Page 2 - Hoja en blanco. Paula Di Matteo
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de estos tipos textuales oficiará de base al objetivo previs- Hoja en blanco
to y será acompañado de otro u otros tipos textuales.
La segunda: ¿quién o quiénes son los destinatarios previstos?;
es decir, el público potencial que va a leer el texto.
Es sumamente importante establecer, entonces, el público lec-
tor porque es, en definitiva quien va a determinar cómo escri-
bir, cómo contar.
Esto ayuda a pautar y llevar a cabo la operación de adecuación
contextual y definir el registro de la lengua a utilizar: formal,
informal, nivel medio o elevado, que fuera accesible para la
mayoría, o no.
Cada uno de esos ítems debe estar en correlación con el con-
texto particular donde se publicará o/o distribuirá el texto a
producir. Con ello, el proceso comunicativo se hace eficaz.
Es entonces el lenguaje el protagonista del escrito, cada pala-
bra, cual signo, establece la relación entre una unidad de con-
tenido y una unidad de expresión. Los signos que se utilizan
en los textos serían el instrumento de información, para decir,
para indicar algo. Y cada signo sería la palabra que destacara
en cada frase.
Es relevante determinar el modo de circulación del texto, ya
que será éste el que termine el género discursivo. Se puede
establecer que existen tantos géneros discursivos como activi-
dades humanas.
Como ejemplos se pueden citar: género discursivo publicita-
rio, género discursivo mediático, literario, epistolar.
Se puede comprobar, entonces, que ni el objetivo, ni los desti-
natarios previstos, ni el género discursivo pueden establecerse
como cosas separadas, independientes entre sí. Por el contra-
rio, van entrelazadas debido a que las tres deben estar una en
correspondencia con otra.
¿Qué pasaría si se planifica como objetivo de un texto estable-
cer una opinión y se publicaría en un medio gráfico de tirada
nacional y para ello se redacta un texto instructivo con lengua-
je especializado? Sin dudas, sería un producto incoherente.
Una vez que establecidos y pautados estos tres ítems, no habrá
forma de que la obra se genere sola, como por arte de magia.
La inspiración no desciende a los cerebros. El texto se trabaja,
se escribe, reescribe y corrige.
Por eso el cuarto aspecto que hay que tener en cuenta es la
planificación:
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