Jugger: un deporte moderno y antiguo a la vez
Desde hace aproximadamente un año, un grupo de jóvenes se reúnen en Parque Saavedra para llevar a cabo un juego de estilo medieval que llegó para innovar a la cuidad.
Por Lucas Moraño
Es sábado a la tarde. Un grupo de personas que pasan por el Parque Saavedra se miran asombrados al ver a unos jóvenes atacarse con palos. De fondo se escucha una voz que grita “3, 2, 1 Jugger”. Los golpes y las corridas generan incertidumbre, pero sólo se trata a un nuevo juego que se disputa en ese lugar desde noviembre de 2013: el Jugger.
La gente que transita enfrente del Hospital de Niños de La Plata, no pasa desapercibida ante la presencia de este deporte. El colorido que le ponen las caras pintadas de los practicantes, las banderas, los palos, las cadenas, los escudos, las corridas con intención de meter la pelota en la meta contraria, hacen que estos no puedan sacarle los ojos de encima. Además de los sonidos de fondo que se dan por un redoblante que cuenta los segundos y por un cuerno de un animal que anuncia que la partida ha terminado.
Muchos se acercan a consultar con los jugadores. Otros se quedan con las ganas y siguen paseando como si nada pasara. Algunos sólo lo observan y lo juzgan sin saber de lo que se trata. Señalan a los chicos y los describen como “locos que se pegan hasta que se cansan”, una visión totalmente errónea.
A partir de allí surgió el gran interrogante: ¿De qué se trata ese juego que atrapa a la juventud platense y que va creciendo sábado tras sábado?
Comienzos del Jugger y cuestiones para entender el juego
El Jugger es un deporte moderno, ya que tuvo lugar entre los años 1989 y 1995, luego de ser impulsado por una película llamada La sangre de los héroes, proveniente de Alemania y que logró que esta actividad se expandiera por el mundo. Con el correr de los años la práctica se fue distribuyendo en distintos lugares como España, Australia y hace varios meses llegó a la Argentina.
Este deporte cuenta con dos cuestiones particulares que generan el atractivo para quien lo mire, correr y golpear. Cada equipo cuenta con cinco personas de los cuales uno de ellos (el corredor) puede tomar la pelota con sus manos y encestarla en una meta, mientras los demás tienen la obligación de evitarlo. Quien más veces haya intruducido el jugg (nombre que se le asigna al balón) a lo largo de las vueltas es el ganador.
“Estos chicos se siguen pegando, se van a matar”, comenta una de las personas que pasan por el parque, pero no aprecian que los golpes para evitar que los rivales lleguen a concretar el punto son leves. Estos impactos son más bien ficticios. Una vez que las armas toquen el cuerpo del jugador, a excepción de la cabeza, quedarán paralizados por un periodo de cinco segundos. Al ser un deporte que no está institucionalizado, cuenta con dos árbitros que pueden ser de los equipos que hayan quedado afuera, por eso requiere más que nada de la honestidad del jugador de quedarse quieto cuando sea golpeado.
El juego depende más que nada de la habilidad de los practicantes que deben llevar el balón en sus manos, evitar ser impactados y que el corredor rival no le quite la pelota. En La Plata, a diferencia de otros lugares, como por ejemplo, Australia, la lucha entre los que disputan el jugg no suele ser violenta, ya que en otra región se da un forcejeo y lucha para quedarse con la pelota en su propiedad.
Llegada al país y a la cuidad de La Plata
El arribo del Jugger a la Argentina se debe a dos jóvenes que regresaron al país provenientes de España y trajeron junto a ellos este deporte. En un comienzo empezaron a juntarse en el Parque Saavedra, más específicamente en 13 y 66. A partir de allí desarrollaban el novedoso juego con intenciones de sumar participantes y con el tiempo lo fueron consiguiendo. Esto se hizo posible por el boca a boca, por la participación de los compañeros de facultad, de los impulsores o conocidos, pero en especial, se dio por las personas que lo observaron mientras pasaban por el atractivo lugar con que cuenta la cuidad de La Plata.
El puntapié inicial no tuvo el resultado esperado, ya por varias semanas un número de sólo cinco personas que se acercaban a jugar Jugger. Con el correr de los días y con la complicidad de las redes sociales llegaron a aumentar la cantidad de jugadores hasta llegar a un promedio de apróximadamente 50 aficionados.
El grupo de facebook de Jugger en La Plata, tiene 439 miembros, de los cuales además de los competidores se le suma la participación de aquellos que lo juegan en otras partes del país y del mundo. Aquí se pueden encontrar varias cuestiones para entender el juego, una especie de claves, debido a que no tiene un reglamento especifico. Además de fotos, videos, publicaciones de días y horarios de la actividad con intención de atrapar a más personas, ya que muchos de los que llegaron ahí, dicen haber sido atrapados por esta red social.
Fue tan amplio el crecimiento del Jugger en estos meses que se decidió crear una liga “para generar un nivel más competitivo”, comentó el practicante Francisco Guardabassi. Cabe destacar que este deporte cuenta con una asociación llamada AJULP que se encargó de la conformación de los grupos de cara a esta competencia y que tiene un integrante por grupo que la conforma. “Buscamos perfeccionar el reglamento y consolidar los equipos para hacer competencias internas o externas”, relató otro de los jugadores, Ezequiel Fernández.
Si bien el Jugger se practica en otros lugares del país como en la provincia de Santa Fe y en cuidades como Necochea, San Clemente y Verónica, ninguno está desarrollado como en La Plata.
Este es un deporte marginado, que ningún medio se acerca para difundirlo. Que genera el desconocimiento, las risas y los prejuicios de los que pasean por el parque. Sin Embargo, “el juego raro”, de “los chicos que se pegan con los cosos esos” ha aumentado sin escalas en menos de un año y se espera que con el tiempo crezca aún más.