Page 2 - Un abordaje al medio radiofónico. Daniela Allegrucci
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de la década del 1920 hasta nuestros días, la radio es el Un abordaje al mundo radiofónico
único medio con una condición esencial, más allá de uso e in-
corporación de las nuevas tecnologías y el aggiornamiento de
nuevos dispositivos, se la puede trasladar de lugar en lugar, y
eso, por esencia, la hace única.
¿Quién iba a pensar que cuatro estudiantes de medicina, a
principios de siglo pasado iban a revolucionar el mundo de la
comunicación? Sin embargo, fue lo que ocurrió. “Los locos de
la Azotea”, iniciaron los primeros pasos en la radiofonía ar-
gentina, un 27 de agosto de 1920. El proyecto encabezado por
el Dr. Enrique Telémaco Susini y sus tres colaboradores: Cé-
sar Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, quienes
transmitieron en vivo desde la terraza del Teatro Coliseo de la
Ciudad de Buenos Aires, la obra “Parsifal” de Wagner.
Dividida en un primer lustro que podemos reconocer como experi-
mentar y un segundo que representa el despegue, la década del 20 in-
sinuaba y luego exponía con cruda realidad el antagonismo entre dos
corrientes que se disputaban el predominio: la corriente cultural, ins-
pirada por los fundadores de la radio, cuyos objetivos se encerraban
en la misma denominación y la corriente comercial, movida por gente
que sabía menos de radio pero más de negocios que veía en la radio-
difusión una actividad prometedoramente lucrativa (Gallo, 2001: 13).
Desde entonces hasta hoy, este medio entrañable que se im-
puso en todos los hogares, pasó por innumerables transforma-
ciones, fue voz cantante, peleó con titanes, se silenció y volvió
a hacerse oír, generando una memoria colectiva tan potente
que aún sigue intacta.
Al decir de María Cristina Matta, “los medios han dejado de
ser canales para convertirse en espacios de negociación, de
contrato, de pugna, por el sentido”, la praxis, está dada en la
interlocución que se produce con los oyentes a través del dial,
“donde emisores y receptores adquieren nuevas jerarquías y
dimensión en el proceso de enunciación”.
El aire es un gran guión literario en el que, la mayoría de las veces,
se escribe en vivo. Cantidad de personas trabajando al unísono,
para hacer un trabajo formidable, muy pocas cosas quedan libra-
das al azar. Por eso conductores, entrevistadores, columnistas, lo-
cutores, productores, operadores y editores, salen a escena a veces
improvisados, otras pautados, haciendo de ese espacio una gran
caja de resonancia, de los miles y miles de universos posibles.
84 | Letras
único medio con una condición esencial, más allá de uso e in-
corporación de las nuevas tecnologías y el aggiornamiento de
nuevos dispositivos, se la puede trasladar de lugar en lugar, y
eso, por esencia, la hace única.
¿Quién iba a pensar que cuatro estudiantes de medicina, a
principios de siglo pasado iban a revolucionar el mundo de la
comunicación? Sin embargo, fue lo que ocurrió. “Los locos de
la Azotea”, iniciaron los primeros pasos en la radiofonía ar-
gentina, un 27 de agosto de 1920. El proyecto encabezado por
el Dr. Enrique Telémaco Susini y sus tres colaboradores: Cé-
sar Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, quienes
transmitieron en vivo desde la terraza del Teatro Coliseo de la
Ciudad de Buenos Aires, la obra “Parsifal” de Wagner.
Dividida en un primer lustro que podemos reconocer como experi-
mentar y un segundo que representa el despegue, la década del 20 in-
sinuaba y luego exponía con cruda realidad el antagonismo entre dos
corrientes que se disputaban el predominio: la corriente cultural, ins-
pirada por los fundadores de la radio, cuyos objetivos se encerraban
en la misma denominación y la corriente comercial, movida por gente
que sabía menos de radio pero más de negocios que veía en la radio-
difusión una actividad prometedoramente lucrativa (Gallo, 2001: 13).
Desde entonces hasta hoy, este medio entrañable que se im-
puso en todos los hogares, pasó por innumerables transforma-
ciones, fue voz cantante, peleó con titanes, se silenció y volvió
a hacerse oír, generando una memoria colectiva tan potente
que aún sigue intacta.
Al decir de María Cristina Matta, “los medios han dejado de
ser canales para convertirse en espacios de negociación, de
contrato, de pugna, por el sentido”, la praxis, está dada en la
interlocución que se produce con los oyentes a través del dial,
“donde emisores y receptores adquieren nuevas jerarquías y
dimensión en el proceso de enunciación”.
El aire es un gran guión literario en el que, la mayoría de las veces,
se escribe en vivo. Cantidad de personas trabajando al unísono,
para hacer un trabajo formidable, muy pocas cosas quedan libra-
das al azar. Por eso conductores, entrevistadores, columnistas, lo-
cutores, productores, operadores y editores, salen a escena a veces
improvisados, otras pautados, haciendo de ese espacio una gran
caja de resonancia, de los miles y miles de universos posibles.
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