Page 2 - El desafío de la gráfica. Luis Rivera
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de Fontcuberta dice que El desafío de la gráfica

la palabra noticia ha entrado, hace mucho tiempo, a formar parte de
nuestro vocabulario cotidiano. Todos recibimos y comunicamos no-
vedades con frecuencia a quien nos rodea… Cuando nos enteramos
de algo importante, intentamos transmitirlo, con la máxima rapidez
al mayor número posible de personas y con el máximo impacto. Si
conseguimos audiencia, nos consideramos protagonistas; en cam-
bio, sentimos frustración si nuestros interlocutores ya conocían la
nueva. En cierta medida reproducimos, a escala reducida, el proceso
que siguen los medios de comunicación (1993: 15).

Ésa es, lisa y llanamente, la tarea del periodista en cualquiera
de sus roles, ya fuera en medios escritos, audiovisuales o los
nuevos surgidos a la luz de la Internet. En cualquiera de sus
formas y manifestaciones, el deber ser del periodista es el in-
formar. Y sin menospreciar, por el contrario apostando fuerte
por un periodismo comprometido con su tiempo, su ideología
y su sociedad, el contenido de opinión es un agregado a la obli-
gación básica del deber de informar.
Y esa definición de la teórica española bien puede ser el inicio
de esto que se plantea como el desafío de la gráfica. ¿Cómo
hacer para no caer en la frustración que se siente cuando nues-
tro interlocutor ya sabe aquello que le estamos narrando? Y
es justamente ése el principal problema de la gráfica en estos
tiempos cuando en términos de rapidez la competencia es di-
rectamente imposible.
Las nuevas formas comunicacionales surgidas de la Internet,
involucrando a las redes sociales a quienes difícilmente po-
drían catalogarse como medios de comunicación tal cual es-
tán éstos concebidos, han acelerado los tiempos informativos.
Hoy, cualquier cronista o periodista, en el lugar del mundo
que se encuentre, necesitará sólo de un teléfono móvil para
subirse a una red social y emitir un mensaje informativo, lle-
gando de inmediato a su público receptor. No cabe ninguna
duda de que estamos en presencia de un fenómeno comuni-
cacional con todas sus características: un emisor, un receptor,
un medio, un mensaje, etc…
Pero ahora bien, ¿es ese mismo acto comunicativo un fenó-
meno de comunicación de masas? Podría decirse que en fun-
ción de lo limitado que es el universo de una red social, salvo
usuarios muy identificados con miles de seguidores o más, se

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