Prueba Piloto 2024

La Cátedra 1 la conformamos el Dr. Claudio Panella, Titular, la JTP Prof. Vilma Sanz (Comisiones 2 y 3 de TP) y la Prof Iciar Recalde, que tiene a su cargo la comisión 1 de TP y los 130 estudiantes inscriptes, porque la aspiración es la construcción colectiva del conocimiento.

Como el año pasado, y el anterior,  debimos revisar todo lo que habíamos preparado y repensarlo para esta situación pospandémica, de vuelta a la presencialidad y ahora de profunda crisis.

Aún ahora que estoy escribiendo para ustedes, sigo esperando no sólo que la presencialidad no les impida recibir todo bien y a tiempo desde el Aula Virtual, que permite disminuir costos de impresiones, sino también que puedan llegar a la Facultad. Y tampoco estoy muy segura si, al recibirlo, del modo en que espero que lo reciban, puedan empalmarlo con fluidez, con las clases y construir con todo conocimiento incidente en su formación.

Si bien esperamos trabajar con ustedes en clase esta Prueba Piloto Presencial, y poner en común esta presentación, que, como el resto de los TP, es acompañado con un texto contextualizador, que queda en el Aula Virtual disponible para todos, esperamos, lleven construido la forma de trabajo grupal que sostendrán para el resto de los Trabajos Prácticos.

Este año además, hemos pensado una opción a) y otra b) de muchos Trabajos Prácticos para que puedan optar sobre que acontecimiento, del período en cuestión, para trabajar en el grupo. En todos los casos, el TP, el ejercicio periodístico a construir es el mismo, pero varía el caso histórico a abordar.

Breve Encuadre: Con  el texto, fotografías y lo hablado en clase de Teórico, deberán construir una  Crónica informativa sobre a) el inicio de la Huelga de Inquilinos del 13 de septiembre de 1907 o b) sobre alguno de los acontecimientos de la Semana Trágica de enero de 1919.

Claves de Construcción: La Crónica Informativa  narra un acontecimiento a través de las impresiones del cronista. Así, más que contar el orden en que se desarrolló el suceso, se relata la atmósfera del suceso. Sin duda, la crónica se encarga del cómo están pasando los hechos y, en caso de contener alguna interpretación, también el por qué. En este caso, “su crónica” deberá aparecer en 5ta o 6ta. Edición de alguno de los diarios de época, por lo que no puede ser ni extensa ni extremadamente detallista, con título ‘altisonante’ y breve descripción. Máximo 3 párrafos y alguna fotografía, ya que las ediciones vespertinas de los periódicos de esa época eran “muy gráficos”, con profusión de imágenes, más que textos, ya que eran la inversa de las publicaciones matutinas de los periódicos tradicionales, que son todo texto, nada de imagen.

Como buena Prueba Piloto, van a probar todo el recorrido: así, una vez terminada, la van a enviar, como harán con todos los TP, en grupos de 2, 3 o 4 integrantes, que mantendrán hasta el final de la cursada,  a la casilla catedraunaj@gmail.com la Comisión 1 y a argentina.catedra1@gmail.com, las Comisiones 2 y 3 con el Asunto: (Apellidos del grupo o GRUPO Nro si ya lo tuvieran) Ejemplo: Asunto: Prueba Piloto PANELLA, SANZ, RECALDE o GRUPO 1. Este primer correo también deberá contar con los nombres y legajos de los integrantes del Grupo, si ya no lo hubieran enviado antes y será enviado desde la casilla del “Enviadore Designade”, que será siempre el misme, salvo notificación expresa, (esto refiere a un  tema de ubicar en la casilla cualquier TP o devolución o extravío o imprevisto)

Esperamos sus Pruebas Piloto,

Prof, Iciar Recalde

Prof. Vilma Sanz

a) Crónica informativa sobre el inicio de la Huelga de Inquilinos del 13 de septiembre de 1907

DOCUMENTO: IMÁGENES DE LA HUELGA DE INQUILINOS EN BUENOS AIRES (1907) Mujeres y Niños en defensa de sus hogares y sus derechos por Ana Lía Rey*

Hacia fines del siglo XIX Argentina se integró al mercado mundial como un país agroexportador, esta expansión exigió cambios estructurales importantes, como desarrollo de vías férreas, la construcción de obras públicas para mejorar la salubridad de los centro urbanos, el ingreso de maquinarias agrícolas y la construcción de un puerto moderno desde donde operar con los principales países de Europa y a donde pudieran llegar los nuevos barcos de gran calado. Este proceso de expansión fue posible gracias a la mano de obra de miles de inmigrantes provenientes de países europeos que entraron a la argentina desde fines del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial. […]

Los miles de italianos, españoles, franceses, vascos, suizos, sirio-libaneses que entraron al país modificaron el perfil poblacional de Buenos Aires y de algunas ciudades del interior vinculadas al desarrollo agrícola y que crecieron exponencialmente como Rosario. Buenos Aires, era el paso obligado, la entrada a América tanto para aquellos que llegaron atraídos por la creciente necesidad de mano de obra y pensaron radicarse en el país por tiempos prolongados como para los que solo cubrieron las demandas estacionales de la mano de obra agrícola.
Aunque eran muchos los extranjeros varones que venían solos a estas tierras, una gran cantidad de ellos arribaba con sus familias, estableciéndose en las ciudades y generando un significativo crecimiento urbano.
Este rápido crecimiento urbano y las condiciones de vida que resultaban las más de las veces insatisfactorias para estos nuevos trabajadores, devinieron en un progresivo incremento de los conflictos laborales y sociales de todo orden en las principales ciudades argentinas.
Este artículo se propone, a través de la selección de un pequeño grupo de imágenes publicadas en la revista Caras y Caretas, acercarse a uno de estos conflictos, quizá uno de los más importantes del período, la huelga de inquilinos de 1907, y en especial indagar sobre la presencia de mujeres y niños al frente de aquella protesta. Al proponernos una mirada de género, las imágenes se convierten en documentos indispensables para trabajar el rol de las mujeres y los niños en el conflicto, la representación femenina en el espacio público de principios de siglo y las acciones llevadas adelante a la hora de negociar con las autoridades así como las estrategias de acción durante la huelga. No significa que la prensa escrita silenció su participación sino que las imágenes que hoy podemos ver le dan un nuevo significado, abriendo la
posibilidad de hacer visible, a través de las acciones cotidianas, las formas de vida de los sectores populares, la defensa de los espacios privados a través de la participación pública y la incorporación de los niños, muchos de ellos trabajadores infantiles, que se sumaban al reclamo.


