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Querides estudiantes, en este área van a encontrar el Programa de la materia Introducción a los estudios de la comunicación (2023).

¡Muchos éxitos en este cuatrimestre!

Universidad Nacional de La Plata Facultad de Periodismo y Comunicación Social

Programa

Introducción a los estudios de la comunicación

2023

1. Introducción

Introducción a los estudios de la comunicación apunta a reconstruir diferentes vertientes conceptuales que posibilitaron la emergencia y desarrollo de una tradición de teorías sobre la comunicación, que como tal se ha constituido en América Latina durante los años ochenta y noventa.

En ese contexto, se elaboró un relato en el que se destaca un supuesto pasado “dualista” e “instrumental” para hablar de la comunicación, que plantea una salida de él en el encuentro con la cultura como eje de análisis: la enunciada salida de los medios (desde los “apocalípticos” y los “integrados”) para encontrarse con la cultura.

Cabe decir que estos contenidos así organizados y presentados a la manera de una tradición, de un canon, se legitiman como tales en un contexto de hegemonía neoliberal y, en paralelo, de importante institucionalización de las ciencias sociales en Argentina, lo que puede explicar la fuerza de ciertos recorridos, la consolidación de unos objetos y problemas (por ejemplo, los construidos desde los Estudios culturales posmarxistas) y el abandono de otros (las nociones de clase o simplemente de política para pensar los medios, como uno más de unos cuantos ejemplos).

Sin embargo, al calor de los procesos comunicacionales y políticos que se produjeron en las últimas décadas de la mano de los gobiernos nacionales, populares y democráticos de la región, se abrió un escenario que hizo posible que el relato dominante del campo comenzará a ser revisado, cuestionado, interrogado, ampliando e incorporando nuevas lecturas sobre esta “tradición”.

En este sentido, nos interesa plantear como perspectiva central para el abordaje de estos contenidos mínimos la necesidad no sólo de leerlos en su espesor histórico (es decir, reponiendo las condiciones que los constituyen en saberes para determinado tiempo y lugar) sino también atendiendo a sus limitaciones y potencialidades para actuar en este momento histórico de restauración liberal-conservadora o de retorno de un orden neoliberal, al cual definiremos desde dos concepciones complementarias.

Por un lado, y siguiendo a Zaffaroni, como la forma actual del colonialismo ─entendido este como la explotación foránea de los habitantes de una nación y, por tanto, como condicionante de una nación socialmente injusta─[1], cuya característica central es la deglución de la política por las inmensas corporaciones transnacionales y el reemplazo de la explotación laboral por la exclusión de una masa de descartables que el capital financiero no necesita para su reproducción. Y por el otro, en relación con lo anterior, como un orden caracterizado por la fusión de los dueños de los recursos de poder, esto es: un orden en el que el poder económico, el político y el ideológico alcanzan un alto grado de concentración, y en el que los medios de comunicación son los encargados de reproducir ese dominio oligárquico, trocando la promesa de igualdad por la amenaza de la crisis, el desempleo y la violencia, tal como explica el politólogo y periodista Edgardo Mocca[2]

2. Fundamentación y breve contexto disciplinar – académico

La construcción de teorías de comunicación en Argentina y los desafíos

Durante la década del noventa, la investigación en ciencias sociales ─que se va profesionalizando e institucionalizando de manera acelerada después de la dictadura cívico-militar─ va a preocuparse muy poco por los medios, marcando así una continuidad con el sentido común que afirma que estos son “evidentes”, que hablan por sí mismos, es decir, que no es necesario problematizarlos. Y cuando la ciencia social sí se ocupa de los medios, lo hace en un sentido puramente descriptivo: descriptivo de “lo que hay”.

Pues de lo que se trató en esos años neoliberales fue de aceptar el orden de las comunicaciones existente como natural y, por lo tanto, como imposible de ser pensado y transformado (algo a lo que, por otra parte, desde el Estado y los poderes fácticos se vuelve a apostar ahora: esa idea de un orden mediático dado que sólo resta aceptar, también es condición de posibilidad de la andanada contra la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y de los procesos que favorecen hoy desde la fusión y la concentración de medios, hasta el cierre de estos y los despidos de periodistas).

