Page 1 - Número 6 | Revista Letras
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Noventa y nueve años después
Marcelo Belinche
La educación pública argentina es herencia de las mejores
ideas de los fundadores y lo mejor de los grandes movimien-
tos populares.
Propone que todos puedan recorrer un camino que reúna el
primer guardapolvo con la formación superior, con el Estado
como garante. Todos.
En esa posibilidad radica su riqueza, porque aspira a otorgár-
sela por igual tanto a los interiores geográficos y sociales pro-
fundos como a los centros privilegiados de un país desigual. Y
lo intenta.
Sus escuelas, colegios y facultades contienen un ideal que luce
los principios constitucionales, y a la vez, una opción de reali-
zación personal y de libertad. El derecho a enseñar y aprender
se transforma en un derecho que debilita la injusticia social, y
produce resultados que lo confirman, como esos primeros tí-
tulos universitarios de familias que rompen la lógica medieval
de la riqueza heredada.
Es entonces en esas garantías donde se produce el debate
esencial.
Porque cada medida de fortalecimiento de la educación pú-
blica discute con el pensamiento que pretende reservarla para
algunos. Produce desafíos instrumentales que la recorren por
dentro y obligan al análisis serio, desde los contenidos curri-
culares hasta, tal vez, uno de sus nudos centrales: la clase. E
impone una toma de posición explícita para los que forman
parte de sus entrañas, en particular los docentes, como prota-
gonistas de su concreción.
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