BIENVENIDOS A POLÍTICAS DE COMUNICACIÓN Y GESTIÓN DE MEDIOS

ALGUNAS CONSIDERACIONES

La novedad de los portales de información ya pasó –como quedó atrás la novedad de internet- y ahora públicos, protagonistas, fuentes y periodistas se mueven entre las noticias como un escenario poco delimitado y amorfo. Siempre hay noticias. Vivimos entre las noticias. Donde empieza el diario, sigue el portal, continúa la radio, aparece la televisión; mientras todo se refleja en las redes. 

Y todo vuelve a pensarse. 

Internet fue la novedosa y revolucionaria herramienta de los 90 para comunicarse con los otros y para transmitir y difundir informaciones. La crisis del 2001, el “que se vayan todos”, los asesinatos de Kosteky y Santillán, anunciado en la tapa de El gran diario argentino con el fallido título “La crisis causó dos nuevas muertes”, agudizaron la falta de credibilidad de los medios de comunicación tradicionales, y en particular los hegemónicos, en nuestro país (Clarín, La Nación, y diarios del interior como La Capital de Mar del Plata o el diario Río Negro). 

Pocos años después, el debate de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, abrió lugar a la aparición de nuevos medios alternativos a los hegemónicos. 

Estos nuevos medios, llamados portales de información o agencias de noticias online intentaron, y en muchos casos con éxito, armar agendas informativas distintas de las agendas impuestas desde los grandes medios. Y sobre todo, informar, analizar y reflexionar sobre los acontecimientos dominantes desde otra perspectiva. Pusieron, y ponen actualmente, en evidencia temáticas silenciadas por los grandes medios. Un gran ejemplo de la actualidad es el análisis informativo desde una perspectiva de género nunca antes puesto en cuestión en el periodismo.

Las redes sociales como Facebook, inicialmente, luego Twitter e Instagram, principalmente, se sumaron a las herramientas de comunicación y difusión de información, en paralelo a los medios tradicionales (incluyendo radio y televisión) pero ganando en rapidez e inmediatez. No así en credibilidad y fiabilidad acerca de la información.

Las redes, generaron una nueva dinámica en la producción de la información, en la búsqueda de fuentes, y en el tratamiento de la información, aumentando el desafío de lxs periodistas: lo que se gana en instantaneidad se pierde en elaboración, reflexión y chequeos sobre los sucesos. Se pierde así, la posibilidad de una mirada crítica y se corre el riesgo de ser el vehículo del discurso de otrxs.

Por eso es cada vez más necesario tener en claro cuáles son “Las Políticas de comunicación y gestión de medios” que se llevarán adelante y se pondrán en marcha al momento de intentar atravesar esa marea informativa y salir airoso. O, por lo menos, no dañado y cumplir con los requisitos de rigor de la tarea periodística entendida como una tarea de interés general y social, una tarea de interés colectivo, y no particular y personal que responda a intereses privados y espúreos, detrás de los cuales están muchas veces los lobbis económicos y políticos.

Esas políticas tienen que tener en cuenta, al menos, cuatro conceptos: los medios, las noticias, los periodistas y los públicos.

La paradoja parece ser que se han multiplicado las herramientas y aplicaciones para producir contenidos, pero se han reducido en extremo los tiempos para hacerlo. Todo tiene que ser ya. En paralelo, el sistema mediático, que además convive y compite con otros sistemas, perdió calidad y profundidad.

A pesar de todo ese vértigo, es posible no resignar calidad ni contenido y muchos menos compromiso por un determinado colectivo de personas o cúmulo de ideas. Por el contrario, el estudio pormenorizado y detallado de las nuevas pontecialidades –y también peligros- pueden empoderar a lxs periodistas y a sus destinatarixs y constituir un aporte a una sociedad mejor informada, dónde seamos capaces de reaccionar rápidamente para desmantelar cualquier sentencia largada a la ligera por medios que tienen una llegada masiva en la sociedad. No se trata de concentrar el esfuerzo en esa tarea, sino de informar bien, mejor, con fuentes, con credibilidad, con calidad y conocimiento.

En este marco, es necesario dar cuenta del proceso de complementación y confluencia que están teniendo los diferentes grupos periodísticos entre sus diferentes unidades de negocios, donde ahora predominan las grandes áreas desde las cuales se puede subir una noticia a un portal, hacer televisión o hacer radio. Y es esencial tener en cuenta que la base de cualquiera de esos contenidos, vehiculizados por un portal, un micrófono y/o una cámara, es la noticia, es la información con fuentes creíbles, fidedignas, seguras y serias. 

Al día de hoy, todos los grandes medios, desde las agencias de noticias hasta las radios y los canales de televisión, pasando por los diarios en papel siguen estando organizados por secciones y por áreas: nacional, internacional, economía, deportes, sociedad, ciencia y cultura, por ejemplo. Esas secciones a su vez ¿deberían tener periodistas especializados en cada área? Cada medio elige cómo hacerlo. Hacer la elección es parte del proceso de producción del medio. 

Además, la tecnología y la competencia fueron en este contexto dos elementos clave para que casi todos los medios desarrollaran diversos soportes informativos: ya no hablamos solamente de texto, imagen o audio, sino que hablamos de infografías fijas y animadas, portales en los cuales se suben las noticias que recogieron los cronistas en la calle y que terminaron de confeccionar por escrito en la redacción, noticias que se transmiten por las redes y se enlazan con los portales e infinidad de cruces que multiplican la comunicación. Es decir, en el interior de los propios medios de comunicación se producen interacciones permanentes.

Es posible y necesario poner al servicio de nuestras comunidades las diferentes herramientas de comunicación e información de muy fácil acceso. Pero sin dudas, es indispensable una planificación y ciertos saberes técnicos y teóricos que faciliten la tarea. 

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