Artículos

De la realidad material a la construcción de un discurso de identidad: El caso Futurock

Da realidade material à construção de um discurso identitário: o caso Futurock

From Material Reality to the Construction of an Identity Discourse: The Futurock Case

Juan Manuel Matoso Falcon
Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina

REVCOM. Revista científica de la red de carreras de Comunicación Social

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN: 2451-7836

Periodicidad: Bianual

núm. 11, 2020

redcom.revcom@gmail.com

Recepción: 13 Agosto 2020

Aprobación: 02 Noviembre 2020



DOI: https://doi.org/10.24215/24517836e046

Resumen: Se desarrollará a lo largo de este trabajo, una observación sobre los mecanismos a través de los cuales se constituye la legitimación del discurso y de la existencia material de un medio como la plataforma digital Futurock. A partir de la elucidación de los procesos de subjetivación política que encuentran su raíz en acontecimientos de la historia reciente argentina, se verá como la existencia de un medio como Futurock es incomprensible separada de su contexto particular. El uso de internet como herramienta de llegada y la implementación de una forma relativamente novedosa de financiamiento, íntimamente ligada a la idea de comunidad, hacen de este proyecto un fenómeno de interés en función de las posibilidades de los medios alternativos.

Palabras clave: Sujeto político, medios alternativos, identidad cultural, escenario mediatico.

Resumo: Ao longo deste trabalho, será desenvolvida uma observação sobre os mecanismos pelos quais se constitui a legitimação do discurso e a existência material de um meio como a plataforma digital Futurock. A partir da elucidação dos processos de subjetivação política que encontram suas raízes nos acontecimentos da história recente da Argentina, será visto como a existência de um meio como Futurock é incompreensível separada de seu contexto particular. A utilização da internet como ferramenta de divulgação e a implementação de uma forma de financiamento relativamente nova, intimamente ligada à ideia de comunidade, fazem deste projeto um fenômeno de interesse a partir das possibilidades das mídias alternativas.

Palavras-chave: Sujeito político, mídia alternativa, identidade cultural, cenário da mídia, Political subject, alternative media, cultural identity, media scene.

Abstract: An observation about the mechanisms through which the legitimation of discourse and the material existence of a medium such as the Futurock digital platform is constituted will be developed throughout this work. From the elucidation of the processes of political subjectivation that find their roots in events in recent Argentine history, it will be seen how the existence of a medium like Futurock is incomprehensible separated from its particular context. The use of the internet as an outreach tool and the implementation of a relatively new form of financing, closely linked to the idea of ​​community, make this project a phenomenon of interest based on the possibilities of alternative media.

Keywords: Political subject, alternative media, cultural identity, media scene.

Introducción

A los cambios de tono político en el poder del estado desatados por las rotaciones de gobiernos en la Argentina de la última década corresponde, entre otras cosas, una reestructuración de la escena mediática y comunicacional, tanto estatal como privada que modificó en distintas direcciones los posicionamientos y las posibilidades de los medios de comunicación que la componen. Luego de doce años de uniformidad en la línea ideológica gobernante, con una política comunicacional clara, signada por el enfrentamiento contra grupos monopólicos de comunicación en pos de la garantía de la pluralidad de voces materializada en la Ley de Servicios de Comunicación audiovisual, sobreviene en la historia argentina reciente un nuevo gobierno fruto de la alianza de partidos opositores bajo la coalición Cambiemos, liderada por Mauricio Macri. Con el triunfo de esta coalición en las elecciones presidenciales de 2015 se modifica, como fruto de un cambio en la concepción ideológica del gobierno, gran parte del aparato estatal y las políticas que regulan los medios de comunicación. Entre otras medidas, se disolvieron puntos centrales de la “Ley de medios” a través del Decreto de Necesidad y Urgencia 267/2015 1 que fue aprobado por la cámara de diputados en abril de 2016 creando el ENACOM en reemplazo de las funciones que cumplían el AFSCA y el AFTIC y se crea, por otro lado, el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos del cual se designa como titular a Hernán Lombardi 2.

