Page 3 - Entre alpargatas y libros. La bibliodiversidad y el acceso a la lectura, Giuliana Pates
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miría mayor prestigio. En esta encrucijada, por ejemplo,
las novelas eróticas o los libros de autoayuda son dos géneros
que han crecido en cantidad de lectores/as estos últimos años,
pero no cuentan con reconocimiento dentro del campo litera-
rio. Son, a su vez, géneros publicados por editoriales multina-
cionales que se producen de acuerdo con fórmulas estanda-
rizadas para convertirse en bestsellers (Illouz, 2014). En este
sentido, son literaturas populares y, muchas veces, femeninas
no legitimadas, que no alcanzan a ser consideradas intelec-
tuales o artísticas. Mientras que otras literaturas “de culto”,
que circulan en la intelectualidad universitaria y podrían es-
tar representadas por las obras publicadas por editoriales in-
dependientes, que conciben al libro como objeto y no como
mercancía, otorgarían cierta distinción en el consumo cultu-
ral. Como afirma Valería Sorín, “éxito de ventas y legitimación
en el campo cultural no suelen ir juntos. Ocurre que aquellas
obras que legitima el mercado se deslegitiman casi inmediata-
mente para la academia, para la prensa especializada y para el
público culto” (2013: 47).
En una nota que publicó el diario La Nación el 8 de enero de
2016, escrita por Maximiliano Tomas, titulada “La guerra de
los libros”, el autor sostiene que, a partir de la apertura de las
importaciones de libros, el lector “no modificará sus hábitos
de lectura y sus gustos literarios. No es verdad que los sellos
independientes peleen por seducir a un lector de perfil similar
al de las multinacionales. Para decirlo un poco brutalmente,
es algo complicado imaginar a alguien que mientras lee a Flo-
rencia Bonelli y a John Katzenbach interfiere su ligero diverti-
mento con novelas de Valerio Magrelli o Marcelo Cohen”. De
este modo, minimiza el efecto que podría llegar a tener esta
medida a la vez que construye un modelo de lector/a de acuer-
do a la dicotomía entre literatura “ligera” y “divertida”, y lite-
ratura “seria” con cierto valor artístico.
Puede ser que las editoriales independientes, artesanales, car-
toneras no “compitan” con las empresas multinacionales con-
centradas para “seducir” lectores/as porque, de acuerdo a lo
planteado, responden a perfiles, gustos y modelos de consumo
diferentes. Pero también puede ser que no “compitan” porque
no puedan hacerlo en igualdad de condiciones. Los grandes
grupos editoriales forman sus catálogos a partir de numerosos
títulos y grandes tiradas que, en la medida en que los costos
de producción sean elevados, buscarán bajarlos mediante la

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