Dossier

Noviazgo en jóvenes mexicanos/as durante el confinamiento. El papel de las redes sociales virtuales

Dating Relationship among Mexican Youths during Confinement. The Role of Virtual Social Media

Jessica Paola Obregón Patiño
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Francisco Lorenzo Juárez García
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, México

Revista Argentina de Estudios de Juventud

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN-e: 1852-4907

Periodicidad: Frecuencia continua

núm. 16, e063, 2022

revistadejuventud@perio.unlp.edu.ar

Recepción: 22 Febrero 2021

Aprobación: 14 Julio 2021

Publicación: 18 Noviembre 2021



DOI: https://doi.org/10.24215/18524907e063

Resumen: El objetivo de la presente investigación fue describir relaciones de noviazgo de jóvenes mexicanos durante el periodo de contingencia por covid-19. Participaron seis jóvenes de entre 18 y 19 años de la Ciudad de México, a quienes se les realizaron entrevistas semiestructuradas. Los datos obtenidos muestran que en la actual situación de confinamiento las experiencias de noviazgo se llevan a cabo por medio de las redes sociales virtuales y éstas son amorosas y de cuidado de la pareja.

Palabras clave: noviazgo, confinamiento, redes sociales virtuales, jóvenes.

Abstract: The aim of this research was describe the dating relationship of young mexicans during period due covid-19. Six young people ages 18 and 19 years from the Mexico City, were conducted in semi-structured interviews. The data obtained show that in the current situation of confinement dating experiences are being carried out through virtual social media and these are loving and care for the couple.

Keywords: dating relationship, confinement, virtual social media, young people.

Introducción

La llegada del covid-19 a los diferentes países fue una realidad que impactó de manera escalonada en las dinámicas cotidianas, sobre todo cuando el 11 de marzo de 2020 fue declarada formalmente como pandemia (Organización Panamericana de la Salud, 2020; Tizón, 2020). En México, el Gobierno nacional atendió las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (https://who.int/es/) e instauró la estrategia de distanciamiento social que restringió las interacciones cara a cara (Pantoja-Meléndez, 8/06/2020; Secretaría de Salud, 28/02/2020). En este panorama de cuidado de la salud, Internet fue un medio que posibilitó que los dispositivos tecnológicos, así como el uso de las redes sociales virtuales (RSV), cobraran mayor protagonismo para mantener contacto con los seres queridos sin arriesgarse al contagio por el virus.

Durante el periodo de confinamiento, el noviazgo fue una de las relaciones afectivas que continuó siendo importante entre los/as jóvenes, que utilizaron las tecnologías digitales y las RSV para mantener dichos vínculos. Una forma de entender al noviazgo es como una relación consensuada verbalmente entre dos personas que se tienen afecto y que, por medio de interacciones del día a día, interactúan socialmente hasta que se decida terminar dicha unión o bien, pueden continuar como amigos/as o iniciar relaciones con otras personas (Rodríguez & Rodríguez, 2013; Straus, 2004).

Se parte de la idea de que el noviazgo es un acuerdo dialógico, lo que implica una construcción relacional desde la subjetividad de los/as involucrados/as, que tiene como marco de referencia prácticas históricas, sociales y contextuales que dan sentido a las diversas actividades que se crean en el marco de este tipo de relación (Gergen, 1985; Sánchez y otros, 2011).

Juventud y redes sociales virtuales

En la actualidad, al pensar en las características de la juventud se alude, directamente, el uso de las RSV. Una de las principales perspectivas que retoma esta aseveración es la que remite a la concepción de generación, que considera a la juventud como un fenómeno que ha estado presente en todas las sociedades y que permite la reproducción social de sus agentes, con el fin de lograr un relevo generacional (Brito, 2002).

Bajo esta noción, se ha bautizado a la última generación descrita hasta el momento como generación Z, generación arroba, generación V [la V es de virtual], generación #, generación digital, screenagers [generación de pantalla], generación C [la es C por comunidad y contenido], generación I [la I refiere a Internet] y generación Google. Algunos de los indicadores que los/as autores/as destacan para señalar la pertenencia a esta cohorte es que las personas nacieron cuando la Word Wide Web (WWW) estaba completamente desarrollada, el servicio de Internet era utilizado para prácticas cotidianas, y las tecnologías y las RSV eran empleadas como medio para socializar (Cervantes & Tauste, 2015; Feixa, Fernández & Figueras, 2016; González, Becerra & Yañez, 2016; Schroer, 2008; The Center for Generational Kinetics, 2016).

