Graciela Abramoff de Bustos, fue docente en educación de adultos y dictó clases en cárceles e institutos de menores de la ciudad de La Plata. Se casó con un ingeniero y aviador civil que pertenecía a la Marina y formó una familia con cuatro hijos. Uno de los cuales fue secuestrado y asesinado por la dictadura.

El 19 de octubre de 1976, fuerzas represivas entraron a la casa en la que vivían Graciela y su familia y se llevaron a su hijo Pablo Gabriel Bustos Abramoff y a su esposa, Susana Beatriz Abad. Estuvieron atormentando a la familia durante siete horas, revolviendo la casa, amedrentando y golpeandolos, hasta ese momento nadie comprendía lo que pasaba. Se robaron todo lo que podía tener valor. A Garciela la tuvieron con un saco de cuero en la cabeza para que no mirara lo que sucedía, su hija Mariquita tapada dentro de la cama y su marido sentado en un sillón. 

Dos días más tarde, en Bavio encuentran los cuerpos de Pablo y Susana. El médico forense le pide a Graciela que no los reconozca, según ella para que no aparezcan como asesinados sino que sean desaparecidos. A los cuerpos los habían encontrado vecinos en un campo, estaban quemados, les habían cortado el pelo.