Lombardi es quien decide, en diciembre de 2015, levantar la programación de Radio Nacional Rock, transmitiendo solo música durante el mes de enero de 2016, hasta definir la nueva grilla y las nuevas autoridades. De esta manera se decidió, además, la no renovación de los contratos de varios integrantes de la radio, lo que desató la renuncia de su director, Federico Vázquez. A raíz de esta situación, varios integrantes de la radio, por iniciativa de Julia Mengolini, conductora del programa Segurola y Habana que se transmitía por dicha radio, junto con Federico Vázquez deciden buscar la manera de fundar un medio propio que pueda agrupar a los trabajadores excluidos de la emisora estatal. Es así como el 4 de julio de 2016 realiza su primera transmisión la radio Futurock, una emisora que cuenta como principal particularidad la de ser una radio que transmite enteramente por internet, de manera profesional, con un staff de reconocidas personalidades que provienen de disciplinas distintas como la comedia, el periodismo, el análisis político y la filosofía. Desde el origen la radio se conforma en torno a la idea de la resistencia a las políticas neoliberales de la gestión Cambiemos y, gracias a su carácter de transmisión por internet, puede librar una crítica a las formas de periodismo de los medios de comunicación que se ubican en el “mainstream”.

Otra de las particularidades que se incorporaron a lo largo del año 2016 fue una forma de financiamiento particular basado en el pago de una suscripción mensual por parte de los oyentes y que los habilita a formar parte de lo que denominaron “Comunidad Futurock”, recibiendo a cambio beneficios, descuentos en actividades y charlas, etc. sin restringir el acceso a la radio solo a los suscriptores. El éxito de esta forma de financiamiento hace posible la expansión de la radio y da lugar a que trascienda el mero espacio radiofónico para constituirse como una plataforma digital, con una base fuerte en la aplicación para celulares y en su página web. Forman parte de esta experiencia un sello discográfico propio, una editorial y proyectos audiovisuales que acompañan, aunque sin frecuencia definida, los contenidos de la radio.

A lo largo de este trabajo se realizará un esbozo de los mecanismos a través de los cuales Futurock construye su espacio, propio y en relación al mapa de medios existente, basándose en la idea de identidad con los oyentes y en la creación de la “Comunidad Futurock” como forma de financiamiento colectiva que refuerza su carácter de medio independiente de intereses ajenos a la propia propuesta comunicativa. Uno de los elementos constitutivos de esta idea de identidad está en la formación de un discurso que se articula frente a acontecimientos concretos, desde la concepción misma de la radio, y que traza un enlace entre el nivel discursivo y el nivel de la práctica donde la radio se erige como sujeto político en relación con distintos actores sociales frente a los cuales es posible armar relaciones de amigos/enemigos. A partir de esto, puede verse cómo, según la concepción schmittiana de “lo político”, estas relaciones se pueden caracterizar como específicamente políticas (Schmitt, 1998) y que tienen lugar en una sociedad democrática. El discurso de identidad se erige en Futurock como aceptación explícita de su posición política, lo cual puede tomarse como una aceptación del conflicto ineludible que existe en la sociedad en que se encuentran, entendiendo esta dimensión de antagonismo como la dimensión constitutiva de las sociedades democráticas (Mouffe, 1994).

El corpus seleccionado para el análisis consta de la primera emisión del programa Segurola y Habana, conducido por Julia Mengolini, una de las fundadoras de la radio, con fecha 4 de julio de 2016, una emisión del mismo programa pero con fecha del 23 de octubre de 2017, en el mismo se tratan temas referentes a los resultados de las elecciones legislativas de ese mismo año y otros con vistas a la situación de la política comunicacional de la alianza Cambiemos, y por último se analizarán extractos de la cobertura especial que realizó Futurock sobre las elecciones presidenciales de 2019. En el último caso, a diferencia de los primeros dos, se trata de un material audiovisual que se transmitió en vivo vía streaming a través del canal de YouTube de la radio.