Aunque existe consenso sobre algunas características, sobre todo respecto de aquellas que refieren al uso de la tecnología y de las RSV, este tipo de posicionamientos en torno a la juventud pareciera que favorece discursos en su mayoría biologicistas y negativos respecto de la vivencia y de la experiencia de ser jóvenes en la actualidad. Esto es importante porque desde ahí se construyen representaciones, ideales y expectativas, así como muchos de los discursos que usualmente retoman los medios de comunicación para informar sobre problemas, retos y hasta agendas políticas necesarias para la juventud, sin tener un panorama respetuoso donde se tengan en cuenta los discursos, las necesidades y la agencia de los/as jóvenes. En algunas ocasiones, esto deriva en la construcción de ideas sobre los espacios de los jóvenes desde una mirada de peligro, de exceso y de falta, como si los/as jóvenes se encontraran en una especie de escenario alejado de las relaciones de su contexto social, político y cultural.

Frente a esto, en el presente trabajo se concibe a la juventud como una construcción social permeada por cambios sociales, culturales, económicos y políticos, lo que determina que para poder comprenderla sea necesario considerar la época histórica, la ubicación geográfica y las prácticas sociales legitimadas que tienen lugar dentro de la cultura de pertenencia (Reguillo Cruz, 2012). Entendemos que el ser joven estará relacionado con el contexto y con el valor que se otorga a las relaciones que se establecen (Nateras, 2016), y que los/as jóvenes son agentes activos, con capacidad de construir significados y realidades sociales (Trujillo, Naranjo, Lomas & Merlo, 2019).

Desde esta lógica, el uso de las RSV se relaciona con una realidad relacional situada histórica, social y económicamente, que les permite a algunos/as jóvenes adquirir no solo el servicio de Internet sino los dispositivos tecnológicos que permiten este tipo de interacciones virtuales, las cuales, a su vez, son legitimadas a través de las instituciones y del lenguaje, todo lo cual posibilita en las prácticas cotidianas las narrativas que van adquiriendo un sentido y un significado sociocultural (Berger & Luckman, 1986; Magnabosco Marra, 2014).

De acuerdo con Manuel Castells (2001), vivimos en una sociedad red que trae consigo una nueva forma de organización social global, donde el tiempo ya no tienen el mismo sentido que en épocas anteriores, debido a la inmediatez de la comunicación, y donde la transformación de la cultura dio cabida a las realidades virtuales, lo que tuvo como resultado que los contextos en línea y fuera de línea quedaran desdibujados. Uno de los principales eventos que marcó la posibilidad de este tipo de sociedad fue el desarrollo de los teléfonos móviles inteligentes que hacen uso de Internet para el acceso y la utilización de las plataformas digitales, lo que ha venido a representar un cambio en las formas de mostrar las subjetividades personales y de construir las relaciones afectivas.

Este modo de construcción de la realidad es practicado cotidianamente por algunos/as jóvenes que tienen la posibilidad y eligen utilizar la tecnología por medio de los teléfonos móviles inteligentes y las plataformas virtuales, para establecer con sus seres queridos formas de interactuar. Entre ellas, el noviazgo se presenta para los/as jóvenes como una de las relaciones de gran importancia.

Uso de las redes sociales virtuales en el noviazgo

Las redes sociales virtuales pueden ser definidas como sitios desarrollados en Internet que posibilitan la interacción entre diferentes personas que tienen intereses en común y en las que se crean diferentes significados gracias a la expresión de información. Las plataformas virtuales, en tanto, son portales cuya función es almacenar diferentes tipos de contenidos que se pueden organizar para una diversidad de actividades; existen plataformas cuyos fines son de comunicación como es el caso de WhatsApp y de Messenger que entran, a su vez, en la categoría de mensajería instantánea (González & Moreno, 2019).

La Asociación Mexicana de Internet (2018) encontró que en 2017 las RSV y las plataformas con mayor número de usuarios/as en México fueron Facebook, WhatsApp y Youtube. Para 2020, sin embargo, los datos a nivel internacional entre WhatsApp y Youtube se modificaron en cuanto al orden, reconociéndose a Youtube como la segunda red social de preferencia para los mexicanos y WhatsApp como la tercera (Kemp, 2020a), con mayor proporción de usuarios/as reportados/as en julio de 2020 alrededor del mundo para Facebook (46 %), Youtube (27 %) y WhatsApp (20 %), también en los tres primeros lugares (Kemp, 2020b).

