“Pirucha”, cantante lírica educó a sus tres hijos entre óperas y camarines del Teatro Argentino, donde trabajó durante toda su vida. Había nacido en 1925 en Tres Arroyos, en el seno de una familia militante y politizada. Ella no participó activamente de la cuestión política, no obstante, vio y sintió el peligro con la llegada de la última dictadura militar.

La describe como una “época tremenda”, donde se buscó terminar con una generación de “jóvenes pensantes”. A esa porción de juventud pertenecía su hijo Daniel, quien militaba en la Juventud Peronista y a quien secuestraron con 19 años. El 24 de junio, una patota de la Brigada de Investigaciones de La Plata irrumpió en su departamento de calle 57 y se lo llevó junto a su pareja María Paula Álvarez. Según Pirucha, les dispararon pero los sacaron con vida del lugar. Nunca más se supo de ellos. Unos meses antes a su desaparición, los represores habían secuestrado a sus dos hermanos, Claudia y Luis, pero tuvieron la suerte de ser liberados a los 10 días.

Daniel de chico estudiaba piano, su madre hubiera querido que fuera pianista, pero la libertad fue la premisa de Amneris para educar a sus chicos, por ello dejó que su hijo eligiera. Daniel era un poeta, había escrito muchos versos. Cuando tuvo su formación política, estudiaba Letras en la UNLP. Su obra fue guardada por su padre y se mantuvo inédita hasta 1992, cuando se produce su primera publicación.

En 2016 en el marco de los Juicios por la Verdad, el Tribunal Oral N° 1 de La Plata condenó a 25 años de prisión el genocida Miguel Etchecolatz, a quien por acumulación de condenas le correspondió la cadena perpetua, a Raúl Orlando Machuca, Fernanda Svedas y Julio César Argüello, por su desaparición y la de su pareja.