Page 6 - La poesía es un arma cargada de futuro. Mónica Caballero
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as de nuestra cultura. De un lado la codificación de conoci- Leer para conocer y conocerse
mientos a través de la escritura y la lectura. Y del otro, ciertas
zonas cerebrales que reaccionarán a ese código y permitirán
externalizarlos”.
Según Gentaz, “las zonas del cerebro dedicadas a reconocer
rostros u objetos, presentes en ambos hemisferios, se recicla-
rán en parte, gracias al aprendizaje de la lectura, para deco-
dificar las letras. Es una ilustración de la plasticidad del ce-
rebro y de cómo la cultura puede modificarlo. La lectura per-
mite acceder a un abanico de conocimientos mientras que la
transmisión oral es necesariamente más limitada. Poder leer y
comprender una infinidad de palabras a partir de trazos arbi-
trarios, grafemas (letras) y sus fonemas (sonidos) correspon-
dientes, es un mecanismo tan eficaz como complejo que sin
embargo los chicos adquieren de una vez, hasta el punto de
automatizarlo”.
Cuando un individuo incorpora las claves de la decodificación
ya puede pasar al siguiente paso: comprender. Adulto, el reflejo
subsiste. Cuando le dan la carta de un restaurante, una publici-
dad, el individuo instintivamente lee; es decir, descifra el texto.
Si el código se aplica indistintamente a toda lectura, el psicó-
logo distingue “una lectura fría –la del ensayo, un tratado de
matemáticas, el manual de uso de una técnica o máquina-, de
otra caliente: la suscitada por la ficción o la poesía”. Con mati-
ces: “un enamorado de tal o cual ciencia vibrará, experimenta-
rá distintos grados de emoción, a la lectura del nuevo tratado
sobre su materia fetiche. Lo que sí es común a toda lectura: a
mayor emoción durante, mayor duración del efecto después.
Los grandes libros, esos que atraviesan los siglos, comparten
una cualidad: tocaron emotivamente a muchas generaciones”.
De acuerdo con Gentaz, “en los próximos años se impondrá
la lectura mixta; pasaremos con fluidez de uno a otro soporte,
sencillamente porque la oferta será enorme. Por ahora, y si ge-
neralizo, la lectura en pantalla es más favorable al estadio frío.
Pero también a ese nivel, los matices son infinitos. La emo-
ción, la comprensión, dependerá para unos de leer sentado, de
pie, en la cama. Lo que importa es poder vivir mentalmente y
de la mejor manera en todos esos mundos posibles”.
En suma, conocer los diversos accesos a tantos mundos vir-
tuales como la lectura nos permita.
“Quieren hacernos creer que la lectura es una actividad inte-
lectual [dice Régine Detambel, escritora y fisioterapeuta], pero
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