Clase 2 Práctico 4 y Práctico 6 Saúl Luis Casas

clase 2

El período de la post-independencia. 1825-1850.

            Al concluir las guerras de la independencia varios gobiernos se fueron constituyendo en diversas regiones de hispano- américa, sobre los restos de lo que fue el imperio colonial español. Se inicia una etapa difícil y un largo camino para los emergentes nuevos estados que se están creando.  

En general se puede hablar de una debilidad de estos nuevos estados. Se dictan constituciones para darle forma a la organización política de esos nuevos  gobiernos, pero la situación es tan complicada que resulta casi imposible lograr cierta unidad y estabilidad. Muchas constituciones culminan siendo “letra muerta”.  Nadie termina cumpliendo con los fundamentos formales del régimen constitucional. Promoviéndose permanentes crisis del sistema político que afectan a las autoridades constituidas.

Las secuelas de la guerra por la independencia fueron, además, las crisis permanentes, la inestabilidad política y las frecuentes intervenciones de los militares, que en este sentido se habían erigido en el único sector de poder, desplazando a las viejas autoridades coloniales. Las guerras dejan su secuela de violencia y destrucción: 15 años de guerras civiles y anticoloniales promueven como resultado una sociedad acostumbrada al uso de la fuerza como fórmula para dirimir los conflictos. Uno de sus efectos es el militarismo.  Los militares que vienen de la guerra se trasforman en el principal foco para establecer el orden y a veces son el origen del desorden.

Otro factor: los regionalismos marcados, que obturan el proceso de centralización que intentan los emergentes estados nacionales. Ese nuevo poder de los sectores rurales, da paso al desarrollo de un nuevo caudillismo regional, de corte rural, con poder para definir las estrategias y modelos políticos y económicos en su lugar, provincia o región. Aquí tenemos unas de las formas típicas de la época que estamos reseñando: el caudillismo.

 ¿Cómo caracterizar el poder los caudillos en el siglo XIX?. Para algunos autores son el producto de las guerras de la independencia. Ante la falta de un poder central surgen estos “hombres fuertes” que establecen formas de organización social y dirección política y económica que compiten con el estado nacional. Aunque a veces lograron controlar por un tiempo las mismas bases del estado, su actuación sugiere que pusieron en aprietos la posibilidad de establecer cierto orden centralizado para la época.

 En este marco es necesario decir que para la organización del estado además de dictarse constituciones, había que aclarar el tipo de modelo constitucional sobre el que se sostenía su legitimidad. En el período que analizamos se encontraron en pugna dos modelos constitucionales: La república y la monarquía constitucional en base a dos principios también diferentes: centralismo o federalismo. Muchas de estas cartas constitucionales tenían como fundamento la teoría política vigente en la época. Las primeras constituciones (1820-1830) se inspiraron en el modelo de la constitución de Cádiz de 1812 de carácter centralista, con fuerte presencia del ejecutivo. Todas las constituciones dictadas además incluían el voto (censitario) [1]exclusivo para los propietarios, dejando a la mayoría de población alejada de la política. También se pensó en constituciones fuertemente personalistas, con importante papel de los militares, que copiaba el modelo de Napoleón en Francia. Otros de los modelos preferidos fueron los que planteaban una doctrina liberal moderada y hasta cierto sentido conservadora inspiradas en los trabajos del teórico francés Benjamín Constant, muy difundido en hispano-américa por aquellos años.

 Una cuestión a tener en cuenta para esta época es la forma de aplicación de estos modelos: No es lo mismo un modelo republicano y centralista que otro  republicano y federalista.  Lo que plantea una de las grandes áreas de conflicto del período: ¿Sistema centralista (unitarios) o sistema federalista (federales)?. Aquí tenemos un punto sobre el que es necesario profundizar, cuestión que no podemos abordar por las limitaciones del espacio que disponemos.

 Como vemos, nos encontramos con estados débiles y endeudados y sin poder para centralizar y establecer el orden interno. Lo que abre el paso a guerras civiles y conflictos internos que marcaran la etapa. Por otro lado las economías  estaban quebradas, los circuitos mercantiles inexistentes o regionalizados. No existía un verdadero mercado a nivel nacional que integrara a las economías en un mercado interno. Los países que se estaban formando tenían una falta de capital  (en metálico o divisas) alarmante para financiar al estado y generar el inicio de inversiones productivas. Las guerras habían quebrado las economías heredadas del período colonial y fue necesario hacer transformaciones para reactivar las economías, cuestión que llevará más de tres décadas poder lograr en la mayoría de los países.

 Existe una novedad que promovieron las guerras independentistas a pesar de la muerte y destrucción del sistema anterior. Una sociedad que, sin embargo, se ha democratizado, ya que las divisiones en castas y grupos por la razón de la piel, dan paso a nuevas condiciones para la movilidad social. La esclavitud y la dominación sobre las comunidades indígenas que antes pagaban el tributo en trabajo y especie, pasan a ser cuestionadas por las nuevas formas de entender la política y lo social. Si bien el proceso es largo, la independencia pasa a cuestionar a estas formas de organización y subordinación del trabajo. Por eso la esclavitud y el problema de las comunidades indígenas serán otras de las cuestiones que  promoverán el debate y la lucha de intereses de ello derivadas.

 Si tomamos la etapa en conjunto podemos concluir que fue una característica dominante en todas las regiones la inestabilidad social y política. En esta línea de interpretación es necesario señalar que esto fue unos de los grandes condicionantes para establecer proyectos políticos con proyección al futuro. Por esta razón un agudo intérprete de esta etapa como Tulio Halperín Donghi considera  a esta etapa como de: La larga Espera 1825-1850

En este sentido tomaremos como referencia el texto de este autor:

Tareas: Revisar y analizar  en el texto desde la página140 hasta el final de la página 165.

Destaquen:

a- el concepto de  militarización y ruralización del poder.

 b-El papel de Inglaterra frente a los emergentes estados latinoamericanos


[1]El sufragio censitario, sufragio restringido o voto censitario fue un sistema electoral, vigente en distintos países entre fines del siglo XVI y el siglo XIX, basado en la dotación del derecho a voto solo a la parte de la población que contara con ciertas características imprecisas que le permitiera estar inscripta en un censo electoral.

 Restricciones del censo electoral para el sufragio:

El censo electoral, dependiendo de cada legislación, incluía restricciones que, descontando desde ya el sexo (la limitación del sufragio femenino), abarcaba los siguientes campos:

Restricciones económicas (como el requisito de poseer propiedades inmuebles o un determinado nivel de rentas). Fueron las más extendidas en las diversas legislaciones, debido a que la falta de riqueza despojaba ampliamente del derecho a voto a numerosas categorías de personas que no tenían acceso al patrimonio (que iban desde las mujeres hasta las poblaciones no blancas).

Restricciones relacionadas con el nivel de instrucción (requisito de saber leer y escribir).

Restricciones sociales (pertenencia a un determinado grupo social).

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