El análisis aquí planteado se enfocará en la forma en que estos fenómenos se manifiestan en el plano del análisis de los contenidos representados en los textos radiofónicos y audiovisuales que conforman el corpus seleccionado. Sin embargo es interesante destacar cómo los elementos aquí seleccionados y separados analíticamente de la realidad de la que forman parte, se entrelazan de manera particular en otros planos de estas materias significantes, como en el nivel enunciativo, donde consecuentemente agregan al análisis del contrato de lectura particular de este medio, ingredientes nuevos que integran el nivel del nexo entre medio y oyentes en la forma de financiamiento y desarrollo de la plataforma Futurock, por lo que en el contrato de lectura que proponen se juega también su propio sostenimiento.

Estado del arte

La introducción de este trabajo comienza realizando una breve descripción del contexto histórico en el cual encuentra las condiciones de posibilidad de existencia la plataforma digital Futurock. Su surgimiento se da como respuesta a una situación concreta, podemos decir que se trata de un origen reactivo, que da lugar a la conformación de un espacio mediático “alternativo” al convencional o hegemónico.

Se puede decir que es lícito hablar de Futurock como medio de comunicación alternativo haciendo referencia a los términos a través de los cuales Florencia Saintout delimita las características de la comunicación alternativa en términos relacionales: “No existe la comunicación alternativa a priori, en sí misma, sino que debe ser pensada en función de la posición que como tal ocupe dentro de un sistema comunicacional de poder, dentro en un espacio social que es histórico y que por lo tanto muta” (Saintout, 2013). En este texto, titulado “¿Qué es la comunicación alternativa?” podemos encontrar varios puntos de coincidencia entre esta teorización y la puesta en práctica de Futurock. Por ejemplo, la idea de que no es posible entender un proyecto de comunicación alternativa sin su contexto específico de surgimiento y desarrollo. En palabras de Saintout: “No existe la comunicación alternativa sin la experiencia concreta, ya que el concepto se realiza en la práctica” (Saintout, 2013, p. 3). Esta idea puede encontrarse materializada en el origen de Futurock como respuesta y como consecuencia de prácticas concretas.

Considerando que la naturaleza de los medios alternativos surge de su relación profunda con los ordenamientos políticos de un determinado momento de la sociedad, no es difícil deducir que su desarrollo conlleve también un compromiso en la discusión por el estatuto de las políticas comunicacionales al interior de los estados. Se puede ver en la línea discursiva de Futurock y en la idea de la “comunidad de oyentes” como sostenimiento económico de la radio, conceptos implícitos sobre los roles de estos distintos actores de cara a la política comunicacional de un estado, de las reglas por las cuales deben decidirse tópicos como el acceso a la información, la pluralidad de voces, etc. Es en este punto donde se puede establecer una línea con las observaciones de María Soledad Segura sobre las reglas que determinan el funcionamiento de los medios comunicacionales: “Partimos de suponer que el modo de definir esas reglas expresa concepciones diferentes respecto a cómo debe organizarse el sistema mediático y bajo qué mecanismos predominantes se deben resolver sus problemas” (Segura et al., 2016, p. 2). Este presupuesto será compartido en el presente trabajo ya que se entiende que el discurso de identidad, con el que Futurock logra fidelizar a sus subscriptores-oyentes, también supone un rol asignado para la sociedad en el compromiso por la disputa de los medios de comunicación.

Otro de los puntos centrales en el desarrollo de este trabajo es el concepto de identidad, que se considerará como íntimamente conectado con el carácter político constitutivo de Futurock, a este modo de entender se puede enlazar las observaciones de Jesús Martin-Barbero (1989) sobre las políticas neoconservadoras de la segunda mitad del siglo XX en Argentina, sobre las que observa que “…estamos ante un desplazamiento del eje de la sociedad, de la política al mercado que conlleva un profundo trastorno, una reconstitución de las identidades, esto es de los sistemas de reconocimiento y diferenciación simbólica de las clases y los grupos sociales” (p 51).

