Page 3 - Hábito lector y promoción de la lectura en las bibliotecas. Mariela Viñas
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a mejorar la calidad de vida de diversas formas, pues nos
sirve para informarnos de todo los que nos interesa y lo que
acontece a nuestro alrededor; es una satisfacción personal que
uno adquiere tras ella.
Teresa Colomer indica que “partimos de la idea de que leer es
un acto interpretativo que consiste en saber guiar una serie de
razonamientos hacia la construcción de una interpretación del
mensaje escrito a partir de la información que proporciona el
texto como de los conocimientos del lector (Sánchez Lozano,
2006: 1).
En el momento de promover la lectura, los bibliotecarios son
los encargados de cumplir con esta misión “organizar activi-
dades y campañas de animación lectora” con ayuda de cola-
boradores e interesados en el tema, haciendo hincapié en el
objetivo propuesto.
La promoción de la lectura
Pero ¿qué entendemos por la promoción de la lectura? Se la
denomina como aquellas actividades/acciones o conjunto de
acciones que promueven la lectura en lugares o momentos en
que no es habitual, y fundamentalmente, consiste en todas las
acciones tendientes a la formación de lectores de calidad.
La promoción de la lectura puede ser, entonces, vista como ese
conjunto de acciones estructuradas y sistematizadas, que res-
ponden a unos objetivos básicos de promoción y que utilizan
permanentemente en cada una de las áreas culturales para
acercar a todos a la lectura.
Está comprobado que los individuos de una sociedad que son
capaces de leer y escribir, y tener hábitos estables de lectura,
son también capaces de tener un pensamiento autónomo fren-
te a la realidad que los rodea. En este sentido, las instituciones
educativas y las bibliotecas tienen la obligación de la forma-
ción de usuarios lectores.
Entre las actividades que se llevan a cabo en este emprendi-
miento, figuran: fomento del hábito de la lectura; actividades
de prácticas de la escritura, talleres de lectura y escritura en
diferentes formatos; lecturas en voz alta para jóvenes, adultos,
gente no vidente; encuentros de editoriales, autores, libreros;
exposiciones; creación de clubes de lectura; conferencias, me-
sas redondas, recitales; fomento de la narración oral; etc. To-
das ellas cumpliendo con los objetivos propuestos: incentivar
APRENDER A LEER | 69
sirve para informarnos de todo los que nos interesa y lo que
acontece a nuestro alrededor; es una satisfacción personal que
uno adquiere tras ella.
Teresa Colomer indica que “partimos de la idea de que leer es
un acto interpretativo que consiste en saber guiar una serie de
razonamientos hacia la construcción de una interpretación del
mensaje escrito a partir de la información que proporciona el
texto como de los conocimientos del lector (Sánchez Lozano,
2006: 1).
En el momento de promover la lectura, los bibliotecarios son
los encargados de cumplir con esta misión “organizar activi-
dades y campañas de animación lectora” con ayuda de cola-
boradores e interesados en el tema, haciendo hincapié en el
objetivo propuesto.
La promoción de la lectura
Pero ¿qué entendemos por la promoción de la lectura? Se la
denomina como aquellas actividades/acciones o conjunto de
acciones que promueven la lectura en lugares o momentos en
que no es habitual, y fundamentalmente, consiste en todas las
acciones tendientes a la formación de lectores de calidad.
La promoción de la lectura puede ser, entonces, vista como ese
conjunto de acciones estructuradas y sistematizadas, que res-
ponden a unos objetivos básicos de promoción y que utilizan
permanentemente en cada una de las áreas culturales para
acercar a todos a la lectura.
Está comprobado que los individuos de una sociedad que son
capaces de leer y escribir, y tener hábitos estables de lectura,
son también capaces de tener un pensamiento autónomo fren-
te a la realidad que los rodea. En este sentido, las instituciones
educativas y las bibliotecas tienen la obligación de la forma-
ción de usuarios lectores.
Entre las actividades que se llevan a cabo en este emprendi-
miento, figuran: fomento del hábito de la lectura; actividades
de prácticas de la escritura, talleres de lectura y escritura en
diferentes formatos; lecturas en voz alta para jóvenes, adultos,
gente no vidente; encuentros de editoriales, autores, libreros;
exposiciones; creación de clubes de lectura; conferencias, me-
sas redondas, recitales; fomento de la narración oral; etc. To-
das ellas cumpliendo con los objetivos propuestos: incentivar
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