Page 2 - Lenguaje y cacoutopía en la novela 1984 de Geroge Orwell. Luis Maggiori
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e pasaje nos remite a dos ideas básicas. La primera: que el Lenguaje y cacoutopía en la novela 1984 de George Orwell
verbo, antes de ser proferido, estuvo en la mente del Todopo-
deroso. Y si este verbo materializó todo lo que fue, es y será,
tanto en el tiempo como en el espacio, debemos concluir que
este mundo, inmensamente rico y variado, es, necesariamen-
te, una representación de la mente de Dios. Y en esta idea se
basa el conocido tópico de la literatura denominado El gran
teatro del mundo. Por ello, cuando uno se pregunta cuál es el
rol, el papel, que ha venido a cumplir a este mundo, no hace
otra cosa que interrogar la mente del Eterno. Por consiguien-
te, aproximarse a ella implicará conocer casi todo sobre noso-
tros mismos. Pero esta concepción, llevada a un plano estric-
tamente material y político, nos llena de inquietud porque si
un estado totalitario es el que se encarga, a través del uso que
hace del lenguaje, de decir qué cosa es la realidad, entonces el
ciudadano se precipitará en una matrix cultural que comen-
zará a pensar por él.
El segundo de los antecedentes literarios lo encontramos en el
Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal:

Luego, el título de “imitador” conviene al poeta, en cuanto al material
con que trabaja, es decir, en cuanto a las formas o números ontoló-
gicos que no ha inventado él, sino Dios. Pero también le conviene,
y con mayor exactitud, en cuanto a su modus operandi y a su gesto
creador. Todo artista es un imitador del Verbo Divino que ha creado
el universo; y el poeta es el más fiel de sus imitadores, porque, a la
manera del Verbo, crea “nombrando” (1973:307).

Entendemos que este título de imitador no sólo se circunscri-
be al poeta sino al hombre en general, puesto que el lenguaje
es un don que todos los seres humanos poseemos por igual.
Pero mucho más le conviene al político para quien el lenguaje
es un instrumento de acción.
El ser humano, como ser social y manifestado en el mundo de
la dualidad, deberá escoger, a partir de su libre albedrío, uno
de los dos caminos: el de la eutopía o el de la cacoutopía. Sobre
el peligro de elegir para su mente la segunda de las semillas, es
acerca de lo que nos alerta Orwell en su impar novela.
1984 es una novela que nos muestra un mundo irrespirable,
carente de luz y de amor. Un mundo perverso en el que las
cosas ni siquiera están como en el carnaval: patas para arriba,
porque se ha perdido el derecho y el revés de las cosas. Una

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