A pesar de que se cuenta con algunas cifras sobre el uso de las RSV y de las plataformas virtuales, no se tiene información sobre si existe preferencia en los/as jóvenes por alguna red social o plataforma para mantener comunicación con su pareja dentro de la relación de noviazgo, lo que permite inferir que esto se encuentra en correspondencia con las preferencias generales. En este sentido, una parte de la información sobre las relaciones de pareja y sobre el uso de las RSV se ha enfocado en el estudio de las conductas violentas que mediante ellas se establecen, tales como el robo de identidad y de información, el ciberacoso, los celos, la porno venganza y el control (Blanco, 2014; Cervantes & Tauste, 2015; Durán & Martínez, 2015; Lucio & Prieto 2014; Priebe, Mitchell & Finkelhor, 2013). Otra línea de investigación que también cuenta con evidencia es la que se centra en la identificación de las modalidades de ejercicio y de victimización de violencia en las redes sociales, así como en la comparación entre las formas de violencia más frecuentes (Blanco, 2014; Martín, Pazos, Montilla & Romero, 2016; Morelli, Bianchi, Baiocco, Pezzuti & Chirumbolo, 2016; Stonard, Bowen, Walker & Price, 2017).

Algunos/as autores/as plantean que la violencia y la victimización en las relaciones de noviazgo a través de las RSV fue posible debido al desarrollo de Internet, la aparición del teléfono móvil inteligente y la creación de aplicaciones virtuales. Esto propició una constante conectividad y una facilidad de acceso a dispositivos tecnológicos y a aplicaciones digitales utilizados por los/as jóvenes para llevar a cabo comportamientos violentos (Blanco, 2014; Durán & Martínez, 2015; Van Ouytsel, Walrave, Ponnet & Temple, 2016).

Sin embargo, estos últimos argumentos deben tratarse con cuidado, ya que si bien es cierto que la violencia en el noviazgo a través de las RSV tiene características propias, relacionadas con las posibilidades de acción que permite el dispositivo (como tomar fotos, videos y compartir información de manera inmediata), son los/as jóvenes quienes eligen utilizar estos dispositivos como las redes sociales para dichos fines. Hay que resaltar, que son los/as jóvenes en su capacidad de agencia quienes crean los contenidos y deciden las formas de interacción tanto en línea como fuera de línea.

Las RSV y los dispositivos como el teléfono móvil no tienen intrínsecamente una finalidad violenta sino que pueden ser utilizados para diversos fines relacionales, tal como lo muestra el estudio de Stonard y otros (2017), según el cual los/as jóvenes reconocen tanto el papel benéfico como perjudicial del uso de la tecnología en su relación de pareja: por un lado, como una herramienta que favorece el control y el acoso dentro de sus relaciones de noviazgo; por el otro, como un modo de tener comunicación de forma inmediata y en cualquier situación. Asimismo, existe evidencia sobre la capacidad de los/as jóvenes para establecer estrategias tendientes a evitar los celos de su pareja. Entre las acciones que indicaron realizar para mantener su relación se incluyen: evitar subir imágenes, dejar de comentar perfiles de terceras personas o darse de baja de las RSV (Van Ouytsel, Walrave, Ponnet, Willems & Van Dam, 2019).

La tendencia a evidenciar los comportamientos violentos a través de las redes sociales, si bien permite conocer algunas formas de interacción dentro de la relación de pareja, deja de lado e invisibiliza todas aquellas prácticas donde se muestran intercambios afectivos basados en la confianza, la empatía, el apoyo mutuo y el sentimiento de implicación, que también pueden estar presentes en las relaciones de pareja de los/as jóvenes. En este sentido, es importante visibilizar todas aquellas interacciones que se dan en las relaciones de pareja por medio de las RSV, que no necesariamente implican conductas de violencia. Esto favorecería la reflexión sobre los prejuicios que recaen sobre el uso de las RSV en las diferentes prácticas de noviazgo, las cuales muchas veces se conjugan con una percepción de los/as jóvenes desde posturas adulto-céntricas que no reconocen sus cualidades ni las formas de solucionar problemas que son parte de su cotidianidad.