LOS CONVENTILLOS PORTEÑOS
El flujo inmigratorio generó una gran demanda de espacio habitacional en una ciudad que no tenía la suficiente infraestructura para recibir a los recién llegados, en consecuencia la vivienda fue uno de los principales problemas de los sectores populares, y emulando a otras grandes ciudades del mundo,
como Chicago y Nueva York, en Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca también aparecieron las casas de inquilinato.
Las malas condiciones de vida en esas complejas viviendas comúnmente conocidas como conventillos, convivían con otras formas de adaptarse a la realidad del país que los recibía. Muchos inmigrantes varones vivieron en los sótanos de las fondas donde trabajaban, en las precarias habitaciones de los lugares donde eran empleados, en pobres pensiones en tanto que las mujeres solteras adoptaban como vivienda los hogares donde servían como mucamas o cocineras.
Los conventillos se conformaron en las viejas casas de la oligarquía porteña, ubicadas en la zona sur de la ciudad, que fueron abandonadas como unidades habitacionales tras la epidemia de fiebre amarilla de 1870.
Aquellas viejas mansiones se convirtieron en un lucrativo negocio y los propietarios que las habían conservado notaron que, ante la demanda de unidades habitacionales, la posibilidad de transformarlas en casas de alquiler, era una alternativa más para sus intereses económicos. El patio central de
las viejas casonas del patriciado porteño, cambió, entonces, su vieja fisonomía. Las grandes habitaciones pasaron a ser dos o tres unidades de vivienda donde las familias dormían hacinadas, había muy pocos baños para tanta gente y las cocinas construidas por los propietarios se ubicaban al lado de las habitaciones donde se instalaban los braseros para cocinar. La ropa se lavaba como se podía y se colgaba en espacios mínimos, y en general en los conventillos se compartía la soga, la pileta de lavar, la ducha y la letrina.

La imagen 1 es elocuente, un nutrido grupo de niños posa para una foto que pretende tenerlos como centro, sin embargo es la propia fisonomía del patio del conventillo la que gana la mirada del observador. Las salientes del primer piso son las cocinas y estaban ubicadas prácticamente en la puerta de las habitaciones, en los días de lluvia –como el de la foto– las mujeres cocinaban dentro de las habitaciones con grandes riesgos de incendio o intoxicación. Las ventanas y puertas de diferentes épocas delatan los arreglos improvisados y el aprovechamiento del espacio con construcciones extremadamente precarias. Muchas veces éstas estaban autorizadas por el propietario para que algún cuentapropista instalara su lugar de trabajo. El patio central y la puerta abierta nos permiten ver la vereda en un día lluvioso, lo que nos lleva a pensar tanto en el espacio público de la calle como en el espacio semiprivado del patio y en el espacio doméstico de las habitaciones, los tres están integrados en la fotografía y también en el desarrollo de la protesta que se abrió en 1907.
Los patios eran el corazón de los conventillos, allí los inquilinos se reunían para debatir, también para hacer fiestas y bailes, allí entraba la asistencia pública y las damas de la Sociedad de Beneficencia que buscaban mujeres para que la institución premiara por su comportamiento virtuoso en medio de situaciones de pobreza. Allí se pasaban de mano en mano la prensa partidaria, las revistas populares como Caras y Caretas y el diario para encontrar trabajo. Muchas actividades de los conventillos estaban reguladas por ordenanzas municipales pero la ley interna más importante era la que
establecía el propietario y que el casero hacia cumplir a raja tabla, comenzando por el alquiler. El casero era el representante del propietario para firmar contratos, cobrar el alquiler, llamar a la fuerza pública si era necesario y generalmente vivía en el propio conventillo, pero en la mejor habitación.

