La historia argentina en tiempo real

Autor: Victoria Gagliardi Página 1 de 2

Lic. en Comunicación. Escasamente conocida como @vekaese

El juego de 70 octubres ya está online

¿Te gustaría entrar en la piel de un descamisado y reunir a los trabajadores para que marchen a la Plaza de Mayo? ¿Te animás a poner las patas en la fuente y acercarle al Coronel Perón el micrófono para que dé su discurso desde el balcón de Casa Rosada?

El juego de 70 octubres

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La participación del Dr. Mazza: una radiografía cómplice

El Capitán Miguel Angel Mazza fue el doctor personal de Juan Domingo Perón durante su prisión en la isla Martín García. Especializado como médico cirujano, Mazza fue uno de los impulsores de la llegada de Perón a Buenos Aires como miembro de una fabulosa conspiración a partir de la falsificación de las radiologías que simularon una enfermedad pulmonar del Coronel.

Mazza

El Dr. Mazza fue el médico personal de Perón y un protagonista fundamental para su salida de la isla Martín García

En la isla, Perón recibió tratamiento por una vieja afección pleural, probablemente consecuencia de una congestión pulmonar contraída en la Quiaca en 1931, cuando cumplía funciones en la Comisión de Límites. En octubre de 1945 Mazza se dedicó a atender al Coronel pero, más que un médico, Perón encontró en él un cómplice.

En una carta escrita de puño y letra, el ex vicepresidente le exigió al Ministro de Guerra Eduardo Ávalos: “Solicito quiera tener a bien disponer las medidas necesarias para mi asistencia médica hospitalaria en razón de la afección que padezco, y de la cual puede dar testimonio y fe el señor capitán cirujano Dr. Miguel Angel Mazza y que se ha visto reagravado por el clima húmedo de esta isla”.

Desde la isla, el médico colaboró indicando por escrito: “A raíz de un examen radiográfico se comprobó que el señor coronel Don Juan Domingo Perón presenta una elevación cupiliforme del hemidiafragma derecho cuyo probable origen tumoral sea imprescindible e impostergable dilucidarlo por el examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario (…). El clima húmedo de su actual alojamiento le puede resultar sumamente desfavorable”. La descripción médica, acompañada por antiguas radiografías (que no reflejaban la mejoría del Coronel) indicaban una urgente internación que sólo sería posible en Buenos Aires.

Esta fue la radiografía que se convirtió en la falsa prueba necesaria para la liberación de Perón

Esta fue la radiografía que se convirtió en la falsa prueba necesaria para la liberación de Perón

La insistencia de Mazza para lograr la internación de Perón en el Hospital Militar Central hizo posible que las resistencias de Farrell finalmente cedieran. El 16 de octubre a las 14:30 hs., la Junta Médica se embarcó hacia la isla en una lancha de la prefectura.

En el viaje, fue el doctor Mazza quien se encargó de conspirar junto al Comisario Rodríguez, un peronista leal cuya tarea fue indicarle a Perón que no se dejara revisar de ninguna manera. De esta manera la Junta se vio obligada a ordenar su traslado al Hospital Militar Central. Perón encontró así su salida y partió a Buenos Aires.

27/09/1945: Hay estado de sitio en el país

El presidente Edelmiro Farrell expidió un decreto por el cual se implanta el estado de sitio en todo el territorio nacional. El comunicado anuncia:

«Levantado el estado de sitio por decreto número 17.991 comenzó una campaña en tono ascendente, encaminada a lograr la alteración del orden en el territorio de la República de definida frustración y finalidad: la mueven y financian los elementos desplazados por la revolución del 4 de junio y los representantes de la oligarquía que hasta entonces dirigió al país y trata de impedir que puedan realizarse con normalidad y con los resguardos que garanticen la auténtica expresión de la voluntad de los partidos políticos las elecciones anunciadas por el señor presidente de la Nación el día 6 de julio próximo y reiteradas en toda oportunidad.

Farrell y Perón

Farrell y Perón

La obra realizada por el Gobierno de la Revolución amparando a los humildes, protegiendo a los trabajadores de la ciudad y del campo y a todos los factores de labor y el anuncio de reformas sociales reclamadas para establecer un equilibrio entre el privilegio que ha aprovechado hasta ahora de los beneficios de las riquezas de la Nación, y los sectores de trabajo que hasta ahora sólo han absorbido la fatiga, la miseria y el dolor, han alarmado sin duda a los primeros. Para que la República dé un paso atrás en lo ya cumplido y para evitar lo por hacer, la oligarquía y los elementos políticos desplazados han voleado a todos los poderosos medios a su disposición para impedir un proceso político cuyo normal desarrollo permitirá, sin duda, el triunfo de la voluntad popular.

