Page 3 - Número 6 | Revista Letras
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pre estamos sujetas al ojo de los demás. Desde mucho antes
que Bola de Sebo, hasta hoy ¿Hasta cuándo?
Con una mirada, si se quiere más actual y latinoamericanis-
ta, Mario Benedetti en su libro Primavera con esquina rota
(1982) muestra la figura de una mujer, Graciela, que está casa-
da con un preso político tras la dictadura uruguaya. Es fuerte y
está segura de sí misma y de sus convicciones. Y, a pesar de los
momentos difíciles que le tocan vivir junto a su pequeña hija
Beatriz, tras el arresto de su marido y su obligado exilio del
país, se la muestra con fortaleza tanto personal como militan-
te. En Graciela se ve a una mujer que dice y demuestra poder
vivir sin un hombre a su lado y deja claro que no le tiembla la
voz al tener que exponer sus ideologías, a pesar de saber del
peligro que conllevaba eso en su contexto.
Cabe destacar que en un contexto muy diferente al de Uruguay
en 1982, Mario Benedetti escribió también “Los novios” (1959)
con menor perspectiva de género. Quizás por la época, o qui-
zás porque aún no había sido atravesado por un crecimiento
personal respecto al feminismo y la imagen de la mujer. En di-
cha obra, se la muestra como la culpable de cuestiones ajenas
a ellas, como en el caso de María Julia, la protagonista, acu-
sada como la culpable de un noviazgo frustrado. No se casa-
ban, pero tampoco se separaban y ninguno de los dos era feliz.
María Julia era juzgada y desacreditada socialmente por haber
sido hija de un estafador. La muestra controladora e impulsi-
va, siempre a la defensiva para preservarse de su reputación.

La mujer, hoy

En la actualidad, el feminismo ha ganado, cabe destacar que
gracias a su histórica e incansable lucha, un mayor protagonis-
mo y visibilizarían en la agenda social y se han multiplicado los
espacios de discusión de género. Hasta hace pocos años atrás,
hablar del aborto con tanta libertad con la que se habla hoy
era impensado, así como también la inclusión en la mujer en
lugares que eran espacios únicamente del hombre, ya que era
asignada únicamente a su hogar.
Pero hay muchas luchas aún por ganarle al patriarcado y los
poderes hegemónicos que intentan imponer a la mujer como
símbolo de femineidad, delicadeza, sumisión, madre y espo-
sa. Que intentan apartarla, convertirla en una voz en off que
no se escucha. Y si lo hace, está mal, es incorrecto o inmoral.

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