Page 2 - Número 6 | Revista Letras
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todos los que sea posible, ya que asumen que el arte es para to-                ¿No me escribas la pared?
dos. Por consiguiente, cuanto más grande sea el diseño, mejor.
Sus autores sienten la necesidad de comunicar algo y ejercen
esa libertad de expresión con aerosol en mano, usando la calle
como portavoz.

Cuando el graffiti significa denuncia

“Sin López no hay nunca más”. Cualquiera que pase por calle
44, entre 3 y 4 de la ciudad de La Plata, puede ver esta pinta-
da. Escrito con aerosol rojo y un tanto desprolijo, expresa un
mensaje claro. El graffiti fue pintado en septiembre del 2012,
cuando se cumplieron seis años por la desaparición de Jorge
Julio López. Es uno más de una serie de pintadas que en La
Plata se transforman en denuncia. La autora argentina Clau-
dia Kozak (2005) afirma en una investigación que “las paredes
limpias no dicen nada” y realiza una reconstrucción desde el
arte y la cultura mediática para dar cuenta de ciertas transfor-
maciones en el campo de la palabra.

         Desde mediados de la década del ’80 en adelante, la pintada políti-
         ca comparte su terreno con otro tipo de inscripciones sin afiliación
         partidaria ni soporte institucional que comenzó a proliferar de forma
         ostensible. Se trata de una masa impresionante de inscripciones que
         tienen historia, se conectan con ciertos grupos sociales más que con
         otros, establecen territorios, formulan modos de experimentación
         del espacio urbano tanto para quienes los producen como para quie-
         nes los leen, plantean cantidades de preguntas arrojadas a veces al
         vacío o de debates ideológicos que tienden a hacer visibles modos de
         confrontación social (Kozak, 2005).

Luego de treinta años del último golpe de estado, Miguel Et-
checolatz fue el primer acusado por genocidio. Jorge Julio Ló-
pez, detenido ilegalmente y llevado a distintos centros clan-
destinos de tortura durante la última dictadura cívico- militar,
era querellante en la causa y un testigo clave, ya que con sus
declaraciones involucraba a militares y policías. Miguel Etche-
colatz está detenido en una cárcel común, condenado a cadena
perpetua por crímenes cometidos en el marco de un genoci-
dio. Luego de la condena de Etchecolatz, López fue desapare-
cido. Sin dejar rastros, el 18 de septiembre de 2006, fue visto
por última vez en la ciudad de La Plata.

126 | Letras | ISSN 2524-938X
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