En definitiva las fotos conservadas de los conventillos nos hacen pensar mucho sobre las condiciones de vida de los trabajadores inmigrantes a principios de siglo y los costos que conllevaba aquella consigna de la época:
“Hacer la América”. En estos conventillos, los habitantes se instalaban con la esperanza de estar pocos meses pero a veces las estadías, y con ellas los padecimientos, se prolongaban por años. Como afirma Juan Suriano “en 1881 existían 1821 casas habitadas por 65260 personas que representaban el
21,6% de la población porteña. En 1892 la cifra se elevó a 2.192 y sus pobladores a la cantidad de 120.847, algo así como el 21,8% de los habitantes de la ciudad. En 1904 el número de inquilinatos trepó a 2462 y sus moradores a 138.188 pero bajó el porcentaje de inquilinos con respecto a la población
total de la ciudad de Buenos Aires”. Desde fines del siglo XIX había una sobrepoblación en estas casas de alquiler que se constituyeron en un negocio para unos y en una necesidad para otros.
Los inquilinos estaban en situación de extrema vulnerabilidad, pero, sin embargo, no lograron consolidar movimientos de protesta y asociaciones que propusieran la mejora en sus condiciones de vida, durante muchos años.
Los breves y fracasados intentos de unirse comenzaron con la conformación de ligas en 1894. Hacia principios del siglo XX la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) inició una campaña de agitación para bajar los alquileres, cabe mencionar que esa Federación nucleaba a agrupaciones
de trabajadores y sociedades de resistencia mayoritariamente anarquistas cuyos integrantes eran en su mayoría inmigrantes. No obstante, poco se difundía de lo que ocurría puertas adentro del conventillo y los inquilinos eran el eslabón más débil porque el planteamiento de un conflicto los dejaba en
la calle sin posibilidades de defensa.
Los conventillos más poblados se encontraban ubicados en La Boca, San Telmo y Barracas y tenían nombres que los identificaban: San Juan Evangelista, Santa Lucía, Balvanera Sur, Concepción, El Socorro, La Cueva negra, y uno de los más combativos, 14 Provincias, ubicado en la calle Piedras entre Cochabamba y San Juan. Estos conventillos, como vimos, albergaban a gran cantidad de personas –hombres, mujeres y niños– que encontraron en las zonas más cercanas al centro de la ciudad lugares de fácil acceso a sus trabajos y con costos más bajos para trasladarse. Los medios de transporte
que posteriormente facilitarían el desplazamiento de muchas familias hacia los barrios aún eran proyectos incipientes.
Hasta que los barrios comenzaron a construir su identidad y a lograr una densidad humana significativa, miles de familias vivieron en esas desastrosas condiciones habitacionales, con pocos baños y casi sin agua. Se estima que en algunos conventillos podían vivir hasta más de 350 personas. ¿Quiénes vivían en esas habitaciones pequeñas y sin el suficiente aire para una vida medianamente sana? Hombres recién llegados que compartían la habitación con otros para bajar costos, familias con muchos hijos y a veces con
los adultos mayores que también habían llegado a estas tierras corridos por
el hambre, básicamente inmigrantes de diferentes procedencias y costumbres. Los habitantes desarrollaban las más variadas actividades: panaderos, zapateros, albañiles, jornaleros, costureras, lavadoras, planchadoras, sastres, carpinteros. Provenían de diferentes países, profesaban múltiples creencias, aunque predominaba la católica, y adherían a distintas ideologías. El estudio
de los censos de la época nos permite reconstruir esa diversidad.
La prensa se hacía eco con cierta regularidad de estas desastrosas condiciones de salubridad e higiene y solicitaba la intervención de la Municipalidad para que reglamentara las condiciones habitacionales en defensa de la seguridad pública y la moral. Por ejemplo, la preocupación que expresaba el diario La Prensa era la de poner un límite a la población como una forma de frenar los focos de infección que allí se producían pero también poner un límite a los posibles excesos que tanta aglomeración de gente podía provocar.


LAS MUJERES Y LOS NIÑOS AL FRENTE
A pesar de las condiciones de vida descriptas y de las situaciones de tensión y enfrentamiento, por lo menos con las autoridades más cercanas –los propietarios y los caseros–, no hay muchos indicios sobre conflictos y formas de organización de los inquilinos en los años que rodean al cambio de siglo. Sin embargo, en 1906 la FORA realizó una campaña de agitación para bajar los alquileres y aconsejó a los trabajadores adheridos que se organizaran en los conventillos donde vivían, la campaña tuvo éxito y se formó la Liga de Lucha Contra los Altos Alquileres e Impuestos.
Sin lugar a dudas el alquiler era un porcentaje muy alto del ingreso de los trabajadores, mantener una habitación se llevaba el 25% del sueldo de un obrero con un salario medio. El aumento del alquiler no reconocía crisis, ni períodos de desocupación, y, además, si el propietario aumentaba no había
posibilidades de negociar una rebaja porque la demanda era alta y las habitaciones se ocupaban rápidamente.
Al comenzar el año 1907 se produjo un fuerte aumento en los impuestos municipales y territoriales que los propietarios trasladaron inmediatamente a los precios de los alquileres. Al poco tiempo, en agosto del mismo año, los inquilinos se negaron a pagar los alquileres en el conventillo de la calle Uspallata y en Los Cuatro Diques, ubicado en la calle Ituzaingó al 200, mientras que otras casas también adhirieron a la protesta. El pliego de condiciones de los huelguistas reclamaba la rebaja de un 30% en el valor de los alquileres y también incluía demandas para mejorar la calidad de las viviendas. La prensa se hizo eco del conflicto y por eso hoy podemos seguir los acontecimientos en los principales diarios de la época, tanto comerciales (La Nación y La Prensa) como partidarios (La Protesta y La Vanguardia), y también
confesionales (La Voz de la Iglesia). Como ya adelantamos, nosotros prestamos especial atención a la cobertura que realiza la revista Caras y Caretas porque frente a los informes y detallados artículos de la mayoría de los medios gráficos, la revista tiene el plus de realizar una cobertura fotográfica a lo largo del conflicto, por lo que la huelga está presente en varios números de la publicación.
El movimiento de fuerza se organizó a través de un comité de propaganda y agitación que buscó rápidamente adhesiones de otras viviendas colectivas y de las organizaciones de trabajadores, y entró en contacto con comités de otros barrios. En octubre los conventillos adheridos eran cerca de 500, ubicados no solo en las zonas cercanas al centro de Buenos Aires sino también en Avellaneda, Lomas de Zamora, La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca.
Se sumaron también conventillos de Rosario, al poco tiempo había más de 2000 viviendas en huelga a lo largo del país.