Al encontrarnos a nivel mundial ante un panorama de salud que ha restringido las formas de relacionarnos cara a cara con nuestros seres queridos, es importante, por un lado, evidenciar la percepción de los/as jóvenes sobre el uso de las RSV y, por el otro, conocer las formas de relacionarse con sus parejas durante este periodo de confinamiento. A partir de esto se construye el objetivo del presente trabajo: describir las experiencias de noviazgo de jóvenes mexicanos durante el periodo de contingencia por covid-19.

Metodología

El presente estudio es de tipo cualitativo, ya que favorece la comprensión de la realidad desde el marco de referencia de las propias personas involucradas, mediante la valoración de sus perspectivas y sus creencias (Taylor & Bogdan, 1984). Asimismo, tiene un corte interpretativo, porque permite situar de manera contextual las descripciones sobre el mundo social en movimiento en el cual están inmersos los/as participantes, al tiempo que reconoce que en la interacción entre investigador/a y participante existe un posicionamiento multicultural y de género, lo cual implica que cada uno tiene una biografía de clase, de raza, de cultura y de etnia desde la cual se establece el diálogo (Denzin & Lincoln, 2011).

Como posicionamiento teórico, se asumen los postulados del construccionismo social, que no busca establecer modelos o hipótesis preconcebidas, sino que considera que la realidad se construye en las prácticas cotidianas y que es en estos espacios, y según el contexto social, que la cotidianeidad tiene sentido y significado; de allí que no se pueda generalizar (Berger & Luckman, 1986; Gergen, 2012). Desde esta mirada, se pone especial énfasis en el lenguaje, porque este produce y construye la experiencia propia y la de los demás, y se lo concibe en términos de acción, lo que implica la constante negociación y desarrollo de significados que dan paso a ciertas prácticas, al tiempo que se dejan de lado otras posibilidades (Gergen, 1996, 2012; Burr, 2015).

La selección de los/as participantes se realizó mediante la técnica de bola de nieve a partir de dos informantes clave (Hudelson, 1994). Los criterios de inclusión considerados fueron: edad (tener 18 o 19 años), lugar de residencia (vivir en la Ciudad de México) y situación afectiva (estar en una relación de noviazgo). Debido a la situación de confinamiento, las invitaciones se realizaron vía telefónica.

En este primer contacto, se explicaron los motivos de la investigación, la relevancia de su participación y la forma de trabajo para mantener la confidencialidad (lo que incluyó la posibilidad de que eligieran un seudónimo). En esta instancia, también se agendó una cita para realizar la entrevista. El día programado, y antes de comenzar la grabación, se planteó el consentimiento informado, se resaltó el carácter voluntario de la participación y se reiteró la garantía de confidencialidad. Participaron, en total, tres hombres y tres mujeres de la ciudad de México que en el momento del estudio eran estudiantes de nivel medio superior y tenían una relación de noviazgo.

NOMBRE EDAD TIEMPO DE RELACIÓN DE NOVIAZGO
1 Diego 18 5 años
2 Emanuel 18 1 año y 3 meses
3 Lizbeth 18 1 año y 9 meses
4 Marisol 19 9 meses
5 Mónica 18 1 año y 6 meses
6 Víctor 18 3 meses

En cuanto a la herramienta de recolección de datos, se utilizó la entrevista semiestructurada, ya que favorece la compresión de las realidades de las personas a partir de considerar su construcción de significados (Schensul, 2012). Debido al panorama de restricción de actividades sociales, y con el fin de salvaguardar la salud de los/as participantes y de los/as investigadores/as, se optó por realizar las entrevistas vía telefónica.

La duración aproximada de cada entrevista fue de 60 minutos y en su transcripción se respetaron los tiempos de silencio, la expresión de emociones y la idiosincrasia lingüística.

Para el análisis de datos se utilizó el análisis de contenido temático, que permite realizar interpretaciones basadas en el contexto del propio texto y en el contexto social. Para realizarlo, se efectuó un preanálisis, que incluyó la codificación y la categorización de las unidades de información obtenidas en función de la similitud de su significado (Vázquez, 1996). Como resultado, se obtuvieron las siguientes categorías: percepción sobre el uso de las redes sociales virtuales, redes sociales virtuales preferidas en el noviazgo y muestras de cariño.