Escenario mediático como escenario político

“Vienen por todo, están echando a los periodistas críticos de los demás medios, es la derecha autoritaria y acomplejada”3 , con estas palabras, Julia Mengolini se refería a lo que ella considera el avance de un sector político encarnado en la alianza Cambiemos sobre los medios de comunicación. Se ve aquí la materialización de un conflicto de naturaleza política en el sentido schmittiano (Schmitt, 1932). Ambos bandos se transforman en enemigos políticos en el momento en que encuentran en ese “otro” un interés por el terreno mediático como campo de disputa. En ese momento, percibido y construido desde Futurock como amenazante de la propia existencia, se engloba en el “nosotros” a esos periodistas que se definen, entre otras cosas, por la misma exterioridad constitutiva que define a Futurock. El conflicto entre Futurock, como medio y a la vez como actor y agente, y ese “ellos”, ese enemigo construido como su exterioridad constitutiva materializado principalmente (pero no únicamente) en la alianza Cambiemos, el partido gobernante en ese momento, se vuelve específicamente político, esto es como instancia de delimitación de un enemigo que actúa, “como negación de nuestra identidad y como cuestionamiento de nuestra existencia” (Mouffe, 1993, p. 7) en el momento en el que se identifica a Cambiemos como actuante y amenazante en el terreno mediático. Es la instancia en la que sectores que se encuentran en cierto lugar del mapa de medios en un momento histórico determinado se sienten amenazados por las políticas de regulación de medios de comunicación promulgadas por el partido de Mauricio Macri y ven amenazada o cuestionada su propia existencia, donde se hace posible la agrupación de estos actores en términos de amigos/enemigos.

Una particularidad en esta concepción de la situación radica en el hecho de que esta instancia en Futurock es anterior a su creación y, más aun, es el factor constitutivo y el disparador de su construcción y elaboración. A partir de esto se puede afirmar que el proyecto Futurock es, en su esencia, una parte integrante de un conflicto específicamente político en el campo de disputa del mapa de medios de comunicación. Se puede decir, siguiendo a Schmitt en su conceptualización de lo específicamente político que “la contraposición política es la más intensa y la más extrema de todas, y cualquier otra contraposición concreta se volverá tanto más política mientras más se aproxime al punto extremo de constituir una agrupación del tipo amigo-enemigo” (Schmitt, 1998, p. 18).

La primera emisión del programa Segurola y Habana tiene lugar el 4 de julio de 2017. En la madrugada de ese mismo día tuvo lugar un hecho que será tratado en el programa y entendido como un ataque a los medios de comunicación con ideología critica al gobierno de Cambiemos: el destrozo de la redacción del diario "Tiempo Argentino” por parte de una patota4 . La preponderancia dada al tema, y el énfasis en la interpretación pueden entenderse desde la concepción del conflicto, específicamente político en sentido schmittiano, como la contraposición más intensa y extrema de todas las contraposiciones. Es en este caso donde se manifiesta, por encontrar a Futurock en el mismo plano que el diario atacado, en el mismo “nosotros” determinado por una “exterioridad constitutiva” común, la amenaza de la negación de la propia existencia por parte de ese “otro”. La materialización de la violencia, que es asignada, si bien no directamente, sí considerada como posibilitada por el contexto que abre la llegada de Cambiemos al poder.

El hecho es entendido dentro del marco de las políticas de comunicación del gobierno de Cambiemos, que es el territorio donde el conflicto con Futurock se vuelve específicamente político. Esto es un aspecto particular, dado que el hecho en sí mismo puede ser interpretado de distintas maneras o analizado desde distintas perspectivas: como un hecho delincuencial, un caso aislado de violencia empresarial, etc. Sin embargo, el hecho, en la cobertura del programa Segurola y Habana se encuentra enmarcado y analizado bajo un criterio relacional. Si se produjo es porque, a la luz de una línea de pensamiento y aplicación de políticas en materia de comunicación y economía, el ambiente político dio lugar a que suceda. Fue posible en tanto encontró su condición de posibilidad por el aval, implícito, del gobierno. Se pone de relieve, por ejemplo, el hecho de que la patota habría salido acompañada por la policía, quien habría retardado su accionar, permitiendo actuar a la patota dentro de la redacción y dando una protección institucional a los violentos, en lugar de hacerlo por los damnificados.