Uno a uno y sucesivamente los organismos creados por aquella oligarquía para la defensa de sus intereses particulares, cierta prensa que vive de sus contribuciones y aquellos profesionales que no han sabido evadirse de su sostenida presión, han realizado los más empeñosos esfuerzos a fin de crear un clima propicio al desorden indispensable para la rebelión a la que incitan como medio concreto de obtener sus propósitos.

Ante el solo anuncio de que de inmediato se abrirá el proceso electoral, constituyéndose la Corte creada por el Estatuto de los Partidos Políticos, se ha precipitado aquella campaña, intentándose un levantamiento que, en brevísimos instantes, han impedido los propios oficiales del ejército.

Ante esa campaña de desorden y la conmoción creada por aquellas fuerzas, es necesario asegurar la paz interior para permitir con eficacia el proceso preelectoral, restableciendo a tal objeto el instrumento legal que autoriza el artículo 23 de la Constitución Nacional.

Por ello, el presidente de la Nación Argentina, en acuerdo general de ministros, decreta:

Artículo 1o. – Declárase en estado de sitio a todo el territorio de la República

Art. 2o. – Por el Ministerio del Interior se dictarán las instrucciones necesarias para la ejecución del presente decreto

Art. 3o. – Comuníquese, publíquese, dése al Registro Nacional y archívese»

El General Rawson intentó derrocar al gobierno

En la madrugada del 25 de septiembre, un grupo militar encabezado por el General Arturo Rawson intentó derrocar al gobierno de Edelmiro Farrell y Juan Perón. Rawson, que había sido el primer presidente de la Revolución del ’43, encabezó un alzamiento en la ciudad de Córdoba. Apoyado por sectores de la Marina, que finalmente no participaron de los incidentes, el intento de golpe fue neutralizado por fuerzas leales a Perón, quienes rodearon la sede militar desde donde estaba prevista la partida. Finalmente, los insurgentes se entregaron sin oponer resistencia.

General Arturo Rawson

General Arturo Rawson

Rawson pertenecía a la aristocracia argentina y simpatizaba con el Partido Conservador. Tenía planificado derrocar a Farrell para otorgar el poder al presidente de la Suprema Corte de Justicia. Su intento, aunque fallido, no es un caso aislado y demostró la intención de una oposición cada vez más organizada. En las universidades, el descontento con el gobierno crecía y comenzaba a tensionarse.

El impacto de la marcha por la Constitución y la Libertad

Sectores opositores al gobierno convocaron a una movilización por la tarde del 19 de septiembre de 1945 en el Congreso para exigir el fin del gobierno de la Revolución del ’43. Participaron distintos partidos políticos entre los que se contaron el Partido Socialista, la UCR, el Partido Demócrata Conservador, entre otros, bajo la consigna de exigir la normalización del Estado Democrático y el pedido de que la Corte Suprema gobierne el país.

Foto: La Prensa 20/9/1945

Foto: La Prensa 20/9/1945

La Marcha por la Constitución y la Libertad fue el primer acto opositor masivo, que congregó a más de 200 mil personas. Los ciudadanos entonaron el Himno Nacional argentino en Plaza del Congreso con carteles, banderas y panfletos en mano; y luego marcharon hasta la Recoleta al grito de «pueblo libre, prensa libre» y «el nazi de ayer no puede ser el demócrata de hoy». El evento fue ampliamente difundido por los medios de comunicación de la época y generó un fuerte impacto en la gobernabilidad de la dupla Farrell-Perón.

Foto: La Prensa 20/9/1945

Foto: La Prensa 20/9/1945

La iniciativa fue fuertemente repudiada por el gobierno, a la vez que fue apoyada por la embajada de Estados Unidos. El Vicepresidente Juan Domingo Perón advirtió: “Compañeros, recuerden la consigna: de la casa al trabajo, y del trabajo a la casa. Hoy es un día para estar tranquilos”. A pesar del fuerte repudio del oficialismo, la masividad de la marcha se instaló como un hito en la historia del antiperonismo.

Foto: La Prensa 20/9/1945

Foto: La Prensa 20/9/1945

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