Una de las primeras manifestaciones públicas de la protesta fue la Marcha de las Escobas realizada en las calles de La Boca y organizada por un conventillo de la zona. La imagen 2 muestra una nutrida manifestación integrada mayoritariamente por niños y niñas que hacían batir las escobas que usaban en sus casas para, entre otras cosas, “barrer a los caseros” de los conventillos. Esta estrategia de utilizar un elemento representativo del ama de casa, como es la escoba, es la forma que encontraron las mujeres para
hacer oír sus reclamos. Los niños marcharon por las calles de La Boca acompañados por sus madres haciendo oír sus voces y sumando adhesiones a su paso. Al acercarse a la casa de la calle Uspallata una de las comisiones se desprendió para invitar a los jóvenes a unirse a la protesta, donde fueron recibidos con gritos de algarabía como: “¡Los caseros a Bibiloni!”, “¡Abajo los alquileres!” y ¡Viva el hombre libre en el conventillo libre!
Tal como se advierte en las imágenes 3 y 4, fueron las escobas de las mujeres del Comité de Huelga de otro conventillo, ubicado en la calle San Juan, las que bloquearon la puerta de entrada formando un cordón de resistencia para oponerse a la entrada de las fuerzas policiales enviadas por el Coronel
Falcón y así evitar el desalojo.

La llegada de las fuerzas policiales al conventillo de la calle San Juan generó una fuerte respuesta de las mujeres que no solo impidieron la entrada, sino que se establecieron en lugares claves, como los techos, para que por allí no pasaran los efectivos policiales. La gestualidad negociadora de la imagen 4 es otro elemento más para pensar a estas mujeres de comienzos de siglo.
Para ellas la participación en la huelga era algo más que defender la casa y cuidar de los suyos, poniéndose al frente de la familia cuando sus maridos estaban trabajando, sino que también era defender sus propios trabajos, ya que muchas de ellas usaban la habitación del inquilinato para realizar tareas
de costuras o de planchado, generalmente para algún taller cercano que utilizaba el trabajo domiciliario para su producción.

El conflicto de los inquilinos estuvo promovido por los socialistas y principalmente por los anarquistas que desde la FORA (Federación Obrera Regional Argentina) apoyaron el pliego y amenazaron con extender la huelga sumando a sectores trabajadores que podían paralizar áreas importantes de la economía. Los socialistas, por su parte, apoyaron la huelga pero no creían en esas medidas para solucionar los problemas habitacionales, ya que buscaban la construcción de viviendas obreras a partir de instituciones propias como la Cooperativa El Hogar Obrero. El Estado Nacional, que por entonces no tenía injerencia en la resolución de conflictos obreros y dejaba que se resolvieran entre las partes, tuvo la misma actitud en esta oportunidad . Por ese motivo no hubo una resolución uniforme del conflicto. Algunas familias -como los Anchorena- que tenían una casa de alquiler en la calle Defensa arreglaron con los huelguistas y, para que no aparezca su nombre asociado al conflicto en la prensa, bajaron los alquileres incluso un porcentaje mayor al que exigían los inquilinos. Por su parte, otros propietarios no quisieron resignar ni un peso de la renta y solicitaron los desalojos que se hacían con la fuerzas policiales en el patio del conventillo y los inquilinos debieron mudar sus trastos a habitaciones vecinas.
Los desalojos cerraron el ciclo de la huelga y, más allá de la fuerte impronta que el enfrentamiento dejó en la historia de las luchas sociales, los costos de los alquileres siguieron representando altos porcentajes de los ingresos de los trabajadores. No obstante ello, la huelga muestra a través de sus imágenes que a principios del siglo XX entre los sectores populares no había una separación tajante entre los ámbitos domésticos pertenecientes al mundo femenino y el espacio público del trabajo masculino. Las mujeres de los conventillos mostraron que la sociabilidad del patio les permitió transitar entre los dos espacios para defender a sus familias y sus lugares de trabajo.

*Ana Lía Rey es Profesora de Enseñanza media y superior en Historia y realizó una especialización en Historia Argentina en la Universidad de Buenos Aires. Se desempeña como Profesora Adjunta de la materia Historia de los Medios en la Facultad de Ciencias Sociales, y coordinadora del Archivo Palabras e Imágenes de Mujeres del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género. Trabaja temas relacionados a publicaciones anarquistas y socialistas a principios del siglo XX y ha publicado numerosos artículos
en revistas nacionales e internacionales y participado de reuniones académicas en Argentina y en el exterior.

En: https://historiasocialargentinaunlp.com.ar/wp-content/uploads/2018/04/huega-de-inquilinos-analia-rey.pdf

Imagen 1: Huelga de Conventillos. Colección Caras y Caretas, Buenos Aires, 1907. AGN
Imagen 2: Marcha de las Escobas, Conventillo de La Boca, Colección Caras y Caretas, 1907. AGN
Imagen 3: Huelga de inquilinos, Colección Caras y Caretas, Buenos Aires, 1907. AGN
Imagen 4: Huelga de inquilinos, Colección Caras y Caretas, Buenos Aires, 1907. AGN
Imagen 5: Desalojo durante la huelga de inquilinos, Colección Caras y Caretas, Buenos Aires, 1907. AGN

b) Crónica informativa sobre alguno de los acontecimientos de la Semana Trágica de enero de 1919.

