Page 2 - Número 6 | Revista Letras
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consecuencia directa, algunos referentes de ciertos movimien-      El populismo en la escritura
tos políticos (como el kirchnerismo en la Argentina) comen-
zaron a llamarse populistas a sí mismos y lograron desafiar el
sentido según el cual ser populista era algo malo.
Pero al volverse de uso común el significado del término se
descontroló completamente. Desde hace ya un tiempo casi
cualquier cosa puede llamarse populista porque esta palabra
se volvió una especie de acusación banal que se utiliza simple-
mente para desacreditar a una persona, una situación y tam-
bién objetos buscando asociarlos con lo vulgar, con la barbarie.

Críticas de las élites: Arlt y Soriano

Así es quehasta las diferentes expresiones artísticas y cultu-
rales también pueden ser llamadas populistas por estar diri-
gidas y pensadas para los sectores más bajos de la sociedad.
Sin embargo, esto no es algo nuevo: sucede hace décadas en
nuestro país y es el caso de algunos textos literarios y susauto-
res. Por ejemplo, dos de los escritores argentinos más recono-
cidos, pero también criticados, fueron Roberto Arlt y Osvaldo
Soriano.
Los dos eran de clase media baja e hijos de trabajadores, uno
de inmigrantes y el otro de empleados estatales. Se iniciaron
en el periodismo gráfico y vivieron de él, fueron en contra de
los dogmas y de lo establecido. Ninguno fue a la universidad
(Arlt ni siquiera terminó la escuela) pero supieron escribir no-
velas y textos que se hicieron masivos. Sabían contar. Lo que
más tenían era, nada más y nada menos, una firme mirada
crítica de la realidad.
La obra de Arlt logró describir con naturalismo y humor las ba-
jezas y grandezas de la sociedad porteña del momento, aque-
lla Argentina de los inmigrantes que intentaban insertarse en
esta nueva colectividad llena de desigualdad y opresión. Sin
embargo, su obra fue duramente criticada durante la primera
mitad del siglo XX, al punto de que su muerte, el 26 de julio
de 1942, no resonó en ningún diario porque había una noticia
más importante, que Jorge Luis Borges había sido relegado
del Premio Nacional de Literatura. Fue leído masivamente,
pero se le criticaban sus errores ortográficos y sintácticos. Se
decía en aquel momento que Arlt escribía mal, y se lo compa-
raba con “la buena escritura” de Lugones.

114 | Letras | ISSN 2524-938X
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