El 4 de mayo se inicia el proceso de enjuiciamiento contra el juez Vara, pero este no se presenta acusando problemas de salud.
El jury delibera durante cinco días y por un veredicto unánime se lo inhabilita de por vida para ocupar cargos públicos y se lo suspende del cargo de juez. Se lo considera culpable de encubrimiento, prevaricato y abuso de autoridad. Vara no volcaba en los expedientes las declaraciones que vinculaban a los policías con la desaparición de Miguel y mantenía la carátula de la causa como “averiguación de paradero”, lo que no le permitía a Rosa intervenir como “particular damnificado”. El juez se excusaba en la teoría de que “si no hay cuerpo, no hay delito”.