Otro ejemplo de esta tensión en el terreno de la disputa mediática tiene lugar en la emisión del 23 de octubre de 2017 del programa Segurola y Habana que tiene como uno de sus principales temas un hecho, del que no se dan mayores precisiones, pero que se interpreta como un intento de desarticulación del diario Página 12 en el marco de una persecución generalizada hacia los medios con ideología disidente a la que se erige desde el sector gobernante. Puede notarse aquí la intensidad que adquiere el conflicto, al devenir la discusión desde el tratamiento de un hecho particular (ataque contra Página 12), una generalización (ataque sistematizado de Cambiemos a medios críticos de su gestión) hacia la puesta en juego del propio actor enunciador que se inserta en la escena propia de discusión. Es que el conflicto alcanza la intensidad material donde puede encontrarse en ese “ellos” un enemigo que amenaza la existencia del “nosotros”. De esta manera Futurock se ubica como lugar de resistencia hacia ese embate, en palabras de Julia Mengolini: “Ojalá podamos absorber desde Futurock a esos compañeros que serán despedidos de los medios tradicionales”.

Crítica hacia la despolitización de los militantes de Cambiemos: Neutralidad vs toma de posición

Las posiciones y las intenciones políticas en Futurock se presentan explícitas. Esta es una premisa que define uno de los principales valores de la radio y que se intenta mostrar como la contracara de aquellos medios que se auto perciben como “objetivos”, con una pretendida transparencia a través de la cual se informan los hechos sin posicionamientos sobre ellos más que el intento de mostrarle a la sociedad lo que quiere saber. A partir de esta concepción, Futurock se presenta posicionado políticamente frente a los acontecimientos que retrata y no oculta tampoco la definición de sus “enemigos”. Según Florencia Saintout, desde la perspectiva de la comunicación alternativa “…no existe el periodismo independiente, sino que lo que sucede en la mayoría de los casos es que cuando este se declara independiente sucede que su lugar de hablar y ser hablado por la cultura dominante se ha transformado en sentido común” (Saintout, 2013, p. 3).

Resultan útiles, a fin de conceptualizar estas relaciones entre la radio y sus enemigos, las nociones de Chantal Mouffe en su libro El retorno de lo político (1993), donde expone que la dimensión de conflicto antagónico en las sociedades humanas es inevitable y es constitutiva de “lo político”, entendido como esa dimensión ontológica presente de manera intrínseca en la naturaleza de lo social humano y diferenciado de la política, que sería el conjunto de instituciones y prácticas destinadas a dar un orden a ese conflicto derivado del antagonismo natural. En estos términos podemos afirmar la intención de Futurock de explicitar el lugar político desde el que habla como forma de aceptar el conflicto, polemizando contra los que piensan de otra manera y constituyendo también una crítica hacia aquellos que, en su intención de anunciarse transparentes, niegan la dimensión antagónica de la sociedad argentina. En este mismo movimiento se puede observar la definición de lo que Mouffe denomina “exterioridad constitutiva”, es decir, la definición o auto afirmación de la propia identidad por medio de lo que no se es.