Para los años noventa se convoca a una larga serie de investigaciones sobre los públicos que afirman que la posibilidad de los medios masivos de comunicación de imponer sentidos en las audiencias es limitada, e incluso, se dice, casi nula. Conceptos como el de “resemantización”, “apropiación”, “lecturas desviadas”, que se construyen desde varias fuentes teóricas, abonan la idea de que los públicos pueden escamotear el poder mediático y sostener sus propias agendas más allá de los monopolios y de su denuncia.

Estas teorías (tan convenientemente en boga y solapadas hoy día en los discursos de los medios hegemónicos) sobre la capacidad de impugnación y recreación del poder mediático por parte de la ciudadanía ─o de los consumidores, como se comenzará a nombrar a los ciudadanos en una operación que adquiere carácter de sentido común en las academias─ permiten complejizar más profundamente la relación sociedad-medios, pero de ninguna manera pueden comprobar efectivamente que el poder de los medios haya desaparecido. Más bien, lo que ocurre es una desaparición de la agenda de investigación del poder mediático como objeto y problema de indagación.

Al desaparecer un punto de vista sobre el poder se crea la ilusión de que es este el que ha desaparecido. Y siguiendo la línea de razonamiento, se descartan las teorías que hablan de la dominación por su supuesta “desactualización y vejez”. Una vez más, las ciencias sociales aparecen legitimando el orden existente como único orden posible.

Pero si no fue en las ciencias sociales dominantes donde estuvo la fuerza del cuestionamiento, vale la pregunta en torno al lugar donde se construirá en la Argentina pos 2001 un saber crítico sobre la situación de injusticia radical que implica lo que en 2009, año en que se vota por abrumadora mayoría la nueva de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, se llamará la privatización de la palabra.

Sin lugar a dudas será en las calles de toda una región movilizada con el impulso de gobiernos progresistas y asentándose en una tradición previa de discusión y luchas, donde la impugnación de lo que se entendía como única verdad (la verdad del capital) se hará posible. Pero también en una actitud de resistencia, crítica, que de manera muchas veces intuitiva y militante, más que profesionalizada, y de manera marginal, fue construyendo otro saber sobre las comunicaciones que estuvo claramente en la lucha por la democratización de la comunicación que se visibilizó con la sanción de la nueva ley.

Contra la concentración de medios (y a favor de la democratización de la palabra)

A principios del siglo XXI, América Latina despierta al mundo desde el combatir las políticas neoliberales de las décadas anteriores y sus consecuencias. Enlazando antiguas luchas (por la unidad e independencia de la región, por la justicia social, por los derechos humanos, por la tierra, por los derechos étnicos, por los de las mujeres, por la libertad y la igualdad de género) y reconstruyendo procesos políticos sociales que cuestionaron ese orden favorable a los intereses de los pocos de siempre, fue pariendo gobiernos que tuvieron como horizonte las siguientes cuestiones:

❖ una crítica del neoliberalismo y una posición antiimperialista en pos de una política de soberanía nacional;

❖ el combate a la pobreza a través de la inclusión social con un criterio de universalidad progresivo;

❖ el objetivo de una redistribución más justa de las riquezas, tanto materiales como simbólicas;

❖ una política de unión sudamericana y regional;

❖ la reafirmación de Verdad, Memoria y Justicia como política de derechos humanos.

Estos gobiernos populares y democráticos propusieron, como sostiene Saintout, en sus distintas modalidades, “proyectos de Estado, económicos y de políticas públicas que generaron crecimiento económico con inclusión social, y una fortísima y profunda expansión de derechos individuales y colectivos”[3]. En ese proceso, y teniendo como aliadxs de base a los movimientos sociales que habían resistido al neoliberalismo, supieron enfrentar con firmeza a las grandes corporaciones que durante años se habían ido forjando al amparo del avance de un capitalismo feroz sin ningún tipo de regulación o límite.

Entre estas estaban, por supuesto, las corporaciones mediáticas, constituidas en la mayoría de los casos como grandes monopolios de la información (o la desinformación) y del entretenimiento. Es así que uno de los corporativismos que con mayor violencia se opuso a estos gobiernos y a las transformaciones por los mismos impulsadas, fue el de los llamados medios de comunicación (incluyendo aquí también a aquellos actores no mediáticos pero con intereses a estos vinculados, como otros grandes dueños del capital o el poder judicial).