Resultados y discusiones

Percepción sobre el uso de las redes sociales virtuales

Al consultar la opinión de los/as participantes sobre las RSV, todos/as coincidieron en que estas son útiles para establecer comunicación no solo para los/as jóvenes sino para cualquier persona, lo que remite a la idea propuesta por Jonas Hans (1995) sobre cómo la tecnología favorece nuevas formas de comunicación que resultan acordes a las prácticas cotidianas. Bajo esta lógica, se puede mencionar que las redes sociales virtuales constituyen en la actualidad opciones atractivas para establecer comunicación gracias a su potencial de favorecer interacciones a pesar de la distancia geográfica; y en la situación actual de México, donde se sugiere no mantener contacto cara a cara a fin de evitar contagios, su uso resulta muy útil para mantener relaciones interpersonales.

En este sentido, es interesante observar cómo uno de los entrevistados identifica discursos sociales de juicio y de crítica con respecto al uso que le dan los jóvenes a las redes sociales. Al respecto, menciona que su utilidad puede ir más allá de prácticas sexuales y enuncia fines relacionados con lo escolar, como la realización de proyectos y de trabajos escolares. Lo anterior puede mostrar que, en algún sector de la población, todavía existe la creencia del uso de las redes sociales virtuales desde una mirada sancionadora, que permite un señalamiento persecutorio sobre los/as jóvenes y que muestra, de forma indirecta, prejuicios relacionados con el ejercicio de su sexualidad (Foucault, [1976] 2009). Este tipo de señalamientos puede partir de ideas adulto-céntricas que conciben a los/as jóvenes como problemáticos e irresponsables y que niegan, con ello, su derecho a vivir la sexualidad (Duarte, 2016).

Creo que las redes sociales han sido, ahorita, como el escape de todos los de mi edad, y de la gente en general, porque es la manera más rápida de comunicarte con gente que está lejos o encerrada, pues están las videollamadas y las llamadas grupales como en Facebook... Creo que es la manera más fácil de comunicarte con todos, es una herramienta muy muy bien hecha que, de por sí, antes de la pandemia ya era muy utilizada. ¡Yo creo que en esta pandemia se volvió lo más utilizable! (Diego, 18 años).

Es una herramienta, obviamente, de comunicación. Creo que es un escape para todos, porque hay muchas fotos graciosas o cosas que te hacen reír, así como canciones. Yo lo veo así, por ese lado (Emanuel, 18 años).

Normalmente, las redes sociales son mal vistas porque dicen que los chavos solo las ocupan para relaciones sexuales o solo para estar conversando, pero en realidad las redes sociales son muy necesarias para mantenerse comunicado con otras personas, para hacer proyectos, para hacer trabajos escolares o, realmente, porque no es muy fácil ver a esa persona en una conversación cara a cara. Las redes sociales son útiles para mantener comunicación (Víctor, 18 años).

Otro punto importante que se observa en los discursos de Diego y de Emanuel es el uso de las redes sociales virtuales como una forma de «escape» de la situación de confinamiento. Como se sabe, antes del periodo de cuarentena las actividades de ocio se realizaban al aire libre y en espacios concurridos, pero debido a las actuales restricciones esto ha cambiado y algunas se han tenido que realizar en las casas.

Ambos participantes comparten la idea de utilizar las redes sociales como una forma de ocio que puede fungir como distractor de la situación actual y que, a su vez, puede generar risa, lo que podría estar relacionado con la salud mental. En este sentido, se reconoce la utilización de los medios virtuales como una forma de ocio que puede ayudar a favorecer el bienestar psicosocial (Goodman, Geiger & Wolf, 2017; Guil y otros, 2018).

Redes sociales virtuales preferidas

Las RSV han ganado terreno en las prácticas cotidianas alrededor del mundo y, debido a su uso y a su aceptación, han venido a representar un cambio en los tipos y en las formas de comunicación interpersonal, en los modos de mostrar las subjetividades y en la creatividad de los individuos. Todo ello ha influido en el desarrollo de nuevas formas de relación y, actualmente, debido al panorama de confinamiento, los/as jóvenes las han ocupado para establecer interacciones con sus parejas.

En estos tres meses, me comunicaba con ella por Messenger, hacíamos muchas videollamadas por Messenger… A mí, al menos, me gustan más las llamadas y las videollamadas que tiene Messenger. Siento que son… Se ve con mejor calidad, independientemente de la cámara. En Whatsapp muchas veces se me traba, no sé si era mi teléfono, el internet en general, o la aplicación, pero sucede seguido, por eso uso Messenger. Normalmente, por Messenger es por donde hablo con todos mis amigos, como salen las burbujitas: Luego estás en Facebook y es más fácil contestar ante la burbujita que entrar al chat de Whatsapp (Diego, 18 años).

