Page 3 - Y nos tienen miedo. María Elena Saraví
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tbol donde hizo sus primeras maravillas. El nombre genera
en los habitantes del barrio una disputa de sentido acerca de
lo que porta llamarlo de un modo u otro.
¿Qué significa ser de Fuerte Apache? Los más jóvenes no evi-
tan identificarse con ese nombre. Por el contrario, sostienen
que ese nombre es un elemento identitario. El otro, el nombre
de “Ejército de los Andes” que aparece en los mapas “es el que
nos puso la dictadura”, nos dice uno de los docentes.
Sin embargo, para los más viejos del barrio, asumirse como
Fuerte Apache es asumir también el estigma de la violencia
y el delito que los medios le imponen. Al lado de la escuela
justamente hay un mural que hicieron los jóvenes que dice
Fuerte Apache en letras enormes. Ellos nos cuentan el debate
intergeneracional que se generó en el barrio cuando lo estaban
pintando. La F de fuerte terminó entrelazada con la S de suer-
te generando un juego de sentidos entre las palabras suerte y
fuerte que satisfizo de algún modo las identidades de todos.

Johan

El que nos explica todo esto es Johan. Él participó en el gru-
po de “Museo a cielo abierto” que pintó ese y otros murales
durante el 2014. Tiene 17 años y asiste a la Escuela Media
N° 7. Johan se enorgullece de ser muralista y nos lo cuenta.
También participa activamente en el centro de estudiantes
del colegio que copa la parada, nos lleva de visita guiada por
el barrio y mira con desconfianza a los recién llegados. Tiene
muchos hermanos, de sangre y de los otros. Los adora a todos.
En un brazo tiene tatuados los nombres de dos de ellos. En
el otro el de su mamá que los cría sola, y en el pecho, con un
corazón rojo al medio, enormes, el nombre de su abuela y el de
su hermanita discapacitada.
Todos los que estamos ahí sabemos que a Johan en febrero
la Gendarmería lo secuestró y lo torturó durante seis horas
porque buscaban a su hermano, que ahora está preso. Pero es
difícil hablar de eso directamente. Johan se anima y lo cuenta
un poco en el grupo. Lo que mas lo angustia ahora es la situa-
ción del hermano.
La historia con la Gendarmería en el barrio tiene varios años.
Desde hace muchos, patrullan las calles y para acceder a él hay
que pasar por las garitas que controlan los accesos. Vivas o no
en el barrio.

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