Aún así, nuestros gobiernos populares fueron capaces de plantear la batalla en el terreno de los derechos humanos y, específicamente, del derecho a la comunicación como un derecho inalienable de los pueblos. Equidad y pluralidad tanto en el acceso como en la producción de la información fue una de las grandes banderas que en los últimos años permitió que grandes mayorías discutan lo que parecía imposible unos años antes: que la información no es patrimonio de las empresas, que le pertenece a los públicos, que la libertad de expresión es asunto de todas y todos, y que no hay ninguna posibilidad de libertad sin justicia social.

Sin embargo, como escribió el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, “para los poderes fácticos y países hegemónicos, era indispensable acabar con estos procesos de cambio en favor de las grandes mayorías, y que buscaban la segunda y definitiva independencia regional”, desatando una “restauración conservadora”. Pues lo que vivió América Latina no fue “una época de cambios, sino un verdadero cambio de época, que también modificó sustancialmente el balance geopolítico de la región”[4].

Así, podemos afirmar junto con Saintout que “la potencia democrática de esos proyectos, esto es, su capacidad de articular demandas y expresiones de poder popular como camino indiscutido para la libertad y la justicia social, se halla amenazada por los intentos restauracionistas de unas élites económicas guiadas por el odio y el asco (a la política, a lo sudamericano, al pueblo), sin apego a ninguna otra norma que no sea la del amo, la de la propiedad privada, la del mercado. Élites que no articulan más demandas que las del sistema financiero internacional, los medios oligopólicos de comunicación social y el poder judicial”[5].

Es en este contexto que se inscribe el dictado de una materia como Introducción a los estudios de la comunicación. Nos interesa señalarlo porque la propuesta de trabajo con lxs estudiantes no será la de un pasaje enciclopédico por una tradición muerta, sino que, por el contrario, se espera que ellxs puedan apropiarse críticamente de estos recorridos intelectuales para aportar a sus prácticas políticas de profundización de los derechos humanos en el orden de las comunicaciones.

Si la reconstrucción de una tradición es un ejercicio selectivo, situado histórica y políticamente, reconocer este escenario signado por los debates y las luchas en torno a la democratización de la comunicación y por la actual embestida contra ese y tantos otros derechos humanos, redefine los modos de relevar los antecedentes del campo. De esta manera, trascendiendo el clivaje “apocalípticos” / “integrados” se propone dar cuenta de las siguientes corrientes intelectuales, en el marco de los contenidos mínimos de la materia: Escuela de Frankfurt, Mass Communication Research, Palo Alto, Estudios Culturales Británicos; y las derivas de todas estas corrientes en América Latina: Teoría de la dependencia, Invasión cultural, Comunicación Alternativa, Comunicación/cultura.

3. Objetivos

Objetivo general:

❖ Introducir a lxs estudiantes en la problematización de unos modos de construir saberes desde el campo de los estudios de la comunicación propiciando una actitud crítica, por lo tanto creativa, ante ellxs como herramientas para sus prácticas políticas.

❖ Reflexionar junto a lxs estudiantes en torno a las condiciones de emergencia de estos saberes, a sus capacidades de construir objetos y reflexiones posibles de ser apropiadas en y para sus experiencias cotidianas.

Objetivos específicos:

❖ Distinguir y analizar con lxs estudiantes los principales elementos políticos, epistemológicos y metodológicos de cada una de las perspectivas tratadas.

❖ Realizar con lxs estudiantes una lectura hermenéutica, genealógica, de los textos estableciendo sus condiciones históricas y sociales de emergencia. Leer con ellxs, leer contra ellxs.

❖ Reponer esos textos ante preguntas y problemáticas actuales.

❖ Promover la producción de conocimientos propia a la vez que colectiva e históricamente situada.

❖ Plantear un trabajo de enseñanza/aprendizaje que atienda problemáticamente a la vulnerabilidad de las fronteras disciplinares.

❖ Posibilitar a lxs estudiantes vías de acceso a la articulación de los contenidos trabajados en la asignatura Introducción a los estudios de la comunicación con los otros contenidos de las demás materias de la Licenciatura.