Con mi novio hablamos por Whatsapp, hacemos videollamadas o llamadas. Prefiero Whatsapp porque como que me conecto más por ahí; las videollamadas, son igual por Whatsapp o por Messeger. Es la única manera por donde nos podemos comunicar, hablar, hacer videollamadas. La verdad, ¡mínimo ver su cara! [risas] no solo oír su voz por chat. Creo que es una gran ventaja tener las redes sociales (Marisol, 19 años).

Ahorita, en la cuarentena, estamos ocupando mucho Whatsapp y Messenger. Por Whatsapp, nos enviamos canciones que escuchamos y cantamos de nosotros; por Messenger, tenemos conversaciones normales como «Mira, me pasó esto; mira, hice esto; vi esta película, escuché esta canción…» (Víctor, 18 años).

Como se observa, las principales plataformas virtuales que los/as jóvenes prefirieron para establecer interacción con sus parejas fueron WhatsApp y Messenger, lo que coincide con los datos de Kemp (2019) en cuanto a que WhatsApp resultó una de las más solicitadas durante 2019. Al parecer, la preferencia por estas dos redes sociales se relaciona con la evaluación que hacen los/as jóvenes sobre la accesibilidad y la calidad, ya que valoran tener una buena comunicación con su pareja sin interrupciones. Y aunque Facebook fue nombrado solo por un participante, no se niega el impacto que esta red social tiene en la vida de los/as jóvenes.

Es interesante notar que los/as jóvenes no solo valoran la posibilidad de mantener comunicación verbal con sus parejas, sino que también destacan la importancia de poder verse cuando interactúan, lo que evidencia que la tecnología vía RSV ha propiciado cambios en las formas de expresión (Crovi, Garay, Portillo & López, 2013). Cabe recordar que antes de que se desarrollaran internet y las plataformas virtuales la única forma de mantener comunicación vía telefónica era por voz.

Muestras de cariño

Para José Luis Rojas-Solís y Alicia Flores Elvira (2013), desde la mitad del siglo pasado las relaciones interpersonales se han transformado de forma importante gracias al papel de la tecnología. En efecto, el desarrollo de Internet, de las tecnologías de la información digitales y de las RSV ha modificado las formas de estar y de interactuar en pareja (Jaillier, 2010; Rodríguez, 2015).

En este tiempo de confinamiento, la tecnología vía RSV ha jugado un papel clave en las relaciones de pareja, ya que ha permitido seguir en comunicación, mantener la relación de noviazgo y continuar construyendo lazos afectivos y de confianza; tal como se muestra en los discursos de los/as entrevistados/as:

Hablábamos pues todo el día, porque estábamos todo el día encerrados en nuestras casas, y pues hablábamos de cuando íbamos a comer, era: «Voy a comer...», «Espérame, yo voy a lavar…», «Espérame, te marco en un rato…» (Lizbeth, 18 años).

Bueno… Yo soy de la idea de que a lo mejor hago así como… detallitos de que etiquetarla en algo o de publicar una foto con ella. Pero siento que no necesariamente necesitas publicar en redes sociales o hacer cosas en redes sociales para demostrarle que la quieres. Yo siento que tus acciones hablan más que las cosas que haces mediante redes sociales, por eso hacemos videollamadas a diario (Diego, 18 años).

Pues como que sí lo extrañas, porque de verlo no diario, pero sí muy seguido, a que no lo veas en muchos meses está raro… Por ejemplo, nos decimos: «Te quiero, te adoro» o nos etiquetamos en cosas divertidas en el Facebook (Marisol, 19 años).

Normalmente, cuando doy las buenas noches, le digo que voy a soñar con ella, que la… O ahorita, que no nos hemos visto mucho, a cada rato me manda un mensaje diciendo que me quiere y extraña, y pues yo la extraño a ella también… Antes, era de más de una conversación, de «¿Qué estás haciendo?» o «Descansa». Y ahora, por ejemplo, me estaba diciendo que estaba cocinando algo y le dije que quería estar cocinando con ella, y me dijo que sí, ¡que ya me imaginaba ella cocinando! [se ríe]. Ya tenemos planes a futuro y más confianza (Emanuel, 18 años).