En la cobertura audiovisual de las elecciones presidenciales de 2019 llevada a cabo por Futurock tiene lugar un intercambio de ideas entre Julia Mengolini y Darío Sztajnszrajber sobre la diferencia que constituye una demarcación entre ese “ellos” personificado en los asistentes a las marchas de Cambiemos y el “nosotros” entendido como bajo la identidad “peronista”. Se recupera un video de archivo en el cual se muestra una serie de recortes de entrevistas a personas durante una de las marchas en apoyo al partido “Juntos por el Cambio” después de las elecciones primarias de 2019 realizada por el periodista del canal C5N, Lautaro Maislin. El común denominador de los recortes expuestos es la diversidad de opiniones vagamente articuladas que profesan los asistentes a la marcha, muchas veces inconsistentes y con un bajo nivel de elaboración de los argumentos frente a un periodista que se sabe de ideología política diferente y que se presenta con preguntas que buscan, de manera consciente, la respuesta incoherente. El carácter de escenificación del informe, su recorte y puesta en escena no se ocultan, son evidentes. Sin embargo, Mengolini parte de este material para argumentar una descalificación a los motivos políticos por los cuales los asistentes a la marcha se organizaron y trae a la escena el rol de los medios de comunicación en la inculcación del “odio”. Por otro lado, y como contraposición, Darío Sztajnszrajber argumenta que la diferencia entre el nosotros/ellos no se juega en la irracionalidad, ya que “(…) del lado nuestro hay un montón de dogmáticos (…)” , sino que sostiene que “(…) a mí sabés lo que me diferencia, (…) (es) el prejuicio de clase, la apertura para con el otro, una concepción de la sociedad como un campo de conflicto, con intereses en pugna, la idea de que el conflicto es positivo y no negativo (…)”. En estos términos, se identificaría a un “nosotros” como politizado, entendiendo la dimensión antagónica de la sociedad y actuando en consecuencia, de manera organizada en las marchas, movilizaciones y con la construcción de una identidad comunitaria o cultural, como la define Etienne Tassin, en la cual se comparten símbolos con alto grado de carga identificadora (Tassin, 1999), mientras que por el otro lado, si bien existe un proceso de subjetivación política que se define por su exterioridad constitutiva, no se encuentra cohesionado por el uso compartido de símbolos sino por el desprecio negativo que anula la subjetividad del otro por impulsos emocionales.

Es Etienne Tassin, citado anteriormente, quien nos ofrece algunas de las categorías analíticas que servirán para conceptualizar las relaciones construidas en los discursos de Futurock como la distinción que ofrece en su texto “Identidad, ciudadanía y comunidad política: ¿Qué es un sujeto político?” (1999), entre subjetivación política e identidad cultural. Es interesante cómo estas dos formas de pertenencia juegan un rol fundamental en la construcción de identidad en Futurock. La distinción propuesta por Tassin ofrece una separación entre las formas de pertenencia política como necesariamente disociadas de los procesos de identificación cultural, por pertenecer, la subjetivación política, al ámbito de la acción. Es en la praxis donde el sujeto se define como sujeto político y es allí donde puede reconocer a los otros como pares, en una forma de actuar concertada. La posición esbozada por Sztajnszrajber como representativa del nosotros de la radio parece girar en torno a la pertenencia a un movimiento con base en acciones más allá de las identificaciones culturales, en torno a la constitución de un modelo económico, político de país, que llevaría a agrupar a las personas en base a sus acciones. Por otro lado, la distinción de Tassin define a la identidad cultural como “juego de reconocimientos” entre un individuo y su grupo de pertenencia en base a valores compartidos o signos o símbolos con fuerte carga identitaria. Es en este punto donde se puede emparejar la idea del prejuicio de clase.

Es posible ver así, como existen discusiones al interior de Futurock en las cuales se pueden identificar posiciones atravesadas por la dimensión política inherente de la constitución del medio, que pueden verse reflejadas en la interpretación de Mengolini sobre la responsabilidad de los “medios – ellos” en la inculcación de ese odio “irracional”. Pero también se pueden encontrar posiciones de corte más analítico, reflejadas en la posición de Sztajnszrajber que, aun sin desprenderse del “nosotros”, plantea una mirada auto-reflexiva y que también forma parte de la impronta del medio. Sin embargo, ambas posiciones, parten de una auto-afirmación de la posición política propia.

