En el marco del JUMIC, se llevó a cabo la mesa debate sobre jóvenes escritos. Allí se presentaron Sandra Russo (página 12/ 6-7-8) y Ulises Cremonte (LITIN-UNLP), y disertaron acerca de la lectura y escritura de textos narrativos.
La charla fue coordinada por Marina Arias, quien presentó a los ponentes y pasó a explicar qué es y cómo funciona el Laboratorio de Ideas y Textos Inteligentes Narrativos. Alumnos del laboratorio estuvieron presentes en el aula, donde fueron expuestas sus intervenciones visuales.

Ulises Cremonte abrió el debate con una frase que él mismo consideró un tanto punk: "No se puede enseñar a escribir".´Él destacó tres puntos importantes que se trataron en la clìnica. Por un lado, la dificultad de los alumnos para desligarse de las historias y anécdotas para dedicarse puramente al discurso. Allí usaron una técnica llamada "mush up" para desestructurar la relación autor-narrador. Otro punto es el uso de la segunda persona, ya que según contó "ayuda a desdoblarse". Explicó además, vinculado con esto, que "escribimos desde desde nuestras mentes, desde la psiquis", por ello habìa que fijarse en la neurosis del autor.
Por útimo, concluyó con la idea de que había que dejar de pensar a la literatura relacionada con la escritura. "Más importante que la literatura es la escritura como producto colectivo y de transmisión", remató.

Luego le tocó el turno a Sandra Russo que comenzó diciendo que la escritura era un arte de seducción. "Uno escribe para que otro lo lea, y encuentra satisfacción cuando ese otro le retibuye algo de lo escrito", afirmó. La periodista continuó comentando que hoy en dìa se estaba dejando de lado la crónica. "No hay que tenerle miedo a la mezcla de géneros", dijo respecto a este estilo.
También agregó sobre el uso de las palabras: "cada palabra abre un campo semántico, hay que saber lo que queremos decir". La cronista, retomando a George Orwell, expuso: "hay que repreguntarse el texto y tratar de ser lo más breve posible".
La charla terminó con una serie de preguntas de los asistentes, pero antes Russo completó: "La escritura tiene que ver con tener algo que decir, con ser expulsivo.[...] Hay que dominar la lengua, porque tiene que ser la función de la escritura"