LA REPRESENTACIÓN DE LOS HECHOS DE PROTESTA DE LA SEMANA TRÁGICA EN LA PRENSA DE 1919
Mariana Malagón
Universidad de Buenos Aires (Argentina)
mamalagon@hotmail.com
Resumen
El trabajo analiza los modos en que tres medios de tendencias políticas diferentes construyeron la información sobre lo que luego se conoció como “Semana trágica”. Mediante el análisis del discurso se describe cómo cada uno de los medios interpretó las acciones colectivas de protesta. Las preguntas que guían el análisis son: ¿Cuál es la interpretación general de cada diario? ¿Cuál es el criterio de lo noticioso? ¿Qué lugar ocupa en la noticia las demandas de los manifestantes? ¿Cómo se presenta a cada uno de los actores que participaron en estos sucesos? Brevemente al final del trabajo se compara lo descrito con el tratamiento periodístico actual que reciben las acciones de protesta y se reflexiona sobre el rol del periodismo en la difusión de las demandas sostenidas en las acciones colectivas de protesta.
Introducción
El objetivo de este trabajo es analizar de qué modos se representaron en la prensa gráfica los hechos conocidos como “la semana trágica” (1). Las preguntas que guían la investigación son: ¿Qué “verdades” se escribieron sobre los acontecimientos? ¿Qué dijeron los medios sobre el movimiento huelguístico, sobre la policía, sobre el gobierno, sobre los empresarios, sobre la violencia? ¿Qué diferencias y qué coincidencias hubo en la construcción de cada medio? Se compararon tres medios con tendencias
políticas diferentes. Se analizó el período que va del 5 al 14 de enero de 1919. En las conclusiones se comparará el modo de construir la noticia sobre la protesta en el pasado y el modo de hacerlo en el presente.
La ciudad huérfana y desamparada de autoridad
Se puede expresar así la interpretación de El Diario sobre lo que acontece: son hechos desviados del orden social establecido que deben ser reprimidos. Lo más importante es la lectura que hace el medio: se acerca la revolución. Se asocian los acontecimientos con las revoluciones comunistas en Rusia y Alemania (2) como podemos leer: “Su presencia (se refiere a “los conspiradores rusos” sic) en el estallido es el resultado, más que nada, de los sucesos de Europa, como lo prueba el hecho de haberse fundado en Buenos Aires, ni bien fuera derrocado el régimen imperial en Rusia, un comité de obreros y soldados, a imitación del de Petrograd” (12-1).
La noticia más importante es sobre el orden social, sobre la normalidad o anormalidad de la rutina, o sea, sobre la situación de la ciudad, sobre la circulación de transportes y mercaderías. El punto siguiente en importancia es la actuación del gobierno para reprimir la protesta. Como dicen algunos titulares: “Paro general de vehículos y toda clase de transportes. El subterráneo no circula. Los tranvías tampoco. Imposición de los huelguistas. Mucha alarma en la ciudad. Atentados numerosos. El nuevo jefe de
policía desacatado y burlado
” (9-1).
En El Diario no hay información sobre los asesinatos ocurridos el día 7. Se dice el día 8 sobre los sucesos:
Como consecuencia de estos lamentables sucesos, los gremios se agitan y no sería extraño que se apresurara la huelga de que se viene hablando (…) Como se ve la agitación obrera va in crescendo, motivo por el cual el gobierno debe tomar las medidas que la prudencia aconseja para reprimir las agresiones y otros excesos equivocados”.
Se habla de “lamentables sucesos” sin nombrar que murieron 4 personas y decenas resultaron heridas. En los días siguientes, la información del medio tiene que ver básicamente con la ruptura de la normalidad en la ciudad. “La agitación obrera” es la culpable directa de este desorden. Las demandas que se expresan en las protestas (huelgas, manifestaciones callejeras) son temas absolutamente secundarios en la escritura de los textos. Los motivos de la protesta, si aparecen, están en los últimos párrafos de los artículos.
El medio remarca la extensión de la huelga, la falta de legitimidad de la misma y se subraya, con cierto sensacionalismo sobre “Mucha alarma en la ciudad” (9-1). Se construye la imagen de una ciudad tomada por los manifestantes, abandonada por las autoridades y paralizada por la falta de transportes. Esta imagen cobra intensidad los días 9, 10, 11 y 12 se mantiene el 13, aunque ese día se anuncia un “Tendiendo a la normalidad” para el día 14 titular: “Hacia la tranquilidad completa”. Los hechos son representados como un movimiento de eclosión que “se adueña de la ciudad” (sic) y que comienza suavemente, va creciendo
sostenidamente y luego desciende del mismo modo. Los adjetivos que ilustran lo sucedido son “tranquilidad”, “alarma”, “agitación”, “normalidad”, “abandono”.


A continuación se resume la forma de representar a los principales actores:

