En la madrugada del 24 de noviembre de 1976, se llevaron a Irene junto a su marido Néstor Zuppa de su domicilio de La Plata y entregaron al hijo de la pareja a una vecina. Cuando Susana se entera de lo ocurrido, se dirige a la casa de su hija y es secuestrada también, junto a su consuegra y a otro hijo. Los mantienen en cautiverio durante casi un mes, en el centro clandestino de detención el Pozo de Quilmes.

Irene Scala, tenía 27 años y se desempeñaba como trabajadora nodocente en la Facultad de Arquitectura, mientras que su marido Néstor Zuppa, trabajaba en la Facultad de Medicina, ambos eran militantes del Partido Comunista Marxista Leninista.

Gracias a la lucha de las Madres y Abuelas, a las políticas reparatorias de Memoria, Verdad y Justicia, y al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, en el año 2011 Susana y su nieto Luciano Zuppa, hijo de la pareja, recuperaron sus restos. 

Los restos de Irene Scala fueron identificados en el cementerio de Boulogne y los de Néstor Zuppa en el cementerio de General San Martín.