Dossier

Editorial

Ernesto Picco
Universidad Nacional de Santiago del Estero, Argentina
Consejo Editorial de Revcom, Argentina

REVCOM. Revista científica de la red de carreras de Comunicación Social

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN: 2451-7836

Periodicidad: Frecuencia continua

núm. 14, 2022

redcom.revcom@gmail.com

Recepción: 12 Agosto 2022

Aprobación: 16 Agosto 2022



Entramos en el último tercio de un año en el que se ha escrito muchísimo sobre Malvinas, dada la conmemoración de las cuatro décadas de la guerra. A principios de año pensamos en proponer desde Revcom un dossier sobre Malvinas sabiendo que se iba a hablar mucho del tema. Imaginamos que se iba a hablar, a escribir y a contar desde el patriotismo, desde la nostalgia, con polémica, con tristeza o con orgullo. Quizás con novedades también, o con nuevas ideas para pensar las islas y nuestra relación con ellas. Fue mucho menos de esto último que de todo lo demás. Salimos ahora con este dossier, cuando el fervor malvinero en el debate público parece haber bajado su intensidad en este año especial. Pero lo hacemos con la expectativa de que lo que traemos para compartir sean aportes que valgan su lectura.

Nos preguntamos qué mirar –sobre qué pensar– desde la revista de las carreras de periodismo y comunicación nucleadas en REDCOM. Y la respuesta está en el título del dossier: nos parecía relevante, en estos cuarenta años, analizar las viejas y nuevas narrativas –si es que las hubiera– sobre las islas. Y si es que efectivamente estaban ahí, qué proponían.

Me arriesgo a decir que una de las muchas razones por las que las Malvinas son argentinas –además de las jurídicas, las geográficas, las históricas– es porque en ningún lugar se ha escrito, pensado y narrado tanto sobre ellas como en el continente argentino. En Inglaterra la investigación académica sobre el tema es bastante más reducida en comparación con nuestro país, lo mismo que la literatura o la producción audiovisual. Ni que hablar en las propias islas, donde la producción cultural es más bien escasa (aunque ha crecido en los últimos años y es interesante observarla). De cualquier modo, todo lo escrito, pensado y contado sobre las islas en nuestro continente habla más de nuestra mirada sobre las islas que de las islas en sí mismas. Y hay entre una cosa y la otra una gran distancia. Como dijo Roberto Herrscher, en abril de 1992, diez años después de volver de las islas: “La guerra de las Malvinas es menos la que yo viví que la que imaginaron ustedes”. Por eso, revisar las formas de narrar las islas en estos cuarenta años no es tanto pensar en Malvinas, sino una forma de revisar nuestro vínculo sociocultural con ellas.

Justamente Roberto Herrscher, en su texto para este dossier, propone poner en diálogo películas sobre Malvinas realizadas en distintas épocas para encontrar ahí ese “malestar en la conciencia nacional” que representan las islas, y que es más difícil encontrar en los discursos políticos, que en su expresión –a veces más elíptica, a veces más brutal– en la producción artística y cultural.

Algo parecido hace Exequiel Svetliza en su texto sobre la narrativa de ficción malvinera en la cual, en estos cuarenta años, advierte “continuidades y rupturas estéticas, zonas discernibles, sentidos que deconstruyen, rescriben y reinventan –también revientan– los grandes relatos de nación y de la causa nacional por excelencia”.

Es que existen en la ficción sobre Malvinas inquietudes, preguntas y marcas sobre nuestra historia a las que –llamémosle– el discurso sobre la realidad aún no parece animarse a enfrentar.

Tenemos también dos textos que no trabajan sobre la ficción, sino sobre el documental, el periodismo y la militancia.

El trabajo de Pablo Gullino hace algo que seguimos sin hacer lo suficiente: mirar sin miedo los relatos británicos sobre las islas. En este caso, poniendo en espejo su producción documental audiovisual con la nuestra. Y con una originalidad: el análisis desde la técnica, para pensar cómo la animación y el CGI juegan su papel en la reconstrucción del pasado.

Y en esta última década se ha sumado un nuevo protagonista colectivo a la constelación de actores que producen sentidos sobre Malvinas: la generación de los hijos e hijas de veteranos que pelearon en el 82. Una generación de jóvenes de veinte o de treinta que empieza a actuar en el espacio público y ha tomado –y resignificado y enriquecido– el mensaje de sus padres. Martín Carrizo escribe en primera persona y cuenta la experiencia de esa generación a partir de distintas estrategias de comunicación e intervención social como la producción documental, la radiodifusión y las creaciones artísticas para contar Malvinas desde una perspectiva de derechos humanos.

También hay que decir que los textos que componen este dossier sobre las formas de narrar Malvinas nos ayudan a ver las lagunas. La narrativa sobre Malvinas, que es mayoritariamente argentina, ha estado sobreestimulada por la marca de la guerra. Los cuarenta años posteriores no parecen estar en nuestro radar. Y si lo están, lo están más en nuestro continente que en el propio archipiélago. Leer los textos de este dossier sirve para pensar en nuestras formas de narrar las islas pero también para advertir qué preguntas nos faltan hacernos sobe ellas. Y cómo la ausencia de esos interrogantes y de esas narraciones determina nuestro vínculo pasado y presente con Malvinas.

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