  • el gobierno es un “Gobierno insuficiente” (título de un artículo de opinión del 10-1) porque no reprime y concede los reclamos.
  • el señor Vasena, es un empresario incomprendido que a pesar de subir los salarios es víctima de la acción de los huelguistas.
  • el Departamento de Trabajo, es sólo un órgano mediador.
  • los trabajadores de Vasena, son quienes reclaman los aumentos.
  • “la masa obrera” (sic), “diversos gremios” (sic), “grupos de huelguistas” (sic), son los culpables del caos en la ciudad porque paran los transportes, queman los autos, impiden la circulación de mercaderías, asustan a la población.
  • el Jefe de Policía, la policía, el Ejército y “Grupos civiles” (sic), son los representantes legítimos del orden, que en cierto momento se ven desbordados y son auxiliados por el ejército. Según el medio, la policía también fue acompañada por Grupos de Civiles con los que perseguía a “los rusos” (sic) del Barrio del Once (crónica del 11-1).
  • la población, los empleados, los pasajeros, son las víctimas inocentes del movimiento de protesta.
  • la Ciudad, es la principal víctima.
  • Los “conspiradores rusos” (sic) son quienes instalan los soviets en las esquinas de Anchorena y Córdoba, según informa una noticia del día 9-1. Buscan derrocar el orden capitalista y proclamar, según el medio, un dictador propio.
    Los líderes de las protestas son:
  • la F.O.R.A, como promotora de la protesta, pero sin nombrar dirigentes.
  • Con respecto a Vasena, no hay nombres de dirigentes, son solo obreros.
  • Sí hay nombres de los “conspiradores rusos”, quienes “…formaban una junta maximalista cuyo presidente era Wald” (13-1).
    La gran huelga de solidaridad obrera La Vanguardia era el órgano periodístico del Partido Socialista. Su línea editorial es contraria al gobierno radical y a la clase alta.
    El medio alienta y favorece las luchas del movimiento obrero contra “el capital” (sic). Es un medio dirigido claramente a la clase trabajadora y la clase media baja con cierto grado de instrucción.
    Esta es la interpretación general del medio sobre lo sucedido: las justas acciones de protesta de la clase trabajadora derivaron en hechos violentos por la represión policial. La manifestación obrera se inscribe en el descontento general del pueblo contra el sistema capitalista y de las luchas que se vienen realizando desde hace décadas, en el país y en el mundo. Como dice esta opinión del medio:
    “El paro general de ayer, día del sepelio de los obreros asesinados ha sido, pues, un grandioso acto de protesta y de solidaridad de clase, advirtiendo con ello a los capitalistas y al gobierno que en las actuales circunstancias del país y del mundo no se puede tratar al pueblo con el espíritu reaccionario y conservador de antaño y de que nuevos vientos de renovación y emancipación soplan y se agitan sobre la humanidad” (10-1).
    En cuanto al criterio de lo noticioso, la lucha obrera contra el capitalismo es la noticia más importante. Estos son los titulares:
    “La huelga en la casa Vasena” (desde el 2-12-1918 hasta 9-1-1919)
    “La unánime protesta del pueblo de la capital” (10-1)
    “La gran huelga de solidaridad obrera” (11-1)
    “El movimiento huelguístico” (12-1, 13-1)
    “Terminada la huelga general, continúa el terror blanco” (14-1).
    Como criterio noticioso, para el medio lo principal es la adhesión masiva a las medidas de fuerza y a la protesta. La información sobre la acción represiva que sufre el pueblo está también en primer lugar: “Balance trágico: 700 muertos y 2000 heridos por los ‘defensores’ del orden” (bajada del titular del día14-1). La Vanguardia informó en detalle sobre la injusta detención de Pedro Wald
    y sobre la persecución a los judíos.
    Como criterio noticioso, en segundo lugar, son muy importantes las declaraciones de los “testigos”. Éstos informan sobre lo que vieron en los momentos de represión: “Dicha señora relata a nuestro reporter que por la rendija de un postigo veía a los bomberos en la plazoleta de Alcorta y Pepirí, agachados, tirando sin interrupción” (8-1). Las intervenciones de los diputados socialistas están
    en tercer lugar de importancia. En cuarto lugar aparece la cuestión del orden y de la normalidad en la ciudad; los titulares del día 13 informan: “Reanudación parcial del tráfico tranviario. La huelga ferroviaria. La vuelta al trabajo”.
    Se asocia a la violencia con la policía y los capitalistas, se justifican los actos violentos proletarios y se culpa de hechos más violentos a “grupos irresponsables en gran parte formados por niños instigados por provocadores maleantes hábiles en escurrir el bulto” (10-1).
    A continuación se resume la forma de representar a los principales actores sociales.
  • Los huelguistas son luchadores con derecho contra los capitalistas.
  • La F.O.R.A. del V Congreso y la F.O.R.A. son representantes legítimos de los sindicatos que se solidarizan con la lucha obrera.
  • Los capitalistas son quienes explotan a los trabajadores.
  • Los “carneros” o rompehuelgas son enemigos de los trabajadores.
  • La policía es quien reprime salvajemente: “Después de la siniestra hazaña la tropa ocupó militarmente el cementerio. Los cadáveres que iban a sepultarse, víctimas una vez más de la saña feroz de los esbirros quedaron insepultos” (10-1).
  • El gobierno es visto como un competidor electoral, pero no se lo ataca directamente sino de un modo solapado: “una política jesuítica de intrigas alternada con actos de simulada benevolencia hacia el movimiento proletario” (9-1). El medio
    sigue la política del partido que considera que los problemas políticos se resuelven mediante la vía institucional. Se informa diariamente sobre los dichos de los diputados socialistas en los debates parlamentarios.
  • El Departamento de Trabajo interviene mediando en los conflictos.
  • El pueblo, el barrio, los vecinos son vistos como totalmente solidarios con los trabajadores que protestan.
  • Los “testigos” son sumamente importantes: “La crónica que damos abajo es la información objetiva que de los sucesos de ayer hemos recogido por boca de personas que los han presenciado (10-1).
  • Provocadores: seres anónimos, presuntamente enviados por enemigos al proletariado que buscan sembrar el desorden. Estos provocadores son los verdaderos culpables de la violencia.
  • Los diputados socialistas: las citas textuales de sus discursos en el Congreso aparecen diariamente en el medio. Contra la violencia que han pretendido entronizar los elementos externos al obrerismo
