No están todas (tampoco en las estadísticas)

A pesar de las fuertes y crecientes movilizaciones contra la violencia de género, organizaciones feministas denuncian que a comparación de años anteriores los índices empeoraron. Entender el entramado que desencadena este dramático panorama deriva en un análisis mediático, estadístico y judicial.

Por Guillermo Paileman, Magdalena Vitale, Fernando Rojo, Gustavo Vallejos, Facundo González.

 

 

Desde la primera marcha “Ni una menos” en el 2015, referentes feministas en medios de comunicación denuncian que en ese año moría una mujer cada 30 horas y que hoy la cifra aumentó a una cada 22 horas. Esto es resultado, no sólo del incremento de la violencia, sino también producto del cambio en el tratamiento mediático y en la Ley Penal. Sin embargo, estos avances no alcanzan para reflejar la situación actual de la violencia de género.

En la ciudad de La Plata, una referente del movimiento feminista Mala Junta, Celeste Cabral, dijo a NoEstánTodas que “el gobierno actual desfinanció la Dirección de Políticas de Género Municipal y los programas de Educación Sexual Integral en las escuelas, y sólo se limitó a la entrega de botones antipánicos”. En abril de este año se aprobó en el Concejo Deliberante de la ciudad la Ordenanza de la “Declaración de Emergencia en Violencia de Género”. “Pero hasta hoy eso no se tradujo en un plan concreto, ni asignación de presupuesto, o designación de funcionarios u organismos”, aclaró Cabral.

Una de las políticas que impulsó este gobierno en 2017, fue la creación del “Refugio Casa Violeta” de La Plata que se llevó a cabo a partir de un convenio con la provincia de Buenos Aires, “con esto el Intendente Garro quiso demostrar que se hace cargo de la situación cuando en realidad es sólo un hogar con cupo para seis mujeres en toda la provincia”, siguió la referente de Mala Junta. Estos cupos resultan insuficientes ya que un informe estadístico de la Procuración General de la Provincia de Buenos Aires, revela que hubo 95.557 procesos penales iniciados en 2016 por Violencia de Género (el 12% del total de las causas). A su vez, una nota del diario El Día indicó que en el Departamento Judicial de nuestra ciudad se reciben unas 250 denuncias por mes y que desde que se creó la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 13 de Violencia de Género y/o Familiar en el 2015, ingresaron unos 4.800 expedientes.

Por su parte, Lucía García, periodista integrante de Red PAR, periodistas de Argentina en Red por una Comunicación no Sexista, contó a este medio: “en este último año aumentó el número de femicidios. La Corte Suprema y otros organismos están empezando a trabajar en contabilizarlos, pero todavía está la dificultad que no existe un registro nacional de femicidios sistematizado. Los números que solemos manejar, se desprenden de los medios de comunicación. Esas cifras, con toda esa relatividad, determinan que había una mujer muerta cada 30 horas en 2015, y en lo que va del año hay una mujer muerta cada 22 horas”.

El pasado 3 de junio, en la tercer marcha por el Ni Una Menos, una multitud volvió a gritar ¡Basta de femicidios y violencia machista! porque a pesar de los reclamos y las denuncias, las mujeres siguen siendo víctimas de todo tipo de abusos. Las mujeres siguen siendo asesinadas.

Mediatización de la violencia de género

Un relevamiento hecho por NoEstánTodas, contrastó la cantidad de notas publicadas en los medios locales, El Día y Hoy, sobre violencia de género en el primer semestre de 2015 con las de 2017.

Las estadísticas extraídas del análisis del diario El Día, en los períodos enero-junio del 2015, demostraron que se publicaron 142 notas: 24 casos de femicidios, 22 de violencia sexual/abuso, 12 sobre violencia física, 5 sobre mujeres desaparecidas, 64 sobre casos que sucedieron antes del período que se analiza, y 24 en la categoría “otros” (esta incluye movilizaciones, reuniones, etc.).

En 2017 hubo un aumento significativo: 331 noticias sobre violencia de género, 33 femicidios, 55 casos de violencia sexual/abuso, 60 de violencia física, 11 sobre mujeres desaparecidas, 21 sobre casos que preceden a este periodo y 58 en la categoría “otros”. La violencia de género mediatizada por El Día incrementó, entre el 2015 y 2017, un 133%.

