En el cuarto partido de la Copa América, México se impuso a Jamaica por 1-0. El seleccionado azteca empezó con alta presión. Generó jugadas claras como el remate bajo de Luis Chávez que contuvo el arquero Waite. Esa presión asfixiante mermó conforme pasaban los minutos y el equipo jamaiquino demostró que puede competir de igual a igual con jugadores que actúan en la Premier League.
Aun sin contar con su figura León Bailey, hicieron un buen primer tiempo porque emparejaron el encuentro. Al minuto 25, México sufrió la lesión de Edson Álvarez, su figura y capitán, quien tuvo que ser reemplazado por Luis Romo. La baja del jugador del West Ham, baluarte del mediocampo azteca, es muy sensible. Se verá la gravedad de lo que aparentemente fue un desgarro. El primer tiempo fue muy parejo, sin sobresaltos para ninguna de las porterías, con imprecisiones en ambos equipos.
En el segundo tiempo, Jamaica arrancó de distinta manera. Buscó el partido y se encontró con un gol de Michael Antonio que luego fue anulado por el VAR por posición adelantada. Este fue un mensaje de advertencia para el Tri, que a partir de ahí se despertó. Sin juego interno, buscó el arco rival a través de disparos lejanos de Luis Chávez y Santi Giménez. Estos remates dieron su fruto al minuto 68, cuando tras un centro despejado, Romo –quien ingresó por el lesionado Álvarez– la bajó y se la dejó servida a Arteaga, quien metió un zurdazo cruzado y dejó sin opciones al arquero rival. “Sentí que no estaba teniendo mi mejor partido, pero un gol te cambia todo”, declaró el autor del gol. Y es que un gol ciertamente lo cambia todo, como por ejemplo la realidad para el conjunto mexicano, que llegó a la Copa América con más dudas que certezas.
Esta victoria significa tranquilidad de cara al próximo partido y también un respiro para el técnico, muy cuestionado por propios y ajenos. No hay mal que por bien no venga. México se libera de los fantasmas del pasado reciente y ahora buscará sellar su clasificación a los cuartos de final ante un duro rival como Venezuela, que viene de vencer a Ecuador. Más que una victoria, fue un desahogo para México y para Jaime Lozano.
Periodista Fabrizio Guzmán
Foto: Selección Mexicana
