Vlasta Lah, María Celestini, Emilia Saleni, Eva Landeck ¿De quiénes son estos nombres? ¿Por qué no los reconocemos? En el conversatorio las invitadas repiten sus nombres una y otra vez ¿Qué tienen para contar?
El viernes 13 de septiembre se celebró el conversatorio “Ellas no fueros contadas: Pioneras del cine argentino” en la sala Pettoruti del Teatro Argentino. Organizado por el Ministerio de Mujeres y Diversidad de la provincia, este se dio en el marco de un día de charlas sobre mujeres.
Irene Morak, Candela Vey, María Eugenia Lombardi y Julia Zárate recuperan, en un conversatorio que pudo haber durado horas, los nombres de mujeres pioneras del cine argentino, cuyas películas y marcas fueron borradas y perdidas en la historia.
En la sala se mezcló una conversación que pendulaba entre el cine silente y sonoro, entre distintas etapas de la historia argentina. En el período silente existieron muchas directoras de cine de la alta sociedad que, participando de sociedades de beneficencia, hacían películas sobre modales y comportamiento femenino.
Pero las mujeres del conversatorio eran distintas. María Celestini produjo una película sobre la patria potestad de los hijos de las mujeres solteras. Vlasta Lah dirigió “Las Furias”, una película sobre mujeres y sus vínculos que sufrió críticas misóginas.
Irene Morak contó historia de su madre, Eva Landeck, una mujer que, con solo el apoyo de su familia y toda una industria en contra, estrenó “Gente de Buenos Aires” en 1974, película que triunfó y permaneció en cartelera hasta que la sacaron injustamente.
Pero todas estas mujeres tienen algo en común, fueron borradas de la historia y sus obras desaparecieron. Una película enterrada, filmaciones y negativos que se perdieron con los años. Las historias de ellas son como las de muchas otras mujeres que no llegamos a conocer.
Candela Vey, historiadora, hizo énfasis en que “el problema recae en el Estado, en la política, en una sociedad que está ausente en cuanto a recuperar películas de estas mujeres, películas que están en colecciones privadas que no se quieren abrir”. Además, menciona a “las dictaduras incendiarias en cuanto a la cultura”. A todo esto concluye María Eugenia Lombardi, directora de cine, ante una pregunta del público: “No importa quienes fueron las primeras o las genias, ellas una vez llegaron y no podemos permitir que puedan volver a ser olvidadas”.
Luisina Arocena