Para mantener la comunicación, y como hace tiempo que no nos podemos ver, nos mantenemos comunicados a cualquier hora del día. Eso creo que es lo más importante, más para saber cómo estamos. Y frecuentemente me repite que me quiere mucho y que está muy feliz de estar conmigo, así es como me lo demuestra. Yo le digo: «¿Cómo va tu día?» Le pregunto si ya comió, que cómo amaneció, cosas así, «¿cómo te sientes?... Por Messenger, por Facebook es igual. Como que nos preguntamos lo mismo y le pregunto lo mismo (Mónica, 18 años).

¡Ah! pues ahorita, durante la cuarentena, le envío los buenos días. «¿Ya comiste?», «¿cómo te sientes?», «buena noche», o tenemos como una costumbre entre nosotros, ahorita en la cuarentena, de enviar un audio de buenas noches, o también, como nosotros somos dibujantes, le envío… «¡Oye, te hice este dibujo!». Y ya antes de que empezara la cuarentena ella llevaba dulces para que comiéramos o yo la llevaba al cine, o luego, como también me gusta tocar, llevaba la guitarra y le tocaba una canción; pero ahora solo así podemos (Víctor, 18 años).

En este momento de confinamiento, las relaciones de los/as jóvenes se mantienen gracias al uso de las RSV, lo cual muestra cómo a pesar de estar en periodo de cuarentena ellos/as deciden seguir con su pareja, por medio de mensajes diarios de saludos o de videollamadas que les permiten participar, vía virtual, de sus actividades cotidianas.

Uno de los usos que los/as jóvenes les dieron a las RSV, fue utilizar la opción de etiquetar a su pareja en Facebook, ya sea directamente en una foto o en contenidos referidos a alguna actividad u objeto de pertenencia de su pareja.

Otra de las actividades que señalaron algunos/as participantes fue decirle a su pareja lo que sienten, mediante frases tales como «te quiero» o «te adoro». Este hallazgo coincide con lo señalado por Alfredo Dillon (2013), quien plantea que los/as jóvenes tienden a valorar las relaciones que establecen con sus personas significativas –en este caso, su pareja–, lo que rompe con la idea de que los/as jóvenes se comportan superficialmente y no tienen interés de crear vínculos afectivos (Bauman, 2019).

Entre las formas de mostrar afecto se encuentra la preocupación de los/as jóvenes por el estado físico y emocional de su pareja. Esto se comprende ya que nos encontrarnos inmersos en un panorama inusual de enfermedad, donde el riesgo de contraer el virus es un tema cotidiano. Frente a esto, los/as jóvenes están al pendiente de la salud de su pareja y se lo hacen saber por medio de preguntas: ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes?

Se puede mencionar, además, que las RSV son un espacio que no está exento de la posibilidad de creación de lazos afectivos, ya que se trata de un ámbito donde se llevan a cabo relaciones sociales y discursos que muestran las diferentes situaciones de vida. Para finalizar, es importante señalar que al preguntarles a los/as participantes si durante este periodo de confinamiento se produjeron peleas, discusiones o malentendidos con su pareja todos/as mencionaron que no, lo que nos habla de cómo las situaciones de salud-enfermedad tienen también un impacto en las dinámicas relacionales de noviazgo.

Conclusiones

En este momento histórico, donde se vive un periodo de confinamiento por la enfermedad del coronavirus, no se puede o se recomienda no tener una convivencia cara a cara. En este sentido, la tecnología por medio de las RSV ha representado una oportunidad para seguir manteniendo el contacto con los seres queridos; en este caso, la pareja.

Mediante el uso constante de las RSV se reitera la legitimación de estos medios para el mantenimiento de relaciones afectivas, ya que posibilitan, a pesar de la distancia y el tiempo, tener una comunicación constante y demostrar los sentimientos hacia la pareja, ya sea por medio de frases cariñosas o de la realización de actividades relacionadas con la dinámica de las propias RSV. Además, ayuda a evidenciar que dentro de las relaciones de noviazgo no solo existen interacciones violentas y que es posible utilizar las RSV para mostrar afecto y preocupación hacia la pareja.

Por último, consideramos que este estudio también contribuye a visibilizar los discursos de los/as jóvenes relacionados con los diversos cambios socioculturales, económicos y políticos que produjo una problemática de salud a nivel mundial.

Agradecimientos

Esta investigación es parte de la tesis doctoral de Jessica Paola Obregón Patiño, la cual es financiada con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), a través de la beca 322535 con registro 261317.

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