    El diario La Época es un medio pro radical, con una línea editorial claramente favorable al gobierno, dirigido a la clase media. El medio interpreta que la protesta no es legítima porque está protagonizada por “elementos externos” que busca desestabilizar el sistema. Lo que se privilegia como hecho informativo es lo que se denomina “agitación”: “Las agitaciones obreras. Encuentros
    entre los anarquistas y la policía” (11-1). En segundo lugar, el criterio de lo noticioso privilegia la actuación de las fuerzas represivas para combatir al movimiento de protestas: en las grandes fotografías podemos ver la acción policial. Leamos algunos epígrafes: “Patrullas de artillería recorriendo la calle Callao” (12-1), “Córdoba y Bustamente. Una trinchera desalojada por fuerzas de marinería” (14-1). En tercer lugar, lo importante a nivel noticioso es la “tranquilidad” y la “normalidad” que existen o no en la ciudad: “A la normalidad” (titular del 11-1), “La ciudad recobra su aspecto normal” (titular del12-1). En cuarto lugar de importancia se informa sobre el funcionamiento de los medios de transporte, sobre la Asistencia Pública, sobre el comercio: “La circulación de trenes y tranvías” (titular del 14-1), “La ciudad es aprovisionada como de costumbre” (titular del 14- 1).
    Podemos hablar de tres series dentro de las cuales se enmarca el fenómeno. Por un lado, las crónicas hablan de “la agitación obrera”, expresión que remite al movimiento anarquista y revolucionario, que desde fines del siglo XIX había tenido un lugar importante en el movimiento obrero. En una nota de opinión del día 8 el medio instiga a los trabajadores a “Que estos desoyeran por un momento la propaganda de ‘meneurs’ (líderes, la traducción es de la Cátedra) que halagan sus deseos de mejoramiento”. En segundo lugar, el medio afirma reiteradamente una posición que se puede sintetizar en esta cita: “Por lo que hace al Ejecutivo está demostrada su preocupación por la situación de los trabajadores, atendida siempre con preferencia y que trata de mejorar por todos los medios a su alcance” (8-1). En tercer lugar, el medio habla de “…elementos extraños a la nacionalidad” (14-1), aludiendo a la inmigración extranjera, principalmente la de origen ruso y alemán, países que atravesaban en esos momentos procesos revolucionarios. Entonces: el medio interpreta que estos sucesos son parte del movimiento revolucionario de origen extranjero que no acuerda con el gobierno en las negociaciones gremiales (3).
    Se resume a continuación la forma de representar a los principales actores:
  • Obreros en huelga de los talleres Vasena (también llamados revoltosos el día 5-1). El medio no descalifica sus reclamos, aunque en alguna crónica se confunde al trabajador y al revoltoso.
  • Alfredo Vasena, gerente de la casa. Es presentado como un empresario conciliador que acata la intervención gubernamental.
  • Gremios en huelga, trabajadores en huelga, obreros, trabajadores. No se los ataca, aparecen como ciudadanos que reclaman por sus derechos. Se justifica su derecho a reclamar, pero siempre que “…no quebrante el equilibrio que debe existir entre los diversos factores de la prosperidad” (8-1). El medio tiene una visión funcionalista de la sociedad, donde cada actor hace su tarea: la del trabajador es trabajar, sin perjudicar el orden público, aunque tenga derecho a mejoras laborales. En las crónicas aparecen extensamente comunicados de los gremios que no adhirieron al paro y se alaba la
    tarea de quienes continuaron trabajando, como los telefonistas.
  • Grupos de huelguistas, grupos de exaltados. Estos actores, varias veces nombrados en las crónicas son los promotores del desorden y de la conspiración. Son vistos como inadaptados sin racionalidad.
  • El gobierno, el Ejecutivo, el Presidente de la Nación, el Congreso. Se justifica positivamente todo el accionar gubernamental.
  • La FORA del 5º Congreso, la FORA del 9º Congreso: figuran como las representantes legítimas de los gremios.
  • La Ciudad, a opinión pública, el pueblo de Buenos Aires: son las víctimas de los sucesos, los principales afectados, aunque el diario minimiza los destrozos hechos a la ciudad y exalta la reacción “viril y serena” de la opinión pública (11-1).
  • La policía y su Jefe de Policía, Elpidio Gonzáles, el Ejército y la Armada: “Brillante actuación de la policía, ejercito y armada” (12-1).
  • Los anarquistas, los soviets maximalistas, elementos extraños a la nacionalidad: son los responsables directos del “movimiento subversivo” (11-1) y de la falta de normalidad y tranquilidad en la ciudad. Sobre la detención de los “Jefes e instigadores principales” (14-1) se dice: “…contribuyeron a que la calma en la población renaciera, como ya se ha dicho, en absoluto” (14-1).
  • La Asistencia Pública: “digna de encomio es la diligente labor realizada por la Asistencia pública” (11-1).
  • Servicio de Tranvías y de Trenes: se informa sobre los que hacen huelga y los que directamente no salen al servicio por temor a los ataques.
    Acallar la protesta. Un breve análisis comparativo con el presente
    El periodismo ostenta el monopolio de hecho de los medios de producción y difusión a gran escala de la información (Bourdieu, 1997). Es interesante observar que en 1919 existía una variada gama de medios dirigidos a diferentes públicos (4). Quizás esa sea la principal diferencia que podemos hallar con respecto a la actualidad. Los medios de izquierda y centro izquierda hoy tienen
    una limitada influencia social en el mercado de formación de noticias (5).
    Como se analizó en otro trabajo sobre la protesta piquetera (Lobos y Malagón, 2005) los diarios de circulación masiva remarcan lo escandaloso y disruptivo. Esto tiene que ver con el mercado noticioso, regido por la lógica comercial.
    Cuando hay un corte de ruta o de calles, no se informa sobre los motivos del reclamo. Lo principal de la información tiene que ver con la proximidad del hecho, que ocurre en la ciudad. En segundo lugar se informa sobre lo disruptivo del acontecimiento. En tercer lugar, se informa sobre el conflicto, que es la supuesta violación al derecho de circulación. La información también tiene
    suspenso: cómo actuarán manifestantes, autoridades y fuerzas represivas. La posibilidad de violencia resalta lo emocionante del acontecimiento. Las consecuencias también son un factor importante, en relación con cuándo se dejará circular al tránsito y se volverá a la “normalidad”.
