Page 2 - La escritura y el periodismo deportivo1, Ricardo Petraglia
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acuerdo social que nos posibilite convivir. Que nos de las La escritura y el periodismo deportivo
herramientas para enfrentar la entropía social en la que desa-
rrollaremos nuestras vidas.
Y ha sido fundamentalmente a través de la lengua escrita, que
los pueblos dejaron el mayor registro de su historia. Con inten-
sión o no, quienes proponen un texto escrito, están sentando un
pequeño o gran antecedente de la historia de su pueblo. Si logra-
mos reconstruir la antología escrita de una nación, tendremos
una noción muy acabada de las características de la misma en
los diferentes momentos por los que ese pueblo ha transcurrido.
La escritura periodística debe ser entonces, la herramienta a
través de la cual se transmita un momento histórico preciso: el
que transitamos. Entendiéndolo como una parte de la historia
de una sociedad, de un pueblo con su cultura, su historia y sus
necesidades.
Debemos pensar aquí, las características de la escritura en la
Argentina y dentro de la misma el lugar del deporte. De esta
manera, podremos entender el sentido de escribir periodística-
mente en estas latitudes. Por un lado, entendiendo la función
de nuestra profesión y por otro, entendiendo que nuestra prin-
cipal herramienta, el lenguaje escrito periodístico es dinámico,
nutrido de otros muchos géneros, anticipado quizás por alguno
de ellos y con necesidad imperiosa de transformarse constan-
temente, porque apunta a contar una realidad que es también
dinámica.
Así es que no vamos a encontrar pureza de género en los traba-
jos realizados por los fundadores de nuestra profesión. ¿Cuáles
fueron los textos que mejor contaron la realidad de nuestros
orígenes como nación? La respuesta no puede no ser arbitra-
ria. Si tenemos que definir el primer eslabón de nuestro ser
nacional será ineludible las descripción del gaucho hecha por
José Hernández o el Facundo de Domingo Faustino Sarmien-
to, pero ¿en qué género periodístico se inscriben estos dos
clásicos de nuestras letras? Tampoco podemos hablar de pu-
reza de género si observamos los que podemos considerar los
primeros trabajos netamente periodísticos como La Australia
Argentina, de Rodolfo Payró o Tierra de matreros, de Fray Mo-
cho. Porque la pureza de nuestro lenguaje se basa en adaptarse
a las necesidades de la época que pretendemos narrar.
Quizás para sorpresa de muchos, en muchas de las obras fun-
dacionales de nuestra escritura, aparece el deporte. Incluso
desde mucho antes de ser una nación, quienes dejaron senta-
78 | Letras
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