Page 5 - Predicando sujetos. Griselda Casabone
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unamenos
(Hashtag de la convocatoria a la Marcha contra el femicidio,
Argentina, 3 de junio de 2015)
Las TIC democratizan el uso público de la palabra, la desacra-
lizan, la sacan de los lugares y actores tradicionales: escrito-
res, medios, poetas “consagrados”, ostentadores privilegiados,
exclusivos y excluyentes de un que es universal. Cada vez más
ciudadanos se animan a enhebrar su propio pensamiento, lan-
zarlo al mundo y reorganizarlo. Si la disputa por la palabra es
la disputa por el poder, se ha abierto tal vez una de las más
celebrantes grietas en cierta oligopólica y elitista manera de
hacer uso, como dice Juarroz, de la palabra “correspondiente
al hombre”.
La escritura revive con estas variancias, se nutre e incorpora
en su sinuoso devenir, a actores históricamente postergados
del uso de la palabra pública, como lo fueron anteriormente
de otros bienes simbólicos y materiales. El acceso multitudi-
nario –sobre todo de una juventud que se apropia sin temo-
res ni reservas de los mecanismos y la expresión, y le insufla
frescura, naturalidad - no empobrece el idioma ni amenaza su
“riqueza”. Predica al sujeto, lo pone a actuar sus discursos,
diversifica y empodera a una nueva generación de escritores
que irán –ansío– sumando sus relatos al relato de una historia
que reclama la inclusión de palabras durante mucho tiempo
postergadas, censuradas, acalladas, olvidadas.
Nunca se ha escrito tanto como en el presente y nunca, al
menos en nuestro país, lo público ha ocupado un lugar tan
predominante en la agenda cotidiana de millones de ciuda-
danos. Los textos que se filtran en este artículo muestran las
escrituras que conviven en las redes y ponen de manifiesto la
perseverancia de la palabra, su preeminencia, su afán de per-
sistencia, pese a todo y todos. Tal vez porque como la econo-
mía, el uso de la palabra social estaba necesitando también ser
liderado y redistribuido por LA política.
“cuDseilonmeusnddeo#onNilUinneaMa leanmosaernchTaw: ietltemr”a.pa con las reper-
(Diario La Nación, en línea)
MEDIOS | 103
(Hashtag de la convocatoria a la Marcha contra el femicidio,
Argentina, 3 de junio de 2015)
Las TIC democratizan el uso público de la palabra, la desacra-
lizan, la sacan de los lugares y actores tradicionales: escrito-
res, medios, poetas “consagrados”, ostentadores privilegiados,
exclusivos y excluyentes de un que es universal. Cada vez más
ciudadanos se animan a enhebrar su propio pensamiento, lan-
zarlo al mundo y reorganizarlo. Si la disputa por la palabra es
la disputa por el poder, se ha abierto tal vez una de las más
celebrantes grietas en cierta oligopólica y elitista manera de
hacer uso, como dice Juarroz, de la palabra “correspondiente
al hombre”.
La escritura revive con estas variancias, se nutre e incorpora
en su sinuoso devenir, a actores históricamente postergados
del uso de la palabra pública, como lo fueron anteriormente
de otros bienes simbólicos y materiales. El acceso multitudi-
nario –sobre todo de una juventud que se apropia sin temo-
res ni reservas de los mecanismos y la expresión, y le insufla
frescura, naturalidad - no empobrece el idioma ni amenaza su
“riqueza”. Predica al sujeto, lo pone a actuar sus discursos,
diversifica y empodera a una nueva generación de escritores
que irán –ansío– sumando sus relatos al relato de una historia
que reclama la inclusión de palabras durante mucho tiempo
postergadas, censuradas, acalladas, olvidadas.
Nunca se ha escrito tanto como en el presente y nunca, al
menos en nuestro país, lo público ha ocupado un lugar tan
predominante en la agenda cotidiana de millones de ciuda-
danos. Los textos que se filtran en este artículo muestran las
escrituras que conviven en las redes y ponen de manifiesto la
perseverancia de la palabra, su preeminencia, su afán de per-
sistencia, pese a todo y todos. Tal vez porque como la econo-
mía, el uso de la palabra social estaba necesitando también ser
liderado y redistribuido por LA política.
“cuDseilonmeusnddeo#onNilUinneaMa leanmosaernchTaw: ietltemr”a.pa con las reper-
(Diario La Nación, en línea)
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