Durante este mismo período de los años 2015 y 2017 el periódico Hoy incrementó la cantidad de noticias un 12% (de 170 a 191). La relevancia radica en la cantidad de femicidios que se trataron en los distintos períodos. El diario Hoy publicó 33 casos en 2015 y 72 en 2017, mostrando un incremento del 118%. La cifra más contrastante es sobre la cantidad de casos de violencia física que aumentó un 355%, pasando de 9 notas en 2015 a 41 en el año que corre.

A partir de la profundización de los reclamos por la violencia de género, los medios Hoy y El Día aumentaron la cantidad de publicaciones de estos casos. Sin embargo, abundan imágenes exhibiendo mujeres desnudas, reproduciendo el estereotipo de mujer objeto y asociándolas a un tipo concepto de belleza. Si bien hay una mayor intención de estos medios por publicar estos casos, no lo hacen con perspectiva de género.

 

Pedro Garay, periodista del diario El Día contó a este medio que: “en la gráfica nunca hubo algún tipo de curso para que los periodistas sepan cómo tratar los temas de violencia de género o cómo cuidar a la víctima, el cambió está en lo que antes era tratado como crimen pasional, ahora se entiende como violencia de género”.

En el año 2008 fue elaborado el Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra la mujer, que a través del tiempo fue modificándose. Florencia Alcaraz, periodista de C5N y Revista Anfibia, integrante de LATFEM -periodismo feminista- dijo a NoEstamosTodas: “Ya con que esté la palabra femicidio es un logro del feminismo pero todavía falta transformar esas construcciones machistas. Todavía una se puede encontrar con un título al estilo: “Femicidio, cómo identificar a los que matan por amor”. Aunque ya no se diga “crimen pasional”, hay otras formas perversas, más sutiles y complejas en las que se sigue estigmatizando y revictimizando a las mujeres.”

Avances legislativos y registros nacionales

En 2012 se hizo una reforma al Código Penal de la Nación Argentina mediante el dictado de la Ley 26.791 (B.O. 14/12/2012), que implicó un avance en materia de lucha contra la violencia de género.

Jorge Eduardo Buompadre, abogado doctor en Ciencias Jurídicas y Vicedecano de la Facultad de Derecho Ciencias Sociales y Políticas de la UNNE, escribe en la revista Pensamiento Penal sobre los delitos de género: “La nueva ley de reformas introduce una serie de novedosas modificaciones al artículo 80 del código penal, entre las cuales -siguiendo una tendencia muy marcada en América Latina- se incorpora el delito de “femicidio” al digesto punitivo”.

Sin embargo, a la hora de contabilizar los femicidios de forma rigurosa existen múltiples limitaciones. Recién en 2017 la Corte Suprema de Justicia argentina incluyó por primera vez la variable de sexo/género de la víctima a fin de visibilizar los travesticidos y transfemicidios. A su vez, el índice de la Corte resulta estar incompleto debido a que para relevar la cantidad de femicidios a nivel nacional primero supone una campaña de capacitación de los agentes encargados de sistematizar esa información. “Debería haber un registro del Estado, pero para eso hay que formar a las personas que van a confeccionarlo. Hay casos presentados como suicidios pero que en realidad son producto de situaciones de violencia de género, o femicidas que luego se suicidan y tampoco se contabiliza a la víctima como un caso más ya que no existe causa judicial contra el agresor”, detalla Lucía García las dificultades actuales para obtener registros rigurosos.

A pesar de esto, la “Casa del Encuentro” declara en su sitio web que la cifra de femicidios anuales en Argentina no baja y se mantiene por encima de los 200 casos desde 2008, estableciendo que fueron 286 en 2015 (1 asesinato cada 30 horas). Los datos surgen del informe de ese año presentado por el Observatorio de Femicidios Marisel Zambrano, de la ONG La Casa del Encuentro, que se realiza en base a las noticias publicadas por 120 medios nacionales y las agencias de noticias DyN y Télam. A principios de junio esta organización relevó los primeros cinco meses de este año: hubo 25 femicidios que se produjeron luego de un abuso o de un intento de abuso sexual. Durante todo 2016, hubo 31 mujeres asesinadas en esas mismas circunstancias. Esto indica que 2017 duplicaría la cifra de 2016.