    En 1919, dos de los diarios analizados también remarcaban la escandalosa ruptura del orden ciudadano, el suspenso, las consecuencias y la emoción por los “terribles” hechos. También en aquella oportunidad, los motivos de la huelga y la manifestación quedaron en un segundo plano o no hubo información sobre ellos. Sólo el diario que representaba a los obreros informaba de un modo inverso. Uno de los factores señalados para informar sobre un hecho -la proximidad- brinda una pista sobre este último punto. La Vanguardia informa sobre los motivos de la huelga porque son los motivos que vive como propios: la lucha por sus derechos. En cambio, ni El Diario ni La Época sienten que esos reclamos sean los suyos.
    Hoy, los reclamos de los desocupados también están en un segundo plano, porque la lucha por la comida o los planes sociales, no son vividos como propios por los medios de comunicación. La “proximidad” de lo que sucede es la proximidad de no poder caminar por una calle cortada. Lo que se vive corporalmente es esto, no la indignación por la miseria. La miseria es algo que le sucede a otro. Otro que “se porta mal” cortando la calle y molestando al que va a trabajar.
    Además, en los medios hay una cuestión fuertemente ideológica: está mal protestar, rebelarse, eso lleva al desorden y a la violencia. Hoy como ayer, en los medios figuran los “grupos de exaltados” que se rebelan. Los medios contribuyen a que en el imaginario colectivo se engorde esta idea de que toda protesta es cosa de inadaptados que provocan desorden. Como en 1919,
    EL ORDEN, sigue siendo algo fundamental. “Orden y progreso” decía el positivismo triunfante en esos días. “Orden”, siguen diciendo los gobernantes y repiten los medios.
    Actualmente en Argentina el periodismo interpreta -en líneas generales- que las acciones colectivas de protesta deben ser penalizadas porque provocan el desorden social (6). Es importante revisar las significaciones periodísticas que circulan sobre el movimiento de protesta. Vivimos en sociedades mediatizadas: las personas se enteran de los sucesos y se forman una opinión sobre ellos a través de los medios de comunicación (Verón, 2001). Los medios no reflejan la realidad, sino que la interpretan y construyen para quienes no viven en vivo y en directo los acontecimientos (de Fontcuberta, 1993).
    Es importante realizar una crítica a los modos en que se informa sobre las acciones colectivas de protesta. No es que los medios ni que los periodistas tengan “una postura conspirativa” contra la protesta. Es necesaria una reflexión sobre “las verdades” que se construyen. La protesta tiene que ver con hechos de suma importancia que atañen a los sectores más vulnerables, como son los
    desocupados, los trabajadores o los vecinos de los barrios de bajos recursos. Un imaginario social negativo contra la protesta acalla la protesta e impide que estos sectores desprotegidos luchen por sus derechos.
    Notas
    (1) Este trabajo forma parte de las investigaciones llevadas a cabo en el marco del Proyecto UBACyT “Del evento al acontecimiento: memoria popular y representaciones mediáticas” dirigido por María Graciela Rodríguez.
    (2) Durante los primeros días de enero de 1919 en Alemania tenía lugar la revolución espartaquista, liderada por Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht. Se intentó implantar en Alemania un estado comunista similar al soviético. Sus líderes fueron asesinados y la revolución sofocada.
    (3) Rock (1977) afirma que el primer gobierno radical tuvo una postura conciliadora con los gremios, tratando de intervenir en los conflictos a través del Departamento de Trabajo; solía ayudar a los trabajadores que eran potenciales votantes, o sea, argentinos. En los gremios con mayoría extranjera no intervenía. La FORA del 9ª Congreso, no anarquista y revolucionaria solía llegar a acuerdos. De todos modos, Rock dice que el gobierno no intervenía en los conflictos fuera de Capital, en los protagonizados por anarquistas y en los gremios estatales; en estos conflictos enviaba piquetes policiales.
    (4) No sólo se editaba La Vanguardia, sino que también se vendía La Protesta, un medio anarquista de gran difusión.
    (5) No existen hoy en día medios como los socialistas y anarquistas. Página/12 es el único medio que tiene una línea editorial que se ubica en ese espacio difuso que es el centro-izquierda. Son importantes algunos medios alternativos que están en internet, como Rebelión o Indymedia, pero por ser alternativos no tienen peso en el mercado informativo.
    (6) Numerosas investigaciones observan este fenómeno: Gargarella (2005), Svampa y Pereyra (2004), Artese (2005), Lobos y Malagón (2005), Ortiz Maldonado (2005), Rodríguez (2005).
    Bibliografía
    ARTESE, Matías (2005): “Enfrentamiento simbólico y protesta social. Un acercamiento al análisis de las declaraciones públicas
    durante un corte de ruta (Corrientes, 1999)”, ponencia presentada en las III Jornadas de Jóvenes Investigadores, Instituto de
    Investigaciones Gino Germani, Universidad de Buenos Aires.
    BABINI, Nicolás (1956): Enero de 1919. Los hechos y los hombres de la “Semana Trágica”, S.E.P.A, Buenos Aires.
    BILSKY, Edgardo (1984): La semana trágica, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires.
    BOURDIEU, Pierre (1997): La televisión, Anagrama, Barcelona
    DE FONTCUBERTA, Mar: (1993): La noticia. Pistas para descubrir el mundo, Paidós, Barcelona.
    GARGARELLA, Roberto (2005): El derecho a la protesta. El primer derecho, Ad-Hoc, Buenos Aires.
    LOBOS Andrea y MALAGÓN Mariana (2005): “Protesta, represión, memoria y medios de comunicación: las narrativas sobre los asesinatos de Kosteki y Santillan”, ponencia presentada en las III Jornadas de Jóvenes Investigadores, Instituto de Investigaciones
    Gino Germani, Universidad de Buenos Aires.
    ORTIZ MALDONADO, Natalia (2005): “Ellos, la barbarie. Representaciones sobre los movimientos sociales en los discursos de la prensa escrita”, ponencia presentada en las III Jornadas de Jóvenes Investigadores, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Universidad de Buenos Aires.
    ROCK, David (1997): El radicalismo argentino. 1890-1930, Amorrortu, Buenos Aires.
    RODRIGUEZ, María Graciela (2005): “La beligerancia cultural, los medios de comunicación y el día después”.
    SVAMPA, Maristella y PEREYRA Sebastián (2003): Entre la ruta y el barrio. La experiencia de las organizaciones piqueteras, Biblos, Buenos Aires.
    SURIANO, Juan (2005): Auge y caída del anarquismo. Argentina, 1880-1930, Capital Intelectual, Buenos Aires.

https://www.serargentino.com/argentina/historia/la-semana-tragica-aquel-enero-sangriento-de-1919

https://www.herramienta.com.ar/un-siglo-de-memoria-de-la-semana-tragica-en-la-literatura-nacional

https://catalogo.jus.gob.ar/index.php/image-01-240

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