Page 2 - Número 6 | Revista Letras
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medios no son los únicos por los que se puede ejercer ese tipo     La juventud en el siglo XX
de poder. También lo es la literatura.
En ese sentido, es interesante el análisis de cómo desde la lite-
ratura los posiciona, los caracteriza y hasta denuncia situacio-
nes en las que se los involucra.
Los jóvenes no leen, los jóvenes no estudian, los jóvenes no
quieren trabajar, los jóvenes delinquen. Una y otra vez apare-
cen noticias sobre la juventud que los tildan de “vulnerables”,
“influenciables” o “inútiles” para esta sociedad.
¿Es esto algo de la contemporaneidad? Claro que no. Sin em-
bargo, los jóvenes han sido protagonistas de la historia y han
encontrado en la literatura su medio de denuncia.

Jóvenes, literatura e historia

La literatura, por ejemplo, fue el medio por el cual Erich Ma-
ría Remarque se expresó contra la Primera Guerra Mundial
en Sin novedad en el frente (1929), haciendo hincapié en las
cosas que ésta generaba a los soldados, en su mayoría jóvenes,
mandados a las batallas como conejillo de indias por los países
poderosos que decían ir a la guerra.
Remarque narró la historia de Paul, un joven alemán, que fue
persuadido junto a sus compañeros de la universidad por un
profesor que les contaba historias distorsionadas de la guerra
y los alentaba a ir. Ingenuos, los estudiantes se enlistaron en
el ejército como voluntarios de guerra y fueron mandados al
frente de batalla. Mientras morían o veían morir a sus amigos
de toda la vida, el profesor estaba plácidamente dando clases
con discursos grandielocuentes.
Este texto es una fuerte crítica hacia a los esquemas por los
cuales se regía la política, dejando en evidencia cómo en ese
momento los jóvenes eran menospreciados y tratados como
un actor prescindible de la sociedad.
Por su parte, Katherine Mansfield, en “La fiesta en el jardín”
(1922), cuenta cómo una joven fina y de familia adinerada se
enamora de un simple peón en medio de una fiesta de ricacho-
nes, en donde hablar de política y tener siempre la nariz levan-
tada es más importante que observar qué es lo que pasa fuera
de los límites de su inmensa casa. Contraponiéndose a la fa-
milia del peón, en donde lo colectivo es más que lo individual.
Los jóvenes son actores sociales revolucionarios por natura-
leza y, como tales el silencio no es una opción. Dicho de otra
86 | Letras | ISSN 2524-938X
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