Luego de hacer un relevamiento de los diarios El Día y Hoy, investigar las distintas estadísticas de la Procuración de la provincia de Buenos Aires, de la Casa del Encuentro, y de la Corte Suprema de Justicia de la Nación -el único informe que existe elaborado por el Estado-, se visualiza que la violencia de género aumentó. Sin embargo, los resultados de cada estudio no coinciden en números finales. Lo que está oculto, lo que no se ve a simple vista, es que a la hora de elaborar un registro de la cantidad de femicidios mucho de los datos se extraen de lo que los medios consideran noticioso, que muchas muertes de mujeres trans no están incluidas, que casos de suicidios dudosos no son contemplados y que no todos los registros están elaborados por personas capacitadas en perspectiva de género. A su vez, que recién en 2012 el Código Penal haya comprendido la violencia de género, indica la necesidad de profundizar esta temática para poder abarcarla correctamente.

La introducción conceptual en el Código Penal no modifica en profundidad la mirada del Poder Judicial. Sobre todo en la formación de las operadoras y los operadores judiciales, especialmente de los jueces, que reproducen una perspectiva culturalmente dominante, que es la machista. Pero sí es un avance muy importante producto de la lucha del movimiento de mujeres que la violencia de género sea un agravante en el asesinato de una mujer. Antes de esa modificación, para muchos jueces era un atenuante que hubiera una relación de pareja; de algún modo estaba justificada esa reacción violenta del varón. A pesar de esto, todavía queda mucho por hacer, tanto en el terreno de lo judicial, como así también en el terreno de lo comunicacional. Como remarca Lucía García: “Recién en 2009 sale la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, hace años estamos en un período de cambios, con la identidad de género, el matrimonio igualitario, pero son cambios lentos y progresivos y por lo general son potenciados por la insistencia de las militancias feministas”.

O como dice Florencia Alcaraz, “lo que se ve después del ‘Ni Una Menos’ es un salto organizativo en las mujeres en los espacios sindicales, universitarios y laborales. Se dio un cambio en la organización de mujeres. Sin embargo, no se puede analizar en términos muy lineales todo lo que fue y lo que va pasando, porque estamos todavía en un proceso de transformación cultural y social”.

Las palabras no son inocentes

La palabras utilizadas en este medio no son aleatorias, la decisión de llamar femicidios. y no feminicidios, a los casos criminales que tratamos lleva detrás un desarrollo conceptual acorde a una perspectiva de genero actualizada.

Al respecto, Lucia García señala que el termino feminicidio surge en Ciudad Juárez, México, en donde el asesinato de mujeres es sistemático y el Estado actúa como encubridor. Ademas, su terminación “nicidio”, se relaciona con el genocidio.

En cambio al hablar de femicidios se hace referencia al crimen en si mismo, cometido hacia una mujer por su condición de género, en el cual Estado no es cómplice, sino que busca, enjuicia y condena a los asesinos, sumado a políticas publicas por el fin de prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres.

Ahora se encuentra en discusión qué término debe usarse en el caso de Argentina a partir de un creciente desinterés del Estado, que se visibiliza en la desfinanciación de programas sociales, el Consejo Nacional de Mujeres, su línea 144, la falta de capacitación de los operadores judiciales, etc.

“Hablar de femicidios significa entender la violencia machista como un fenómeno socio-cultural estructural que responde a causas históricas y a relaciones de poder y que el femicidio es el último eslabón de una cadena de violencias que tienen su origen en la desigualdad” – Lucia García.

En búsqueda de una estadística oficial

Buscar información oficial sobre la temática de violencia de género es una tarea ciclópea y a veces hasta desmoralizante. Recurrir a la Comisaria de la Mujer, las infinitas puertas del Ministerio de Seguridad, las caras de nada, los silencios de todo, un mensaje furtivo, una entrevista a escondidas y por fin una estadística sesgada.

¿Hay estadísticas? Sí, pero incompletas y parciales. Desde 2015 la Procuración de Provincia de Buenos Aires edita un paper dentro de las estadísticas oficiales del Ministerio Público Fiscal. Pero como cuenta Lucia García, los que relevan los datos no tienen perspectiva de género, por consiguiente no todos los casos se relevan y muchos otros no son incluídos en esta temática.

Las estadísticas que se consignan en esta investigación son las que hay. Es raro, ¿no? Un gobierno que le da un valor superlativo a la cuantificación de todo índice, en 18 meses de gestión solo entrega datos que, a priori, no son fiables.

Es que contar las mujeres abusadas, vejadas y muertas devela la ausencia de un estado que no prevé, que no cuida, que no educa y que siempre llega tarde.

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