas relaciones en el nivel de la unidad de análisis “hogar” y de la unidad “persona” o “individuo".
2 El trabajo de campo de este estudio se realizó entre septiembre y octubre de 2018. La técnica de recolección fue personal “cara a cara” y se aplicó como instrumento de registro un cuestionario directo y semi-estructurado. La medición se realizó sobre una muestra no probabilística de 357 hogares, en los que se recabaron datos sobre acceso y uso de internet en relación con una muestra total de 375 niñas y niños residentes en 16 partidos del conurbano bonaerense (Gran Buenos Aires). La dirección del proyecto de investigación dentro del que se inscribe la Encuesta Sobre Apropiación de Tecnologías por parte de Niños y Niñas estuvo a cargo de la Dra. Roxana Cabello.
3 Este trabajo se focaliza en las dimensiones básicas de inclusión digital: disponibilidad, acceso y usos; otras dimensiones relevantes de dicho concepto fueron abordadas en Cabello y Autor (2015).
4 Los datos de acceso y uso de tecnologías de la serie 2011-2015 corresponden a la Encuesta Nacional sobre Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (ENTIC); los datos de la serie 2016-2018 provienen del Módulo Acceso y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (MAUTIC) de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). La información de 2018 corresponde a la última medición publicada por el sistema estadístico oficial. Por otro lado, los datos de pobreza de la serie 2011-2015, corresponden al Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), UCA (2011; 2015); mientras que los datos de pobreza del período 2016-2018 provienen de EPH (INDEC, 2016; 2017; 2018).
5 En Argentina, los hogares urbanos representan aproximadamente un 91% de la población total (INDEC, 2019).
6 Ver “Tabla I” (Anexo “Tablas”).
7 La provincia argentina de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, cuyo principal aglomerado urbano es Ushuaia-Río Grande, integra la zona geográfica alcanzada por el denominado “régimen de promoción industrial”; un marco legislativo funcional al desarrollo de la actividad industrial con orientación a la producción y/o ensamble de bienes y productos tecnológicos. Esto favorece la disponibilidad de acceso a los bienes y servicios tecnológicos (Schorr y Porcelli, 2014; Romano y Gatto, 2014).
8 Ver “Tabla II” (Anexo “Tablas”).
9 Ver “Tabla III” (Anexo “Tablas”).
10 Por ejemplo, en San Luis el porcentaje de la población usuaria de internet supera la tasa de acceso a internet en hogares. En esta provincia rige el acceso gratuito a internet mediante sistema wifi público.
11 Ver “Tabla VI” (Anexo “Tablas”).
12 Ver “Tabla V” (Anexo “Tablas”).
13 Ver “Tabla VI” (Anexo “Tablas”).
14 Para la clasificación socioeconómica aplicamos aquí la metodología de SAIMO (2015).
15 Ver “Tabla VII” (Anexo “Tablas”).
16 El estudio se realizó con una muestra de 357 hogares de diferentes localidades del Gran Buenos Aires, dentro de los cuáles se relevaron datos de una muestra de 375 niños y niñas de entre 6 y 8 años.
17 Ver “Tabla VIII” (Anexo “Tablas”).
18 Ver “Tabla IX” (Anexo “Tablas”).
19 Ver “Tabla X” (Anexo “Tablas”).
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