Identidad cultural y subjetivación política

Según Etienne Tassin, para que un sujeto político pueda constituirse como tal a través de un proceso de subjetivación política necesita de la existencia de un espacio público de ciudadanía. Este debe estar caracterizado por el desligamiento de cualquier atadura de tipo comunitaria o cultural de modo que su carácter “comunitario” es determinado solo por su carácter de publicidad. Este espacio se opone al concepto de nación como unidad cultural y le corresponde “garantizar no la identidad nacional de cada uno y de todos, sino el ejercicio de los derechos cívicos y políticos que dan su sentido político a las acciones de los ciudadanos” (Tassin, 1999) Podemos entender entonces, en estos términos, que las acciones de gobierno de la alianza Cambiemos en políticas referidas a los medios de comunicación sean interpretadas desde el discurso de Futurock como un ataque al desarrollo de ese espacio público.

En la primera emisión del programa Segurola y Habana, como se mencionaba anteriormente, se hace referencia a un suceso acontecido en la madrugada de ese mismo día en el que un grupo de personas irrumpió en la redacción del diario Tiempo Argentino realizando destrozos y en el que el accionar de la fuerza policial fue duramente cuestionado. Según el relato de Javier Borelli, director de la cooperativa editora de Tiempo Argentino, citado por el programa, los destrozos fueron hechos en áreas específicas destinadas a la puesta en marcha del diario como el área de sistemas. Otra de las particularidades del hecho, fue que el grupo de personas estaba liderado por Mariano Martínez Rojas, quien le había comprado a Sergio Szpolski las razones sociales bajo las cuales se emitía el diario, ambos catalogados como “tránsfugas” a lo largo del programa. Los trabajadores resistieron a través del armado de una cooperativa de trabajo que permitiera seguir con la circulación del diario. Pedro Rosemblat, integrante de Segurola y Habana, menciona que los trabajadores “venían resistiendo hace 6 meses”, referencia temporal que ubica estos cambios en la misma coyuntura que el levantamiento de la programación de Nacional Rock y la llegada al gobierno de Cambiemos, y a través de la cual se entiende que existe una línea que une estos acontecimientos según la interpretación de los miembros del programa. Asimismo, en referencia a las declaraciones de Yamil Santoro, quien sostenía que los destrozos en la redacción de “Tiempo Argentino” formaban parte de un “conflicto entre privados”, Julia Mengolini argumenta que es el Estado el que tiene que garantizar la circulación de los diarios, haciendo énfasis en aquellos que presentan miradas críticas hacia la gestión de gobierno.

La ligazón temporal y el accionar dubitativo de la fuerza policial, que parece darles un respaldo institucional a los destrozos producidos en la redacción del diario, son interpretados desde Futurock como una muestra de la falta de garantías por parte del gobierno de Cambiemos para el establecimiento efectivo del espacio público comunicacional en el cual puedan desarrollarse medios con expresiones disidentes, que no se hallen atadas a ninguna pertenencia cultural o política anterior. Puede decirse que, de esta manera, se obtiene una visión agonista del espacio de disputa que forma el mapa mediático en Argentina, y el reclamo por la garantía de ese espacio es el reclamo por el “pluralismo agonístico que permita reales confrontaciones en el seno de un espacio común, con el fin de que puedan realizarse verdaderas opciones democráticas” (Mouffe, 1993, p. 9).

Desde esta perspectiva se ubica al diario Tiempo Argentino como alineado, a través de la acción en el espacio público, en la misma franja política de Futurock. Los modos de reacción frente a estas limitaciones, la conformación de una cooperativa y el desarrollo de una radio por internet, se ubican como formas de resistencia frente a las políticas comunicacionales de Cambiemos y el afianzamiento de los medios hegemónicos de comunicación. Sin embargo, una de estas formas de resistencia adquiere un matiz particular respecto del espacio público en el que convencionalmente se desarrollan los medios de comunicación. El hecho de que Futurock sea una radio que se transmite por internet puede verse como un corrimiento de los lugares institucionalizados y regulados por el Estado a través del otorgamiento de licencias. El espacio público de ciudadanía aquí no está garantizado ni regulado por el Estado, sino que es construido por el propio sujeto político que al mismo tiempo se erige como tal en la acción de la instauración del medio y en la que se integran, posteriormente a los oyentes como financiadores y, por ende, como parte del mismo sujeto político.

