Page 2 - 8- Entre la dialéctica del lenguaje y sociedad: literatura infantil con perspectiva de género
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afirmación, los cuentos en sí mismos son educativos. Colomer                      Entre la dialéctica del lenguaje y sociedad:
Martínez plantea que la literatura infantil es el instrumento                        Literatura infantil con perspectiva de género
socializador del primer orden. Es por esto que desarrolla las
tres funciones que cumple:
La entrada al mundo imaginario sirve para dar cuenta del
mundo social en el que vivimos. “Se trata de imágenes, símbo-
los y mitos que los humanos utilizan como fórmulas tipifica-
das para entender el mundo y las relaciones sociales”, escribe
el autor (204, 2005). El traspaso en el agua para ingresar a
otro mundo, es un ejemplo que sirve para que el niño pueda
“dar forma a sus sueños, encarrilar sus pulsiones o adoptar
diferentes perspectivas sobre la realidad”. Por otro lado, la
segunda función tiene que ver con el aprendizaje de mode-
los narrativos y poéticos. Esto implica una familiarización con
los diferentes formatos narrativos. En tercera instancia, la so-
cialización cultural la cual implica ampliar el diálogo entre la
colectividad y los pequeños para darles a conocer cómo es o
cómo se desearía que fuese el mundo. Con respecto a esto el
autor explica:

         Al identificar las imágenes o las acciones de los personajes, los niños
         no aprenden únicamente a identificar lo que aparece representado,
         sino los valores que se atribuyen a todas esas cosas: qué se considera
         correcto o mal hecho, bello o asqueroso, normal o exótico, apropiado
         o fuera de lugar (2015, 215).

Es en esta socialización cultural que los estereotipos de género
son transmitidos. Se visibilizan las imágenes de lo femenino
y lo masculino con las que aprenden a identificarse y a cons-
truirse las niñas y los niños. Esther Ros García (2016) afirma
que el cuento infantil trasmite segmentos de la cultura pa-
triarcal, en donde los personajes que representan lo femenino
y lo masculino reproducen la realidad social desigual en la que
estamos inmersos.
Berger y Luckman (1997) estructuran el proceso de sociali-
zación en tres etapas que especifica la socialización primaria,
secundaria y terciaria, siendo la primera el inicio de la misma
y tiene lugar en la familia y en la escuela. Esther Ros García
(2016) plantea que los niños eligen los modelos con cuales
identificarse y reconocer qué es correcto y que no, en base a
los discursos moralistas de éstas dos instituciones. En este
sentido explica que en la familia, los padres ejercen su papel

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