4. Contenidos

Se expondrán a continuación los módulos temáticos de abordaje de la materia, pero aclarando que su ordenamiento progresivo no implica necesariamente un tratamiento en el aula de la misma manera, sino que por el contrario en ocasiones abordaremos los distintos módulos sincrónicamente a partir de ejes problemáticos.

Unidad I: Introducción a los estudios de la comunicación: ¿a qué llamamos teoría? La construcción de tradiciones

El valor de la comunicación dentro de un campo de fuerzas. El complejo estatuto de la teoría: teoría y poder. La teoría como saber dentro de un campo. Campo académico de la comunicación. La comunicación como saber y su ubicación dentro de las ciencias sociales. La comunicación como saber y su ubicación dentro de las ciencias sociales. Las ciencias sociales como tematización de la modernidad y su crisis: objetos; perspectivas. Principales debates en ciencias sociales a lo largo del siglo XX: objetivismo/subjetivismo; conflicto/acuerdo; reproducción/movimiento.

El funcionalismo norteamericano y la Mass Comunication Research. La escuela de Frankfurt y la discusión en torno a la industria cultural y la racionalidad instrumental. La interacción humana y la Escuela de Palo Alto. La perspectiva sistémica.

Unidad II: Comunicación y Cultura ¿cómo pensar el poder?

Comunicación /cultura: clase, género y etnia para pensar el poder. Los cultural studies y la comunicación. Préstamos, diálogos y confrontaciones. La influencia gramsciana desde el concepto de hegemonía. La cultura como arena de disputa. Compromiso intelectual y proyecto político. La continuidad con la reflexión sobre culturas populares y la crítica de la dominación. Estudios culturales latinoamericanos. Comunicación/Cultura. Nuevos objetos de estudio: la recepción, el espacio urbano, las culturas juveniles.

Unidad III: América Latina y las discusiones situadas

Desarrollismo y mirada crítica en América Latina. La denuncia de los medios como invasión cultural.

Comunicación y política: la búsqueda de una comunicación al servicio de los proyectos nacionales de liberación. La comunicación alternativa y sus debates actuales.

5. Propuesta bibliográfica

La bibliografía tiene carácter de propuesta móvil. Es decir, es una primera herramienta para abordar los nudos planteados en el programa, pero como el dictado de esta materia no se centra sobre textos específicos sino sobre problemáticas o ejes problemáticos, la bibliografía tiene aquí carácter de herramienta. Por lo tanto, puede ser complementada por otros textos sugeridos por el docente a la luz de la dinámica en el aula.

5.1 Bibliografía obligatoria

Unidad I:

  1. Adorno, T y Horkheimer, M. (2006) “La industria cultural: Ilustración como engaño de las masas” en “Dialéctica de la ilustración” (2006), Trotta, Madrid.
  2. Baylon, Ch. y Mignot, X. (1996) “El concepto teatral de la comunicación”. En “La comunicación”. Cátedra: Madrid.
  3. Benjamin, W. (1989) “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”. En “Discursos Interrumpidos I”. Taurus: Buenos Aires.
  4. Goffman, E. (2006) “Estigma: la identidad deteriorada”. Amorrortu Ediciones: Buenos Aires (pp. 7-33).
  5. Goffman, E. (1989) “La presentación de la persona en la vida cotidianda”. Amorrortu Ediciones: Buenos Aires.
  6. Lazarfeld, P. y Merton, R. (1977) “Comunicación de masas, gusto popular y acción social organizada” Publicado en Muraro, Heriberto (compilador). La comunicación de masas, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires.
  7. Wallerstein, I. (1999). Abrir las ciencias sociales, CENDES, UNESCO, Caracas. Conferencia.
  8. Wolf, M. (1987). Cap 1. Contextos y paradigmas en la investigación sobre los media en La investigación en comunicación de masas. Paidós. Buenos Aires (Selección).
  9. Waldman, G. (2002). Melancolía y utopía. Publicada en Cuadernos del GEPAH No. 6-DNZ (Die Zeitung, UNAM, 2002).
  10. Watzlawick P.; Beavin Bavelas J.; Jackson D. (1997). Algunos axiomas exploratorios de la comunicación, en Teoría de la comunicación humana. Herder, Barcelona.