Conclusiones

A modo de conclusión podemos afirmar que la construcción de Futurock como medio de comunicación está inextricablemente ligada a los procesos de subjetivación política sobre los cuales se constituye. El hecho mismo de su constitución, la puesta en práctica de su concepción es en sí misma el factor que dota de subjetividad política a la radio. Este signo acompañará su desarrollo y su posicionamiento. No es azarosa la puesta en escena que forma parte de la cobertura/festejo sobre el “fin del macrismo”, donde se intenta emular el living de una casa con una televisión en el lugar del espectador. Inclusive en el preludio de la cobertura, se puede ver a Julia Mengolini y a Malena Pichot en un aparente “detrás de escena” en el que ironizan sobre “llegar a la televisión” como un ideal. Durante todo el transcurso de la transmisión la propuesta es que Futurock mira televisión, mira (desde fuera) los demás medios de comunicación, en una postura irónica, burlona. Se sitúa por fuera de los medios a la vez que se ubica en el lugar del espectador, en la misma posición que sus oyentes. A la luz de lo desarrollado en este trabajo, podemos interpretar entonces que esa puesta en escena adquiere una significación política en tanto se entiende que Futurock se erige como sujeto político en el terreno comunicacional, respecto de los demás medios de comunicación.

Quedan por analizar las complejas interrelaciones de identificación cultural que se dan entre la radio y otro de los pilares fundamentales sobre los cuales se erige su identidad cultural y subjetividad política: los movimientos feministas y de liberación de las identidades de género. Se hizo caso omiso de esta cuestión de manera intencional al comprender una complejidad que escapa a los límites de este trabajo por su carácter introductorio. Además, existe otro factor de novedad respecto a las mixturas culturales que se vieron reflejadas en los eventos realizados por la radio, donde se entremezclan los festivales de música, charlas filosóficas y políticas, stand ups, dando lugar a una fusión que integra de manera particular formas culturales nuevas y reflexión política. La expansión de la plataforma Futurock en sus variadas formas abre también un panorama de análisis en el cual se puede dar cuenta de las posibilidades, implicaciones y límites que ofrece la particular combinación del uso del espacio en internet, las nuevas tecnologías y modos de financiamiento por una comunidad comprometida con el acceso a los contenidos.

Referencias

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Huergo, J. (2002) Hegemonía, un concepto clave para comprender la comunicación (Material de cátedra). Comunicación Educación. Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata. La Plata, Argentina

Saintout, F. (2013). ¿Qué es la comunicación alternativa? (Material de cátedra) Comunicación y teorías. Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata. La Plata, Argentina.

Schmitt, C. (1998). El concepto de lo político. Madrid: Alianza.

Segura, M.S.; Hidalgo, A. L .; Kejval, L.; Linares, A.; Longo, V.; Traversaro, N.; Vinelli, N. (2016): Los medios comunitarios ante las nuevas políticas de comunicación. La Plata. Actas de Periodismo y Comunicación, 2(1). Recuperado de https://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/actas/article/view/4173

Tassin, E. (1999) Identidad, ciudadanía y comunidad política: ¿Qué es un sujeto político? En H. Quiroga y otros (Comps.), Filosofías de la ciudadanía. Sujeto político y democracia (pp. 49-68). Rosario, Argentina: Homo Sapiens.

Notas

2 Decreto de creación de Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/255000-259999/256605/norma.htm
3 Emisión de “Segurola y Habana” del 23 de Octubre de 2017 en https://cl.radiocut.fm/audiocut/segurola-y-habana-del-23-10-2017/amp/
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