Unidad II

  1. Hall, S. (2017). “La formación de los estudios culturales”. En: “Estudios culturales 1983”. Página 27. Buenos Aires: Paidós.
  2. Hall, S. (1996) “Codificar/decodificar”. En: Culture, Media, Language. Working Papers in Cultural Studies, 1972-79. Londres, Routledge & The CCCS University of Birmingham, 1996 [Unwin Hyman Ltd, 1980]. Traducción de Alejandra García Vargas. Material de uso interno de la cátedra de Sociología de la Comunicación, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Jujuy.
  3. Hollows, J. (2000)  “Feminismo, estudios culturales y cultura popular”.“Feminism, Cultural Studies and Popular Culture” del libro Feminism, Femininity and Popular Culture, Manchester, Manchester University Press, 2000. Traducido y publicado con permiso de la autora y de Manchester University Press. Traducción de Pau Pitarch.
  4. Thompson, E. (2002) “La formación de la clase obrera”. Prefacio. Crítica: Barcelona.
  5. Williams, R. (1977). Marxismo y Literatura, Barcelona, Península (Selección).

Unidad III

  1. Larrañaga, N. y Saintout, F. (2003) “Mirada crítica de la comunicación en América Latina”. Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.
  2. Mattelart, A. y Dorfman. A. (2002) “Para leer al Pato Donald”. Buenos Aires: Siglo XXI (Selección).
  3. Schmucler, H. (1984) “Un proyecto de comunicación/cultura”. En Revista Comunicación y Cultura, Buenos Aires. 
  4. Saintout, F. (2010) “¿Qué es la comunicación alternativa?”. Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP

6. Carga horaria y Evaluación

La carga horaria establecida por el Plan Curricular vigente para esta asignatura contempla para su dictado un total de 64 horas a lo largo del cuatrimestre, distribuidas de la siguiente manera:

− Dos (2) horas por semana en la modalidad de prácticos.

− Dos (2) horas por semana en la modalidad de teóricos.

La acreditación de la materia se realizará a través de dos modalidades según lo estipula la reglamentación de Enseñanza vigente:

a) Régimen de examen final: con la cursada de trabajos prácticos aprobada lxs estudiantes estarían en condiciones de rendir el examen final.

– Aprobación con nota mínima de 4 (cuatro) en la instancia de prácticos de cada examen parcial, que podrán ser recuperados en caso de desaprobarse.

b) Régimen de promoción libre: Para aprobar la materia mediante el régimen de promoción libre se requiere:

– Aprobación de la cursada de las clases prácticas y teóricas, con los requisitos antes mencionados.

– La nota (que tendrá que ser 7 –siete- o más para la promoción) surgirá del promedio de las evaluaciones de los siguientes aspectos: a) Trabajos prácticos, b) Promedio de exámenes parciales, c) Trabajo o evaluación final si lo hubiere. La nota final de la cursada de los estudiantes que hayan cumplido con todos los requisitos de la promoción, surgirá del promedio de la nota de las instancias de práctico y de teórico.

– Para la promoción la nota final del espacio de teóricos tendrá que ser 7 (siete) o mayor y luego se promediará con la de prácticos según los aspectos antes mencionados.

– Cada una de las instancias de evaluación tendrá su respectivo recuperatorio en caso de ser necesario y, además, existirá la opción de un recuperatorio general de acuerdo al régimen de enseñanza vigente.


[1] Zaffaroni, E. Raúl “Colonia no”. En: Revista Maíz, número 7, La Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, 2016, pp. 4-7.

[2] Mocca, Edgardo. “La política de la antipolítica”. En: Revista Maíz, número 6. La Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, 2016, pp. 8-11.

[3] Saintout, Florencia. “Editorial”. En: Revista Maíz, número 6. La Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, 2016

[4] Correa, Rafael. “El desafío estratégico de la izquierda latinoamericana”. En: Granma. La Habana, 18 de febrero de 2018. Disponible en: http://www.granma.cu/mundo/2018-02-18/el-desafio-estrategico-de-la-izquierda-latinoamericana-18-02-2 018-19-02-31

[5] Saintout, Florencia “Editorial”. En: Revista Maíz, número 6. Op. cit

[6] Saintout, Florencia. “Editorial”. En: Revista Maíz, número 9. La Plata, Facultad de Periodismo y

Comunicación Social de la UNLP, 2022.